Estas son las voces que deberíamos oír este 8M que viviremos en dictadura. Voces que no son hegemónicas ni en la gran prensa ni, lamentablemente en el “movimiento feminista” que en el Perú también cae en las taras estructurales de toda la sociedad y muchas veces no oye o, peor aún, querer tutelar la agenda de las mujeres que en el Perú necesariamente incluye las variables de raza y clase.
Hace unos meses entrevisté a Puka T’ika para un episodio de “La Batalla de las Palabras” sobre la palabra DESARROLLO. Porque creo que la mala visión “desarrollista” en los marcos del neoliberalismo es además de machista, incompatible con la vida. Hoy vuelvo a oír a Diana, esta vez en este vídeo de Wayka que comparto porque me parece más sensato que muchas publicidades por el 8M juntas.
El feminismo supone también dar pasos al costado. No solo supone luchar por la representación de las mujeres, sino de todas las mujeres. No solo supone mirar el techo de cristal para romperlo, sino encargarnos de que las que barren esos cristales rotos no sean siempre las mismas. Así como le pedimos desde los feminismos a los hombres oírnos y callar, y muchas veces ceder su espacio de poder a las mujeres, este 2023 es una excelente oportunidad en Perú para poner las voces de nuestras hermanas aimaras, quechuas, campesinas, indígenas, en la primera línea. Y eso supondrá tener algunas diferencias en la agenda, sí. También prioridades distintas.
Eso supondrá que algunas te digan “nunca debieron sacar a Castillo” y que debas callar tu perspectiva no porque no tengas razón, sino porque no te toca siempre ser la voz principal. O que a lo mejor pidan su libertad y, si no estás de acuerdo (como todo el poder), parar un segundo a oír sus razones porque, créeme, en ningún otro espacio podrán darlas.
Cuando hablamos de democratizar el poder también hablamos de esto. Se abre una gran oportunidad este 8M para que el eje democrático sea el protagonista verdadero. Y así como hay que dejar de aceptar ese interesado discurso que nos dice que son los líderes de centro, iluminados e ilustrados, los que deben “liderar” las protestas en las que muchos de ellos no participan ni conocen, también corresponde a las mujeres que luchan a diario desde espacios que nunca son hegemónicos marcar su agenda democrática. Las aimaras están dándonos una lección de lucha feminista desde hace mucho y especialmente desde el 7 de diciembre de 2021. Estoy orgullosa de contar con ellas como voceras. Este 8M es más suyo que de otras peruanas porque su lucha es por la vida, la dignidad y los derechos.
Ser demócrata feminista hoy es exactamente esto. Gracias a Wayka por estos testimonios y por la invaluable chamba periodística de estos meses. Y también a otras mujeres como Jacqueline Fowks que están poniendo el cuerpo ante el riesgo a diario para contar todo lo que la dictadura quiere que no veas. Eso es feminismo, eso es democracia. Ellas me representan.