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Opinión

La gran mentira.

25 de abril 2022. Este es mi diagnóstico. El Perú avanza económicamente muy lento. La crisis externa y la influencia de la guerra lo detienen. Para graficar el problema, mucha gente ve que se reduce en las tiendas el tamaño del pan. Lo que debiera ocurrir, crecimiento económico para encontrar empleo y dar esperanza a las familias, no ocurre. Viene el malestar social primero y luego la conflictividad.

Si a la gente se le achica el pan en la bodega, se le encoge el monedero en el mercado y se contrae el empleo y la producción, ¿cómo entender que se quiera meter al país a un callejón sin salida con la propuesta de una Asamblea Constituyente?

La solución es mejorar la gestión pública y administrar mejor el poder para generar resultados en tiempos de crisis y no crear un laberinto con una propuesta que trae mucha incertidumbre, engaño y mentira. Hay tantos alcaldes y gobernadores inservibles qué tiene en el medio de la basura a sus ciudadanos por falta de gerencia. El que manda un país debe agarrar bien el timón.

La gran mentira, que es cómo podría resumir esta reflexión, está en hacerle creer a la gente qur con una nueva Constitución política, la gente va a comer mejor, conseguir empleo, se va a atender mejor en salud, va a recibir mejor educación y se van a acabar los abusos de la economía. eso podría traer terribles enfrentamientos cuando la gente despierta y se dé cuenta que fue una mentira.

Un cambio de Constitución no es la solución para esos problemas. Eso mismo que se pide para la Asamblea Constituyente, en el supuesto de escribir una nueva Constitución, porque sería el poder de poderes, está escrito en la Constitución actual.

Veamos uno por uno. Ya esté escrito que se sancione los monopolios. los monopolios están prohibidos lo mismo que la concertación de precios. Ya está escrito que se de educación y salud de calidad. Ya está escrito que se trate con dignidad a la gente. Ya está escrito que se le reconozca los derechos humanos y económicos a cada peruano, entre otros puntos.

Esta vez no se puede engañar ni mentir a la gente. No se puede jugar con la necesidad ni con el estómago de la gente. Lo están diciendo ellos mismos. El Ejecutivo ha presentado un proyecto para poner una pregunta-consulta sobre si debe convocar o no a una Asamblea Constituyente en plenas elecciones regionales y municipales.

Pero es posible que ese proyecto quede en el olvido en el Congreso. De repente solo un pantallazo o una cortina de humo para que todo se distraigan del foco. Si se aprueba el referéndum para la Asamblea Constituyente, ella escribirá con políticos, independientes, pueblos indígenas y afro peruanos, una nueva Constitución. Si ésta se llega a escribir, será necesario otro referéndum para ver si se aprueba o no.

Este gobierno tiene 5 años en la administración. Ha perdido 9 meses. ¿Cuánto tiempo le va a demorar todo este proceso entre que se presente al congreso pase al referéndum, se escriba la Constitución y vuelva a otro referéndum ratificatorio? Puede ser todo el mandato o quizás más tiempo.

Hay que ser ingenuo o iluso para pensar que la economía va a seguir convaleciente mientras se debate una Asamblea Constituyente. No. No es que se tenga miedo a la Asamblea Constituyente, sino a la perversidad del anuncio de realizarla porque como ha ocurrido en otros países eso ahuyenta las inversiones, paraliza las decisiones empresariales, el empleo empieza a escasear más y la gente sufre para ganar su dinerito.

Graficando un poco el tema es como si 22 elefantes cayeran de golpe y porrazo sobre lo poco que hemos avanzado en economía y recuperación de la salud después de la pandemia y de la recepción que se ha sufrido los últimos dos años. Volviendo al ejemplo anterior. Si ahora el pan se achica en las bodegas, no habrá ni arroz ni tripa. Eso no es justo.

Aquí no se trata de defender la sin razón. Lo que pretendo es instruir a las personas que están ajenas a todo esto. Nunca voy a estar en contra del bolsillo de la gente, de mi propia familia, de mis propios familiares y del prójimo mismo. Pero no es posible que se diga una mentira tan grande como que cambiando de Constitución los precios van a bajar, la gente va a encontrar el paraíso económico y tener lo que no tiene ahora.

Con esa lógica, podemos también usar la fantasía que los precios altos que vienen de la guerra Ucrania se van a controlar con una Asamblea Constituyente. No pues, no se puede ser tan irresponsable.

Precisamente la Constitución de 1993, que puede ser modificada facilitando el retorno del Senado, o modificando el distrito electoral único o perfeccionando los mecanismos que ayuden a reflejar la voluntad ciudadana, salió después de tener un país en llamas. Un desmadre de inflación, aislamiento internacional, 50% del país en estado de emergencia y terrorismo que quería hackear al estado y millones de bocas hambrientas que no sabían que hacer. Casi todo el Perú a oscuraspor las torres voladas.

Precisamente por las ideas en las que algunos sectores creen que van a ser la salvación del Perú tales como el control de precios, la relativización de la propiedad o hacer uso de la maquinita para tener bonos todos los meses y tener a las familias con subsidio sin trabajar. Eso durará un tiempo pero luego vendrá la noche como ocurrió con Cuba Venezuela y Bolivia y ahora Nicaragua.

Sin embargo los que promueven la Asamblea Constituyente quieren condenar a muerte el régimen económico de la Constitución del año 1993, pero paradójicamente es el capítulo que ha hecho que haya más propietarios, que más pobres suban a la clase media, qur más indigentes se pongan zapatos, y qué se reduzca la pobreza , no en la proporción que se quisiera, pero los tratados de libre comercio han hecho gran cosa al servicio de los más necesitados, una tarea que tomara años para que se perfeccione.

No se trata de justificar todo porque hay cosas que hay que corregir y para eso la misma Constitución tiene sus propios resortes constitucionales para corregirse o autocorregirse, pero no le metamos clavos a las llantas del carro del Perú para que se vayan por el despeñadero cuesta abajo. No le echemos más candela la gasolina.

Espero que esto llame a la reflexión, pero quiero que estén seguros de algo. Esto es lo que pienso que puede pasar si es que la gente se deja seducir, engañar y estafar políticamente con una mentira tan grande.

Solo trato de abrirles los ojos, pero aún así soy demócrata y por tanto tolerante a las ideas opuestas.

Juntos podemos hacer un consenso, juntos debemos desterrar dos lacras. El enfrentamiento de peruano contra peruano, hablar con tonos divisionistas de pobres y ricos y juntos podemos dejar de satanizar a peruanos y extranjeros porque traen sus capitales del extranjero al Perú para darnos empleo y comida. No seamos así. Cambiemos.

Por: Jesús Jiménez Laban.

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