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Opinión

Laura Arroyo Garate: La disputa de fondo sigue estando basada en una palabra clave: DEMOCRACIA.

Lo que se disputa hoy es: ¿una democracia real que incluya a todos y todas como iguales o seguir con la democracia falsa, limitada y fallida que sólo lo es para las élites en el poder?
Hace meses podía anticiparse -y de hecho se hizo desde diversos espacios aunque el poder mediático nunca mostrara esta discusión- que la VERDADERA salida a la crisis sistémica necesariamente implicaba hablar de democratizar el poder. Ni las elecciones anticipadas, ni el adelantismo, ni la reforma únicamente electoral, mucho menos que esa reforma la haga ese Congreso impresentable de 6% de legitimidad, ni vacar a un Presidente (bueno o malo en su gestión y eligiendo su círculo de confianza), etcétera eran resoluciones a nada.
Porque la disputa de fondo es hoy la misma que fue hace un año y medio y hace cinco años y hace diez y a hace veinte. El problema es el tipo de democracia de élites que se sostenía como normalidad. Cuando el pacto democrático -precario y débil- se rompe del todo en 2021 con un Presidente electo al que las élites deciden no reconocer e intentar derrocar desde el minuto menos uno, se agudiza el quiebre de ese pacto falaz. No era democracia, era SU democracia. La de las élites.
Y hoy sigue siendo esa la gran pregunta de fondo y la disputa que vemos en las calles y en los espacios de politización popular. A mi juicio la respuesta es clara: solo se empieza a salir de esta crisis democratizando el poder. Y además, es de justicia. Pero algunos auto-llamados “demócratas” insisten en que la disputa es entre terrucos y ciudadanos, violentos y pacíficos, orden y caos o hasta Lima y regiones. Eso no es así. Lo que está en juego es la democracia real que queremos construir frente a la democracia “formal” y fallida controlada solo por algunos.
Y, siguiendo esta necesidad de democratizar el poder, es fundamental devolver la voz a la gente y el poder a la gente. ¿Cómo? Con un referéndum para elegir si queremos o no una Nueva Constitución. Nada más democrático que votar lo que queremos. Que decidir en común. Que concurrir a las urnas para hacernos oír y que decida la mayoría. ¿A qué le temen? Esa es la democracia.

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