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Opinión

Las dos caras de un Perú fracturado que recibirá el gobierno del Bicentenario

TENDENCIA. Las últimas cuatro elecciones presidenciales han mostrado dos bloques regionales que siempre votan por una misma tendencia: en defensa del sistema o reformista.

En base a los resultados electorales para la presidencia, desde 2006 hasta 2021, OjoPúblico identificó dos bloques electorales en en el Perú que siempre han votado por similares propuestas políticas. El primero, que incluye a Lima, y otras cuatro regiones del centro y norte del país, con las ciudades más grandes y beneficiadas del crecimiento económico, ha apostado de manera constante por candidatos que proponen mantener el modelo económico. El segundo, integrado por Cusco, Puno y otras cinco jurisdicciones del sur, donde las brechas de desigualdad aún son grandes, han votado de manera ininterrumpida por postulantes que plantean cambios. ¿Qué nos dicen estos datos? Aquí un análisis desde la voz de analistas regionales.

Una semana antes de la segunda vuelta, cientos de simpatizantes del candidato Pedro Castillo Terrones llegaron con banderas de Perú Libre a los alrededores del cerro Huaynarroque de Juliaca, en la región altiplánica de Puno. En dicha localidad, el postulante realizó uno de sus últimos mítines antes de los comicios para elegir al Presidente del Bicentenario. Aquí, según el último conteo oficial, Castillo Terrones obtuvo el 89% de los votos, un porcentaje que se repitió, en promedio, en otras regiones del sur como Cusco y Huancavelica.

Al otro lado, Keiko Fujimori Higuchi, de Fuerza Popular, eligió la ciudad de Piura para iniciar la jornada de cierre de su tercera campaña presidencial. La tarde del 2 de junio, los alrededor del Óvalo Grau, en la ciudad piurana, se abarrotaron de banderolas naranjas con la frase “Keiko Presidenta” en letras negras. En dicha región, la candidata alcanzó el 60% de los votos, cifras que se repitieron en otras regiones del norte como La Libertad y Lambayeque, y en la región porteña del Callao y la ciudad de Lima.

Ambas escenas del final de esta campaña son la expresión de un distanciamiento que se ha hecho evidente durante los últimos 15 años entre dos bloques de regiones, que representan en conjunto el 68% de los electores hábiles para votar a nivel nacional. Desde el año 2006, los resultados electorales para elegir al Presidente revelan que los electores de estos dos grupos han optado por opciones políticas contrapuestas, según ha quedado plasmado en el archivo histórico de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

AMBOS GRUPOS DE REGIONES REPRESENTAN, EN CONJUNTO, EL 68% DE LOS ELECTORES HÁBILES PARA VOTAR A NIVEL NACIONAL.

Por un lado, la costa centro y el norte apuestan por candidaturas que defienden un tipo de modelo económico implementado desde los años 90; a lo cual se suma un recuerdo favorable del expresidente Alberto Fujimori, sobre todo durante el Fenómeno del Niño de 1997. Por el otro, un bloque importante de regiones del sur apoyan a candidatos que prometen cambios a dicho sistema; y que al mismo tiempo representa una reivindicación de su propia identidad, frente al olvido del Estado, y contra el centralismo limeño.

 

Pedro Castillo - Puno

CONTEO DE LA ONPE. Las regiones del sur que votaron mayoritariamente por Pedro Castillo fueron Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Tacna, Moquegua, y Puno.
Foto: Andina

 

En las elecciones de este año, dicha oposición ha vuelto a plasmarse en las urnas. De acuerdo al conteo oficial de la segunda vuelta, del domingo 6 de junio, las regiones de la costa centro, como Lima y el Callao, y del norte peruano registraron un apoyo masivo a favor de Fujimori Higuchi, con una votación de entre 58% y 67%. Mientras que en el sur del país, Castillo Terrones alcanzó cifras que superaron el 70% en regiones como Moquegua y Tacna; mientras que en Puno el apoyo alcanzó el 89% de los votos hábiles.

OjoPúblico analizó los resultados de las elecciones presidenciales entre los años 2006 y 2021, y entrevistó a analistas de dichas regiones, para perfilar y entender el voto detrás de los últimos comicios en el país. El primer bloque de regiones está conformado por Lima (que por sí sola cuenta con el 34% de electores hábiles para sufragar), Callao, Piura, La Libertad, y Lambayeque; y el segundo está integrado por las regiones del sur de Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Tacna, Moquegua, y Puno.

De acuerdo al análisis, el primer bolsón electoral concentra el 53% de los electores hábiles. Estas regiones desde el 2006 han elegido en la primera vuelta presidencial a candidatos que prometen mantener el modelo económico: Alan García Pérez, Keiko Fujimori Higuchi y Pedro Pablo Kuczynski Godard. En la segunda vuelta, este bloque del centro y el norte también ha votado, de manera reiterada, a favor del candidato que defiende este modelo: García Pérez en 2006, o Fujimori Higuchi en las últimas tres elecciones.

“Definitivamente Piura es fujimorista, pero no por Fuerza Popular ni Keiko, sino por el padre Alberto Fujimori”, explicó la especialista piurana en gestión pública Juana Huaco García. El recuerdo del Gobierno de Fujimori, y sobre todo su reacción ante el Fenómeno del Niño en 1998, aún queda en la memoria de los piuranos. “Mucha gente se siente muy agradecida con Alberto Fujimori, sienten que su primer gobierno hizo mucha obra social en el norte del país”, agregó Huaco García.

Un análisis similar tiene Narda Carranza Pinedo, investigadora social de La Libertad y cofundadora del centro de investigación NOR. “El fujimorismo representó una vuelta a la página a todo lo que no funcionaba en las regiones del norte; una centralización del poder que era más eficiente”, explicó. La politóloga sostiene que a esto se sumó la presencia de Alianza Para el Progreso dentro de instituciones privadas y públicas en el norte, y que en los últimos años ha sido un aliado político del fujimorismo, sobre todo en el Congreso.

 

Fotografía de un mitin de Keiko Fujimori en Sullana, Piura

CANDIDATURAS. Mitin de Keiko Fujimori en Piura, donde la mayoría de sus electores han votado por candidatos que defienden el modelo económico.
Foto: Facebook de Keiko Fujimori

 

La tendencia a votar por estas candidaturas prosistema, además, se explica por el crecimiento económico de estas regiones debido a la agroexportación. “Antes uno viajaba en avión y, al llegar a Piura, veías desierto; ahora ves cultivos de uva, palta, pimiento piquillo a través de empresas agroindustriales con 3.000 trabajadores”, dice Huaco García. Las agroexportaciones en La Libertad han crecido un 20% anual; y Lambayeque exportó, antes de la pandemia, productos agrarios valorizados en US$163 millones.

El segundo grupo de regiones ─Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Moquegua, Puno y Tacna─ representan el 14% del padrón. Estas siete regiones del sur han votado, de manera ininterrumpida desde 2006, por candidaturas de izquierda que han planteado reformas el modelo económico: Ollanta Humala Tasso, Verónika Mendoza Frisch y, en el último proceso electoral, Castillo Terrones. En la segunda vuelta de 2006, 2016 y 2021, las preferencias se repitieron al votar por Humala Tasso dos veces, y por Castillo Terrones.

“En el sur se vota contra el status quo, contra la continuidad centralista y la concentración de poder”, dijo el politólogo cusqueño Paolo Sosa Villagarcía del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), y agrega que esto se remonta incluso a los años 50, cuando estos sectores apoyaron a Fernando Belaunde frente al general Manuel Odría. Por su parte, el sociólogo y docente de la Universidad del Altiplano en Puno, Eland Vera Vera, sostuvo que el anticentralismo además responde “a un Estado que practica un racismo encubierto hacia los pueblos originarios”.

 

Mapa electoral con las votaciones en segunda vuelta del 2021

APOYO. Pedro Castillo registró su apoyo más alto en las regiones del sur, mientras Keiko Fujimori registró sus votaciones más altas en la costa centro y el norte.
Foto: Facebook de Pedro Castillo

 

Los pueblos indígenas Aymara, Quechua y Uru, por ejemplo, viven en Puno; mientras que en Cusco, además del pueblo Quechua, residen comunidades amazónicas como los Kichwa y Matsigenka, entre otros, según el Ministerio de Cultura. El pueblo Aimara también tiene una presencia importante en Moquegua y Tacna. Los Quechua abarcan además extensas zonas dentro de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica. “El voto del sur es contra un Estado configurado para no ofrecer una política pública intercultural”, señala Vera Vera.

Ambos analistas coinciden en que el sur no es necesariamente de izquierda: “No es que el sur sea ‘rojo’ en el sentido marxista o socialista; lo que sucede es que existe un deseo de reivindicación y reconocimiento a la propia cultura”, dijo Vera Vera. Este voto, además, presenta propuestas concretas, según Sosa Villagarcía: “Se usa el término ‘voto de protesta’ de manera despectiva, como si fuera un voto irracional, pero hay una agenda clara”. Esta incluye la descentralización política y económica, y el cambio de la Constitución.

La segunda vuelta de 2016 fue diferente para el sur: se enfrentaron Fujimori Higuchi y Kuczynski Godard, ambos candidatos de derecha. A excepción de Ayacucho, que votó en mayor porcentaje por Fujimori, estas regiones eligieron a PPK, luego de recibir el endoso de Verónika Mendoza, candidata de izquierda que quedó tercera en esas elecciones. Ese apoyo también se explica por un fuerte sentimiento antifujimorista, según los expertos. “En el sur el fujimorismo levanta muchas dudas por los 90’”, explicó Sosa Villagarcía.

Para Vera Vera, el rechazo a los Fujimori cuenta con un elemento adicional: “Alberto Fujimori representa un hombre que llegó al poder y traicionó a la población indígena”. Una situación similar ocurre con Humala Tasso, quien se presentó como un candidato de izquierda y realizó un gobierno que no cambió el modelo. “Ningún candidato termina representandolos en el Estado; el sur considera que ponen a un candidato en el poder y luego gobierna dejando de lado sus propuestas y reprimiéndolos en los conflictos sociales”, dijo Sosa Villagarcía.

Dichas regiones del sur, además, son centros de grandes proyectos mineros y escenarios de conflictos sociales. La provincia de Espinar en Cusco, por ejemplo, ha registrado protestas contra la minera Antapaccay, bajo administración de la multinacional de capitales suizos Glencore. La región de Apurímac, por su parte, presenció el cierre del corredor minero del sur por la comunidad de Fuerabamba en 2019. Ese mismo año, la Defensoría del Pueblo registró protestas en Huancavelica contra la actividad minera de Doe Run.

Es este contexto por el que, según el politólogo cusqueño del IEP, Castillo Terrones haya sido reticente a moderarse. A diferencia del electorado en Lima que vio dicha posición como una mala estrategia de campaña, “en el sur es visto como que Castillo quiere cumplir su palabra y no se va a torcer al llegar al Gobierno”. Al 100% de las actas procesadas y el 99,4% de las contabilizadas, los votos de estas regiones han permitido que el candidato de Perú Libre mantenga su ventaja frente a la candidata de Fuerza Popular.

 

Casi dos décadas de disputa electoral

Entre las regiones del primer grupo (Lima, Callao, Piura, La Libertad, y Lambayeque), la capital concentra el mayor porcentaje de electores. Durante la primera vuelta de este año fue uno de los bastiones electorales del candidato ultraconservador y difusor de mensajes de odio Rafael López Aliaga Cazorla, de Renovación Popular. Desde 2006, cuando Lima contaba con 5,6 millones de ciudadanos en edad de votar, la capital ha aumentado estas cifras hasta los 8,3 millones de habilitados para sufragar, de acuerdo al padrón actual.

En la primera vuelta del 2006, el candidato García Pérez, del Partido Aprista, obtuvo el primer puesto en cuatro de estas cinco regiones. En La Libertad y Lambayeque, entonces bastiones de dicha organización política, el apoyo alcanzó el 53,5% y 37,1% de los votos válidos. En Piura y el Callao, el expresidente registró el 32,2% y 30,9% de la votación. Solo en Lima ganó Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano; también postulante prosistema que fue calificada como “la candidata de los ricos” por García Pérez.

 

 

El apoyo de la costa centro y el norte a candidatos prosistema se repitió en 2011. En Piura, La Libertad y Lambayeque, Fujimori Higuchi obtuvo el primer puesto y registró entre el 28,5% y 32% de los votos. Para esos comicios, los datos de la ONPE diferenciaron a Lima Metropolitana, donde ganó Kuczynski, de las otras provincias de dicha región, en las cuales Fujimori Higuchi resultó ganadora. En la segunda vuelta entre la candidata fujimorista y Humala Tasso, estas cinco regiones apoyaron a la primera.

En las siguientes elecciones, del 2016, las cinco regiones de este bloque votaron por Fujimori Higuchi, quien postuló con Fuerza Popular. El apoyo a la candidata en Lambayeque y Piura, por ejemplo, alcanzó el 50,6% y 55% de los votos válidos, respectivamente. En La Libertad, asimismo, obtuvo el primer puesto con el 49,3% de la votación, mientras que en Lima y Callao el apoyo rondó el 40%. En la segunda vuelta, salvo la capital donde ganó Kuczynski, este bolsón electoral prosistema eligió a Fuerza Popular.

En la primera vuelta de este año, Fujimori Higuchi ganó en tres de las cinco regiones (solo perdió en La Libertad frente al exgobernador de dicha jurisdicción, César Acuña Peralta, y en Lima contra el candidato de derecha Hernando de Soto). Su porcentaje más alto lo obtuvo en Piura con 24,9%. Al cierre de edición, el conteo oficial en estas jurisdicciones para la segunda vuelta ya había culminado, y mostraba un apoyo conjunto a Fuerza Popular. En el Callao, por ejemplo, Fujimori Higuchi alcanzó el 67,4% de los votos válidos.

 

 

Aunque con muchos menos electores, el bloque de las regiones del sur es liderado por Cusco y Puno: cada una tiene alrededor del 4% de ciudadanos hábiles para sufragar, según el padrón electoral desde 2006. Estos números no se han incrementando de manera significativa en estos 15 años. Cusco ha sido tierra natal de políticos como el expresidente y excongresista Valentín Paniagua Corazao; de la excandidata presidencial Mendoza Frisch; y del exlegislador y exalcalde de Cusco, Daniel Estrada Pérez.

Los resultados de la primera vuelta de 2006 revelan que Humala Tasso de Unión por el Perú obtuvo el primer puesto en estas siete regiones, con una votación que llegó hasta 62,7% en Ayacucho. En las otras seis jurisdicciones, el candidato nacionalista registró entre 42,4% y 59,4% de los votos válidos. Durante la segunda vuelta contra el expresidente García, Humala Tasso ganó en este bloque electoral. En las regiones de Apurímac, Cusco y Huancavelica superó el 73%, mientras que en Ayacucho registró 83,4% del balotaje.

El grupo de regiones del sur también votaron mayoritariamente por el candidato que representaba un sector de la centro izquierda en 2011. En dichos comicios, Humala Tasso fue nuevamente candidato, y de nuevo obtuvo el primer puesto en estas siete regiones en la primera vuelta. Esta vez, el postulante de Gana Perú registró su principal apoyo en Cusco y Puno, con el 62% de los votos válidos. Durante la segunda vuelta, Humala Tasso volvió a ganar en estas regiones frente a Fujimori Higuchi, y superó el 72%.

 

 

En el año 2016, la candidata de izquierda Mendoza Frisch del Frente Amplio obtuvo entre 31% y 53% en esta regiones del sur. Su principal apoyo provino de Ayacucho (52,8%) y Huancavelica (53,1%). Aunque Mendoza Frisch no pasó a segunda vuelta, una semana antes de la definición endosó su apoyo a Kuczynski frente Fujimori Higuchi. Salvo Ayacucho, las otras seis regiones fueron para el primero de estos candidatos.

En las elecciones de 2021 el candidato Castillo Terrones ganó la primera vuelta en estas siete regiones, entre las cuales destaca el porcentaje de votos válidos obtenido en Huancavelica (54,2%), Apurímac (53,4%) y Ayacucho (52%). Al 100% de las actas procesadas en la segunda vuelta, Perú Libre obtiene una holgada mayoría en estas siete jurisdicciones. Entre ellas destaca el caso de Puno, donde Castillo Terrones ha obtenido más del 89% de los votos válidos; mientras que en Cusco fue 83%, y en Huancavelica, 84,8%.

Son estas regiones del sur, precisamente, donde la candidata Fujimori Higuchi, apoyada en mayoría por Lima y las regiones del norte, ha presentado recursos de nulidad contras las mesas que fueron favorables a Castillo Terrones. Solo en Ayacucho, por ejemplo, los recursos legales presentados por Fuerza Popular alcanzan los 187; y en Cusco estos superan los 30. El cierre de esta campaña electoral de un año, por cuarta vez consecutiva, vuelve a mostrar las dos caras de un país fragmentado por las urnas.

Tomado de : OJO PUBLICO.

Por: Ernesto Cabral.- Ilustración: Claudia Calderón

 

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