“No existe ningún lugar en el mundo a salvo de este crimen, ya que 142 países que representan el 94% de la población mundial están afectados por la Trata humana, ya sea como país de origen, tránsito o destino.”
La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Si bien la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
La trata de seres humanos es una de las prácticas asociadas a la explotación sexual, trabajo o mendicidad forzada, servidumbre por deudas, comercio de órganos, comisión forzada de delitos; supone, en sí misma una violación de los Derechos Humanos Fundamentales y afecta en mayor medida a grupos poblacionales especialmente vulnerables como las mujeres, los trabajadores migrantes, las personas refugiadas, las personas con discapacidad y también a los niños, niñas y adolescentes.
La trata de personas también conocido como el tráfico humano en otros países se define como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluye como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares, servidumbre y extracción de órganos.
A nivel mundial, la OIT calcula en 2,450 millones el número de víctimas de la trata de personas, delito que genera ingresos anuales por alrededor de 32 a 36 mil millones de dólares, de los cuales entre 5 y 7 provienen de actividades vinculadas a la explotación sexual, considerando sólo los beneficios producidos por la venta inicial de las mujeres.
“Las ganancias de los tratantes, se estiman a nivel mundial de 32 a 36 millones de dólares anuales.”
En el Perú, no se tiene estimación aproximada de los ingresos que deja este delito, dada su naturaleza básicamente oculta. No obstante, en el Perú la trata con fines de explotación sexual, es una actividad asociada al manejo de negocios colaterales como bares, restaurantes, picanterías y otros donde se vende comida y alcohol, entre una de las modalidades que no excluye otras modalidades como el tráfico y venta de órganos y las llamadas adopciones.
En el Perú se ha puesto en evidencia que los tratantes de explotación sexual son dueños de estos los locales donde la trata de seres humanos asociada a la explotación sexual resultan familiares cercanos de quienes los administran, de modo que las víctimas son usadas como “carnada” para el lucro de diferentes explotadores y cómplices.
Se trata de redes bien estructuradas y con complejas ramificaciones en actividades formales y aparentemente legales, en las que la víctima es rodeada mediante presiones y/o violencia que la reducen a un estado permanente de violación de sus derechos. Y ello suele ocurrir en contextos sociales permisivos, al amparo de prejuicios y falta de información mejorar las definiciones, estrategias y actitudes al respecto, como exigen los programas de prevención y de acción contra esta forma criminalidad organizada de explotación.
Otra de las modalidades de la trata de personas es la explotación infantil. La trata de menores es una forma de trata de personas que describe el traslado o reclutamiento de niñas, niños o adolescentes de un lugar a otro para explotarlos, siendo los más comunes en la explotación laboral y sexual.
Perú está considerado como un país de origen, tránsito y destino de la trata internacional, sin embargo, la mayor incidencia de la trata se presenta al interior del país. Las zonas de mayor incidencia de casos son: Lima, Cusco, Iquitos, Arequipa, Puno, y Piura. Asimismo, se han identificado casos de peruanas llevadas a países de América del Sur; Europa Occidental, especialmente España e Italia; Japón y Estados Unidos. El mayor número de casos tienen lugar dentro de las fronteras del país donde miles de personas son víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral en actividades como la minería, la tala, la agricultura o el trabajo doméstico, entre otras formas.
La trata de niñas, niños y adolescentes en el Perú es un hecho que se presenta cada vez más alarmante, y no existe políticas públicas eficientes de prevención, educación y legales para erradicar este tipo de crimen organizado. La fotografía como denuncia como tantas otras expresiones artísticas ha servido para denunciar situaciones ante la sociedad. La trata de personas está asociada a la explotación infantil, abuso contra los niños, niñas y jóvenes en el Perú es alarmante frente a la indiferencia y resignación de la sociedad. En la apertura del XXI las imágenes fotografiadas valen más que mil palabras. El Perú sigue incumpliendo principios fundamentales de la ley de protección al menor. En 2010, el número de niños llamados “trabajadores” (trata infantil) en el Perú era de 3 millones, lo que representan el 42% de niños víctimas de la explotación infantil.
El tráfico de niños y niñas es un delito, que se produce, para diversos fines ya sea para explotación laboral, compra venta de órganos, violencia sexual/ comercial en sus tres formas (sometimiento a la prostitución, pornografía y turismo sexual) y compra – venta de niños bajo la figura de adopción.
Otro fenómeno es la transaccionalidad, que es el tráfico ilícito siempre se da más allá del país de origen, mientras que la trata puede suponer o no un traslado.
Miami, 2022.