“La masacre de 7 policías, a minutos de Natividad, en el distrito de Pichari, este 11 de febrero, es lo más seguro, será utilizado para levantar el fantasma del terrorismo y para {terruquear´ a escala nacional”
Desde agosto de 1999, tras la captura de “Feliciano” (14/07/99), los elementos residuales del senderismo que siguieron operando en el Vraem bajo la férula de éste se desprendieron de la corriente “Proseguir” y dejaron definitivamente, a Sendero Luminoso (SL) de Abimael Guzmán.
Ante el fin de la corriente “Proseguir” (1993-1999) y la adopción de la “lucha política a los problemas derivados de la guerra” por el PCP-SL de Guzmán, esos residuos bajo la férula de Víctor Quispe Palomino alías “José”, tomó su propio camino en el contexto de un nuevo ciclo del narcotráfico.
¿Cuál ha sido el camino que siguió los resultados exsenderistas con “José” a la cabeza? Del 2000 al 2001, empezaron a cobrar “cupos” (plata) a los madereros en la selva central donde subsistirán hambrientos.
El 2002, los hermanos Quispe Palomino (“José”, “Raúl” y “Gabriel”) decidieron trasladarse casi totalmente del Sector 1 (Alto Anapati) a Vizcatán. Allí, la primera decisión fue cobrar cupos a los “mochileros”, jóvenes que trasladan droga (de 10 a 20 kilos) en mochilas por el VRAEM.
El 2003, decidieron varias cosas. Uno, ordenó sembrar chacras de coca (estás las cultivaron en el actual distrito de Vizcatán del Ene). Dos, tener pozas de maceración de PBC, que funcionaron hasta el 2008; tres, instalar 2 laboratorios de refinamiento de cocaína, uno de una mafia colombiana y el otro del primo “Lucho”.
Eso no fue todo. Cuarto, crearon un sistema de traslado de droga formado por 99 mujeres con un “burro” (hombre) adelante que llevaba entre 1500 a 1800 kilos de droga. La plata que recibían la entregaban a “José”. Ese sistema duro hasta 2009.
Quinto, a la par del cobro a los traqueteros por pasar por Vizcatán, también desde 2003 las columnas armadas daban seguridad a los grupos de “mochileros”. “José” cobraba por hombre y arma (fusil AKM o Galil).
Tres años después, el 2006, se instala el tercer laboratorio de cocaína en un lugar llamado el “rincón” de Vizcatán, en el corazón del Vraem. Este laboratorio fue una organización criminal brasileña. Los insumos químicos ingresaban por las entradas a Vizcatán.
Algo más: Los hermanos Quispe Palomino lavaron activos por 100 millones de soles en una familia de Ica. Ese caso, pese al testimonio del que entregó los fajos de dinero) fue muy rápidamente archivado.
Así, entre 2002 al 2009, por siete años, el clan Quispe Palomino se incorporó a toda la cadena productiva de la droga (coca, pasta, cocaína, distribución y lavado de activos). Se convirtió en una firma armada del narcotráfico.
Esa es el grupo armado del clan Quispe Palomino, no porque haya sido -y siga siendo – controlado por “José”, sino porque se integró orgánicamente al narcotráfico. Y no, como sostiene la narrativa fujimorista, que solo cobraban por el paso de los mochileros y daban protección armada.
A contrapelo de esos hechos, sin embargo, las FFAA, la Dircote, el fujimorismo y los medios de comunicación le siguieron llaman Delincuentes Terroristas de SL (DDTT-SL). O “senderistas”. El 2008, los militares lo llamarán momentánea “narcoterroristas”.
¿En qué sustentaban, y siguen basándose, para llamarlos “senderistas” o “terroristas”? En el discurso “ideológico” y la autodenominación como el “militarizado partido comunista del Perú”. Eso es el barniz. Los hechos demuestran que son narcos que operan en el Vraem.
Es el “Sendero Luminoso” de las FFAA, la Dircote y el fujimorismo. Los medios de comunicación alimentaron esa narrativa. Lo utilizan para “terruquear” y cuando necesitan de una emboscada a militares y policías. La masacre en Vizcatán del Ene, el 23 de mayo de 2022, fue para favorecer la candidatura de Fuerza Popular.
La masacre de 7 policías, a minutos de Natividad, en el distrito de Pichari, este 11 de febrero, es lo más seguro, será utilizado para levantar el fantasma del terrorismo y para “terruquear” a escala nacional.
Fuente: El Búho