En este preciso momento, en San Marcos se están uniendo estudiantes, egresados y egresadas, docentes, artistas y quien así lo desee para acompañar a las delegaciones que han llegado a la Universidad desde diversas regiones del Perú. San Marcos vuelve a ser un ejemplo de solidaridad y democracia como siempre ha sido. Por su parte, la dictadura de Boluarte y sus alfiles -rectora de la UNMSM incluida- siguen siendo ejemplo de fractura con el sentir mayoritario de un país. Para Jeri Ramón (rectora de San Marcos) quienes viajan a Lima para exigir democracia haciendo valer el derecho a la protesta “malogran” la institución y deberían “ir a parques a sentarse o a dormir”.
Estas declaraciones de verguenza evidencian la distancia de la institucionalidad del país y nos recuerdan que lo mejor que te enseña la universidad no está en las aulas, sino sobre todo fuera de ellas. La solidaridad, la empatía, el compromiso democrático y el amor por tu patria entendido como un amor a su gente y no a los símbolos o a sus paisajes exclusivamente, es parte esencial del desarrollo universitario y el aprendizaje colectivo en ese periodo.
San Marcos está dando, como ha hecho ya tantas veces, ese ejemplo de UNIVERSIDAD en mayúsculas y, aunque sus autoridades -ni tampoco las autoridades políticas- estén a la altura de este momento político, la historia nos ha enseñado ya que los demócratas vencen. ¡Fuerza San Marcos! Y, sobre todo, gracias.
Por su parte, la UNI, poco después de conocer la actitud de Jerí Ramón (rectora de San Marcos) quien solicitaba la presencia de las fuerzas del orden para cerrar las puertas de esa casa universitaria que no es suya sino de la comunidad universitaria, se ha sumado a la lucha popular y dará albergue a los hermanos y hermanas peruanas que llegan desde distintas regiones a Lima para participar en la Marcha de los 4 suyos. Otro ejemplo de UNIVERSIDAD en mayúsculas. Y, por qué no decirlo, de evidente conciencia de clase que se hace notar en los momentos críticos como este en el Perú.
En la misma línea, y como bien señala uno de los comentarios a este texto, las universidades públicas de fuera de Lima han sido protagonistas mucho antes que hoy. Son las primeras que alzaron la voz y se sumaron al Perú movilizado que hoy llega a Lima tras semanas de movilización sostenida. Entre las delegaciones que viajan a Lima, están delegaciones universitarias que entienden de amor a la patria mucho más que los uniformes. Hay que relatar también el papel especial del sur en esta articulación. Algo que tocará recordar cuando se abra el debate sobre las universidades que debería incluir este tipo de acciones en consideración, siempre.
Que quede para la memoria colectiva el ejemplo de democracia y colectividad que las universidades públicas están dando a todo el Perú. Que quede para la memoria colectiva el papel de la educación pública que no ha dudado en saber cuál es su papel. Cuando hablamos de la academia, hablamos también de esto. Nada mejor que una academia impugnadora y crítica con la realidad y no sólo observadora desde una torre de Babel. San Marcos y la UNI hoy son un hermoso ejemplo de esa academia posible.
Ojalá otras casas de estudio, tan reputadas y pomposas con sus diplomas de calidad merecidos sin duda, entendieran que la calidad universitaria se mide también en el grado de humanidad que enseñas y compartes con tu comunidad universitaria. En el grado de compromiso con la realidad nacional y no sólo con el análisis en las alturas. En el acompañamiento material que haces de los procesos históricos de tu país. Porque en esas aulas aprendemos mucho más que una carrera, aprendemos vocación ciudadana y un anhelo por mejorar las cosas. Y eso siempre se demuestra en las calles y no en un examen final.
