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Opinión

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara: El voto transmigracional en la diáspora

La obligatoriedad del voto coacciona la libertad de expresión i El transnacionalismo se ha convertido en un elemento característico de las migraciones y en un eje de análisis clave para entender el fenómeno migratorio contemporáneo.

Ciertamente, aunque las prácticas transmigracionales entre los migrantes no son nuevas, resulta novedosa la capacidad de la perspectiva transmigracional de proporcionar una mira que permita observar de otra manera los movimientos migratorios, en su doble condición de consecuencia y causa de las grandes transformaciones que experimentan nuestras sociedades. Para un mejor entendimiento la teoría transnacional se constituyó como una herramienta que permite comprender las migraciones de las últimas décadas de la globalización. Este concepto atraviesa sociedades teniendo en cuenta dosparámetros fundamentales:

a) Los migrantes vinculan su país de origen con el país receptor a través del mantenimiento de relaciones sociales en ambos lados de las fronteras y construyendo un “espacio social transnacional”; y

b) Que la migración posee un carácter dinámico denominado “proceso transnacional”, que pone en relieve la construcción de campos que cruzan los bordes geográficos, culturales y políticos. Los migrantes mantienen y desarrollan múltiples relaciones –familiares, económicas, sociales, organizacionales, religiosas y políticas. (Basch et.al.1994: 7).

El “transnacionalismo” es definido como el proceso por el cual los migrantes construyen estos campos sociales que unen sus propias comunidades y sociedades de origen con las de asentamiento (Glick Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1992).

El voto transmigracional se puede definir como el ejercicio político de los migrantes en las diásporas, para influir en las decisiones de políticas públicas en el país de origen, los migrantes mantienen lazos políticos, sociales y comerciales
a través de diversas prácticas, cabe destacar entre ellas las remesas económicas, las cámaras de comercio en las prácticas de importación y exportación, la gastronomía, la inversión en empresas y propiedades así como otras actividades
económicas y la educación.

En esta ocasión, se plantea una reflexión en torno a los efectos de los vínculos y prácticas transmigracionales generadas por los migrantes en la articulación social, política y económica de la sociedad global contemporánea. En especial el voto
transnacional de las diásporas como un fenómeno transmigracional. El voto transnacional se caracteriza en cuatro aspectos:
a. El migrante se vincula a través del voto transmigracional en el cambio de decisiones entre el país de residencia y su país de origen, manteniendo relaciones sociales y políticas, construyendo un espacio transmigracional simbólico e imaginario.

b. El migrante a través del ejercicio del voto transmigracional le otorga un carácter dinámico a su participación política electoral, en la cual proyecta sus expectativas por los cambios sociales.

c. El migrante se afirma a través del voto transmigracional a partidos que ofrecen discursos políticos más estables, la brecha derecha, centro e izquierda es remplazada por la búsqueda del bienestar del país, y el discurso globalizador donde se sienten representados todos los sectores sociales, este puede ser imaginario o simbólico y muchas veces un mundo mágico maravilloso y se potencia en las experiencias positivas de la inmigración y la globalización informativa.

d. Los migrantes son influenciados por los discursos liberales y conservadores. Esto se refleja en la incorporación de nuevas prácticas políticas y sociales que obtuvieron en los países en que se establecieron, como entorno de la diáspora, como espacios a los que llevan consigo sus culturas, tradiciones y su gastronomía. La cocina es un elemento gastro cultural en las diásporas, y está presente en su vida diaria así como en la interacción con otras culturas.

e. Los migrantes y el acceso las redes sociales. Las redes sociales, en el mundo virtual, son sitios y aplicaciones que operan en niveles diversos, comoel profesional, de relación, entre otros. Las personas comparten en redes sociales una porción de la vida, sus viajes, comida, cosas nuevas, amigos y familia. Lo que no está mal, pero la proliferación de contenidos en ciertos perfiles con mayor popularidad crea una tensión en el cerebro que funciona como un reclamo propio por no tener la vida que se muestra en las publicaciones de otros y por no tener la aprobación de su entorno. Las redes sociales cambiaron nuestra forma de vivir y del 50 por ciento de la población mundial, o sea 4.021 millones de personas usan internet.

• Las redes sociales fomentan la participación directa del público en las actividades políticas. A diferencia de los medios tradicionales: televisión, radio y prensa escrita, las redes sociales brindan acceso abierto y gratuito a sus usuarios, generando una comunicación directa con los políticos. Por lo tanto, el uso de las redes sociales aumenta la probabilidad de que los usuarios interactúen directamente con ellos.
• La redes sociales elevan la participación política. Mientras los medios tradicionales se enfocan a una comunicación unidireccional, las redessociales posibilitan una comunicación bidireccional. Esto fomenta la aparición de “nuevas voces políticas” que pueden ser tomadas en cuenta por los partidos políticos en el futuro.
• Las redes sociales permiten llegar al electorado sin contar con un gran presupuesto. Este desarrollo es muy positivo, en particular para los políticos con menos recursos económicos que buscan llegar directamente a su público objetivo e intercambiar opiniones.

f. Estamos frente a la ciudad digital, que es el preludio hacía la democracia, y que se entienda que los ciudadanos e instituciones no pueden protegerse de la propaganda hostil y discursos de odio, sin dar a conocer y comprometerse a
defender sus valores como medio para satisfacer los anhelos de una mejor calidad de vida.

El voto representa una historia migratoria ,las migraciones de fines del siglo XX y siglo XXI tienen dimensiones de
diáspora. La diásporas surge en un mundo de migraciones globales, refugiados, asilados políticos, refugiados económicos, fuga de talentos, entre otros que tiene como principales sujetos a personas que se desplazan por el mundo. La diáspora
puede redefinirse como migraciones globales, entre otros tiene como principales sujetos a personas que al dejar sus países están vinculadas con el proceso de globalización, independientemente de la raza o clase social. Cada voto, de esas
personas, representa la historia migratoria del elector y sus retos. Los migrantes que han logrado establecerse en su nuevo país de residencia, y obtener el estatus legal e insertarse en la sociedad de acogida y los inmigrantes en condiciones de
indocumentados, muchas veces son ignorados o invisibilizados. Este es un tema que no es prioritario en las agendas políticas de los partidos que buscan el voto de sus conciudadanos en el exterior, y en especial de los inmigrantes
indocumentados.

Cada voto representa una historia migratoria, una decisión de vida. En cada diáspora en el exterior, por pequeña que sea, hay una historia por contar. Las diásporas, esas comunidades de cientos de migrantes que viven fuera de las fronteras de sus países de origen, desafían la concepción tradicional del Estadonación y nos obliga a pensar en políticas que no se queden en lo nacional, sino contemplen estrategias transnacionales. Es decir, la definición clásica de “migrante” ya no puede derivarse única y exclusivamente de la condición de residencia del individuo, esto es, de la ubicación de su residencia habitual a uno u otro lado de la franja fronteriza.

La diáspora participa en la vida política de sus países de origen, y recrean agendas vinculadas a sus necesidades y preocupaciones. Esta participación es a través de organizaciones creadas en los países de residencia ya sea a través de
asociaciones, las cuales buscan imprimir un carácter vinculante, a las políticas públicas de sus embajadas, consulados e instituciones gubernamentales en el exterior. Hoy las redes sociales juegan un papel importante como medios de
comunicación y plataformas de expresión de las diásporas. Pero hay otras voces que creen que la participación del voto de la diáspora debe ser obligatoria y quienes no voten deben de estar sujetos a penalidades, sancionados con multas y con la pérdida de derechos civiles. El argumento se basa en que la obligatoriedad busca reducir el ausentismo. El voto es un derecho y un privilegio ciudadano, dentro el ejercicio de la libertad de expresión. Este impacto también afecta a los inmigrantes en condición de indocumentados, quienes son los más vulnerables.

La obligatoriedad se define por su carácter imperativo-atributivo, que por una parte establece obligaciones o deberes jurídicos y por la otra otorga derechos. La ley impone sus mandatos, incluso en contra de la voluntad de sus destinatarios.
Su incumplimiento da lugar a una sanción, a un castigo impuesto por ella misma. El voto transmigracional puede ser afectado, porque el elector no ejercite su libre derecho, o vote por la simple obligatoriedad. Esta brecha es responsabilidad de los actores políticos: partidos políticos, candidatos políticos, e instituciones y es porque el discurso político no tiene alcance o/y no es del interés del ciudadano.

En las redes sociales los discursos políticos se diluyen cuando este no se conecta a las necesidades de los migrantes.
El voto es el ejercicio de la libertad de expresión. Esta forma parte de los derechos humanos de las personas y está protegida por la Declaración Universal de 1948 y las leyes de todos los Estados democráticos. Esta libertad supone que todos los
seres humanos tienen derecho de expresarse sin ser hostigados debido a lo que opinan. La obligatoriedad es todo lo contrario.

Otra aspecto es la ausencia de información a las comunidades de migrantes sobre sus derechos políticos electorales. La ausencia está relacionada a la falta de políticas de educación a sus electores ciudadanos y de información, sobre el poder
del voto y las plataformas políticas. El actor político muchas veces es un desconocido o está distante del espacio social en que la diáspora se desarrolla, porque es un sujeto político impuesto verticalmente por un partido. Este es otro aspecto a tener en cuenta en nuestro análisis: el sujeto político inorgánico.

Otro aspecto es el poder del voto: el ejercicio de los derechos políticos como herramienta ciudadana. Las elecciones no deberían ser vistas como duelos a muerte cargadas de odios contra el adversario, muchos casos la violencia en el discurso del político, y el uso de la redes sociales para crear información falsa y un discurso basado en prejuicios. En los últimos dos años, un torrente de mentiras y teorías de conspiración han pasado factura. Han hecho que sea más difícil contener una pandemia mortal. Y llevaron a millones de personas a rechazar la legitimidad de una elección presidencial en la democracia más poderosa del mundo, que culminó en el primer ataque violento contra la transferencia pacífica del poder jamás presenciado en los Estados Unidos.

Si estas patologías no son más que un presagio de lo que está por venir en la Ciudad Digital, no es de extrañar que muchos todavía se aferren a la relativa certeza y estructura informativa de la Ciudad Analógica. En el Perú un país con un joven sistema democrático y distante de la libertad de expresión, se alimentó de las teorías de la conspiración alimentando la propaganda de la desinformación en esa misma democracia representativa, Y llevaron a miles de personas a rechazar la
legitimidad de una elección presidencial, que nos permitió actos de violencia, discursos de odios y a una crisis de crisis política, esto como el presagio de la era de la ciudad digital y otros que se aferrar a la ciudad análoga.

El poder del voto ha encontrado un nuevo espacio político en la ciudad digital, en el espacio cibernético. Es en este nuevo espacio en que los actores políticos y ciudadanos buscan información, interconectarse, ideas,y opiniones diversas. Esto
a través de las plataformas de Youtube, Facebook, Twitter, Instagram y Linkedln, entre las que más destacan el espacio cibernético. Si quieres encontrar información solo basta buscarla a través de Google u otras plataformas. Este nuevo fenómeno ha cambiado la forma de pensar de muchas personas y permite comparar modelos políticos de otros países.

Discursos políticos con más energía y políticas públicas con mejores resultados. La condición migratoria ha de definirse más bien a partir de la incorporación y participación del individuo en un sistema transmigracional a través de las redes
sociales. La redes sociales han servido para interconectar ciudadanos. El ejercicio del voto transmigracional, ejercita el derecho a tomar decisiones desde el país de residencia a su país de origen, este ejercicio es una simbología a los cambios imaginarios o reales en términos del ejercicio de la democracia y la búsqueda de bienestar real o/e imaginarias en la distribución de las riquezas, y la migración como una experiencia positiva de la diáspora. En la incorporación y participación política los miembros de la diáspora también incorporan modelos y formas de pensamientos; y en el mundo imaginario lo confrontan con los de sus países de orígen, sobre las leyes, la justicia, la educación, el confort, y la calidad de vida.

Del mismo modo, el concepto transnacionalismo no se limita únicamente a los fenómenos relacionados con la migración, sino que apela a un amplio conjunto de acciones, procesos e instituciones que trasciende las fronteras de los estados
y/o de las comunidades nacionales. Esto dentro el nuevo espacio de las ciudades digitales que trasciende las fronteras.

Los gobiernos de los países sudaamericanos y centroamericanos tienen la necesidad de diseñar políticas novedosas que les permitan potenciar la relación con sus diásporas en Estados Unidos, Argentina, Chile, Colombia, España, Italia,
y otros países con una presencia de sus connacionales. Tanto las dimensiones como el impacto que tienen las mismas en la vida nacional hacen cada vez más evidente que en esta era de globalización informativa y acelerada migración, ya no se puede gobernar de espaldas a estas comunidades. (Rafael Fernández de Castro. Migrantes, votos, remesas: Las diásporas transnacionales.)

Las remesas y el voto transmigracional, Las remesas son cantidades de dinero enviadas por inmigrantes a sus países de
origen. Las cantidades anuales de dinero son tan inmensas que en algunos países han desplazado a las exportaciones tradicionales como la principal fuente de ingresos de la economía nacional. Pero las remesas no son solo la única fuente,
también tenemos las exportaciones e importaciones, y otras actividades comerciales que realizan los migrantes hacia sus países de origen: educación, comercio, bienes raíces, inversiones en propiedades y negocios transmigracionales.

A nuestro entender, sin embargo, se trata además de una necesaria expansión y ampliación del concepto mismo de “migración”. Si hubo un tiempo en quepodíamos delimitar la migración como el flujo de individuos y fuerza de trabajo,
hoy en día es claro que debemos ampliar su contenido incorporando la movilidad e intercambio de bienes culturales, información, y recursos materiales.

Al migrar, en su propio desplazamiento, el individuo no sólo lleva consigo su persona y su fuerza de trabajo, sino que también lleva con él su cultura y su capital social. La migración así no es sino una forma particular en que las redes y el
capital social y cultural de una comunidad se expanden y consolidan en espacios cada vez más amplios y distantes.

Es en este contexto, que la diásporas se ha venido desplazando, y las remesas económicas son el resultado de la acción social-económico-laboral en el país de residencia. Las remesas se han constituido en la piedra angular de sostenimiento y corredor económico entre los migrantes que desarrollan múltiples relaciones: familiares, económicas, sociales, organizacionales, religiosas y políticas.

El voto transmigracional se puede definir a partir de la incorporación y  participación del individuo en un sistema transmigracional de redes sociales. El ejercicio del voto e incorpora en la toma de decisiones desde el país de residencia
a su país de origen, este ejercicio individual-ciudadano se afirma en el discurso político, y las experiencias positivas de la inmigración, y la globalización informativa. La obligatoriedad del voto no es una reciprocidad entre la ciudadanía
y libertad de pensamiento. Estamos frente el presagio de las ciudades digitales y el voto transmigracional que a traviesa fronteras.

Miami Mayo 5, 2022

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