En La Mula TV, el historiador resaltó que en la región puneña “todo se ha conseguido con luchas”.
Las protestas en Puno son la oportunidad histórica para ampliar la base del Estado y democratizar al Perú, señaló, en La Mula TV, el historiador José Luis Renique.
En el programa ‘Al Filo’, el autor de ‘La batalla por Puno‘ y otros libros sobre historia política peruana, lamentó la incomprensión sobre las protestas y que predomine en Lima la “explicación oficial” de que las manifestaciones sociales se deben a intervención de “poderes externos”.
“Me ha lanzado muchas reflexiones y pensamientos sobre qué es lo que nos está pasando porque yo siempre pensé que uno de los grandes temas de estas épocas iba a ser el ir conociéndonos mejor gracias a los medios de comunicación, a la difusión del conocimiento, que nos íbamos a acercar más, y que nos íbamos a, de alguna manera, reconocer como compatriotas”, dijo en entrevista con Javier Torres.
El historiador agregó que “las miradas desde el centro son realmente terribles en términos de comprender que el futuro de este país no existe si es que no hay una capacidad de generar una cohesión, una unidad”.
Renique cuestionó los comentarios contra los manifestantes de Puno como “esa indiada” que no se levanta por su cuenta, sino por influencia del narcotráfico o la minería ilegal. En ese contexto, sostuvo que “estamos viviendo en una época de ofensiva derechista en que está ocurriendo algo sumamente preocupante que estas élites políticas, huérfanas de visión nacional están recurriendo a discursos que vienen de la seguridad nacional”.
“Lo que creo es que hay una franca intromisión de los discursos del Pentágono, de la Guerra Fría, de la Escuela de las Américas en la manera en la que la derecha del mundo están mirando a sus países. Hay un antecedente directo: Odebrecht barre con la moral pública en diversos países porque entregaba paquetes completos a burguesías sin norte para que se convirtiesen en élites políticas en sus países. Ahora, tenemos discursos prefabricados que incide en puntos como Evo Morales, Cuba, Venezuela. Es terrible”, señaló.
Recientemente, la presidenta de la República, Dina Boluarte, sostuvo que Perú había sufrido una asonada financiada por el narcotráfico y que había dejado muertos. “Ese es un invento, una figura, es una frase totalmente vacía que no corresponde a la realidad”, aclaró el historiador.
Renique sostuvo que estamos en un sistema “que te crea una gran burbuja, una visión de progreso y de prosperidad muy precaria”.
“Como hijo de una familia mestiza, de un barrio de Lima, nacido en los años 50, ese es un dato clarísimo: el choque entre la racionalidad que proviene de nuestra historia, de nuestros estudios, de los discursos ilustrados e inteligentes sobre el Perú y el miedo, el temor o lo que Gonzalo Portocarrero llamaba como los fantasmas de la clase media. Ese es un impedimento tremendo para que la oportunidad histórica que han significado las protestas en términos de ampliar la base del Estado, democratizar a este país, darle una legitimidad a los gobiernos, por más centralistas que sean, y en camino de una reforma más profunda, lo que significa construir un país moderno”, dijo.
“Aquí un país del primer mundo significa una visión tan tecnocrática, que el mismo Alberto Vergara ha criticado duramente esto en distintos textos, como en el prólogo que tuvo la gentileza de escribir para la segunda edición de ‘La Batalla por Puno’ que comenzaba así, que la visión tecnocrática era incapaz de mirar lo que pasaba en un lugar como Puno. Eso fue en el año 2015, en que salió esta edición de La Siniestra y fíjate lo que ha pasado ahora”, agregó.
Sobre su libro ‘La batalla por Puno’, Renique contó que tuvo la intención, como académico, de registrar la relación entre Puno y el Estado central. Señaló que el título “salió de ver que en la región puneña todo se había conseguido con lucha”.
“Desde los derechos hasta el frigorífico de la carne, la carretera, el aeropuerto, la corporación, la universidad, etc. Detrás de todos esos logros habían luchas”, resaltó.
Desde una perspectiva más amplia, señaló, esta historia puede iniciar con la rebelión de Juan Bustamente, pasando por el reconocimiento del derecho a voto de los analfabetos y que llegó a un ejercicio concreto de elegir a Pedro Castillo en las últimas elecciones presidenciales “en medio de un naufragio de la democracia”.
“Si están escuchando profesores o escolares, tomen esto por favor, háganlo porque no puede ser más claro: rebelión, pacto con Leguía, reclamo de corporación, levantamiento contra el insulto del premier que no paró en Juliaca, etcétera, hasta culminar en ese voto”, dijo.
Sobre la respuesta de un sector de la derecha que acusó fraude ante los resultados en los que ganó Castillo, Renique señaló que “un texto básico de antropología los hubiese salvado del ridículo, de todos estos abogados limeños que se sumaron a la causa de probar el fraude”.
El historiador recordó que por mucho tiempo Puno representó la lejanía y lo remoto. En ese sentido, reiteró que “esta es la mejor oportunidad que hemos tenido, en mucho tiempo, para revertir la visión que tenemos desde Lima de Puno, lo cual no solamente rehabilita y reincorpora por lo menos culturalmente, académica y mentalmente a Puno a la nacionalidad, sino que nos abre al entendimiento de las dificultades para construir nación en el Perú”.
Renique sostuvo que esto es un hito en la historia contemporánea de Perú y que aquel que quiera cerrar, como al Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), “no puede entender la naturaleza de la política peruana y, por ende, las posibilidades de construir democracia en el Perú”.
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[Foto de portada: El Búho]
Fuente: La Mula