Por Antonio Zapata
03 Dic 2021
“La mayoría de izquierdistas entrevistados desaprueba a Castillo y ha perdido la fe en la continuidad del gobierno, pero se opone rotundamente a la vacancia. ¿Cómo interpretar estas cifras?”
La última encuesta del IEP trae una novedad que ha pasado desapercibida a pesar de su importancia cualitativa. Se trata de la distinción entre las tres posturas básicas del espectro: derecha, centro e izquierda. La encuesta no ha partido de definiciones sino de la autopercepción del entrevistado, por lo tanto la identidad es clara y directa.
De acuerdo a la encuesta, el 48% de quienes se declaran izquierdistas desaprueba a Castillo, mientras que lo apoya un porcentaje menor, el 42%. Es decir, menos de la mitad de sus electores naturales apoya al presidente. Toda esta porción de la ciudadanía votó por Castillo en la segunda vuelta y en menos de cuatro meses se halla entre sus críticos.
Esta tendencia se ve corroborada por otra pregunta clave: ¿cree usted que el presidente terminará su mandato de cinco años? Pues, los entrevistados de izquierda que piensan que no completa su período suman el 50% y superan a los optimistas que se quedan en 42%. Nuevamente tenemos que algo más de la mitad se ha desengañado con rapidez.
La tercera pregunta clave es por la vacancia. Ahí el dato es que la izquierda muy mayoritariamente está en contra, al igual que el centro. Por ello, la vacancia por ahora es minoría en el país.
Así, la mayoría de izquierdistas entrevistados desaprueba a Castillo y ha perdido la fe en la continuidad del gobierno, pero se opone rotundamente a la vacancia. ¿Cómo interpretar estas cifras?
Parte de la respuesta se halla en la suma de descontentos en la misma izquierda, que se extiende a dos grupos distintos aunque agregados en la estadística. Por un lado, una izquierda democrática que se siente decepcionada por la baja calidad de algunos nombramientos, los indicios de corrupción que saltan a la vista y el desmontaje de lo poco que se había avanzado en la modernización del Estado. Pero, ahí se halla también la izquierda radical, de alguna manera representada por Perú Libre, pero que es un movimiento extendido que supera sus marcos partidarios. Todos los que apostaban por comenzar el gobierno instalando una Asamblea Constituyente se sienten defraudados. Al sumarse dos tipos de descontento en la izquierda, los que aprueban a Castillo se han reducido en forma significativa.
Pero la mayoría de electores izquierdistas no están por la vacancia porque tiene un sentido democrático que rechaza el robo de la voluntad ciudadana a través de una maniobra parlamentaria. Encima, apelando a motivos ajenos a la norma constitucional.
Esta interpretación se refuerza con la siguiente pregunta por aceptación del Congreso y de las bancadas. El dato más saltante es el enorme rechazo a la bancada de Fuerza Popular, que alcanza el 71%, una desaprobación que viene del período anterior y se ha multiplicado por su rol en la campaña del fraude y ahora en la vacancia. En esta larga campaña por evitar o destruir al gobierno de Castillo se juega tanto la libertad judicial de Keiko Fujimori como las ambiciones de López Aliaga por encabezar la derecha.
Otro dato relevante de la encuesta es la escasa confianza ciudadana en las opciones al interior del sistema. El Congreso está desaprobado y todas las bancadas comparten el rechazo ciudadano. La bancada mejor considerada es Juntos por el Perú, pero su desaprobación es 56% y su respaldo apenas 31%, de tal manera que la felicitación a sus integrantes debe venir acompañada por la reflexión que, aun con ello, el Congreso en su conjunto es tan mal visto como el Ejecutivo.
Así, la encuesta del IEP arroja una conclusión pesimista sobre el Perú de hoy, incluso los izquierdistas la ven difícil y se han distanciado del Gobierno.
