El exdiplomático indicó en conversación con Xinhua que las empresas multinacionales seguirán teniendo esa perspectiva sobre China, en la medida en que esta siga ofreciendo un “amplio abanico de posibilidades” para los bolsillos internacionales.
“Entonces, los chinos estarán en la mira de aquellos que quieren seguir trabajando procesos de inversión, sobre todo con adquisiciones que vienen de un país que tiene una enorme demanda”, sostuvo.
Consideró que un elemento que ha jugado a favor del país asiático en medio de la fricción comercial que inició en marzo de 2018 durante el Gobierno del entonces presidente estadounidense Donald Trump, es que “los chinos se han esforzado en mejorar la calidad y cualidad de sus productos”.
Una de las ventajas que ha tenido es que “se ha ensanchado” y las empresas de los países en desarrollo, como Perú, “apuntalan a China por la diversidad y heterogeneidad de sus márgenes de producción que ofrecen al mercado mundial”.
Se debe recordar que en marzo de 2018, Estados Unidos inició una guerra industrial contra China, luego de que Trump anunciase la intención de imponer aranceles de 50.000 millones de dólares a los productos chinos bajo el artículo 301 de la Ley de Comercio 1974.
Rodríguez Mackay, quien también es presidente del Instituto Peruano de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (Ipediri), aseveró que esa acción deja ver que el país norteamericano “hace lo imposible para no seguir perdiendo espacios políticos-económicos que en el pasado estuvieron bajo su liderazgo”.
En tanto, China, mediante su iniciativa de la Franja y la Ruta, “sigue ganando adictos” en diferentes partes del mundo, generando importantes ganancias y muchos beneficios para los países donde se desarrollan los proyectos de infraestructura.
Al considerar que “las matemáticas no engañan”, precisó que las cifras sobre China confirman “su ascendente proceso internacional”, y que las empresas ven en este país las “enormes posibilidades de abrir espacios” sobre la base de las apuestas en oferta y demanda que está haciendo China.
Al ser consultado sobre por qué la economía china no ha colapsado en los últimos seis años, en medio de la guerra comercial, Rodríguez Mackay respondió que es evidente que “tiene una parte ensanchada de resorte económico para situaciones de crisis”, como la pandemia que golpeó al mundo.
“Seguramente los chinos se han preparado para tener ese trato a la resiliencia con momentos realmente dramáticos del sistema internacional, que a todos los demás países no les ha pasado igual, algunos otros han sido impactados y se han caído”, observó.
Finalmente, sostuvo que lo mejor de China y Estados Unidos puede entrar en un “proceso de simbiosis comercial, pues no veo por qué tendrían que ser relaciones incompatibles o relaciones a distancia”.
“La confianza es el elemento fundamental para abrir el abanico en todo el espectro de una verdadera relación bilateral (…) La confianza es el factor que debe primar en un marco realista de competencias propias del sistema internacional que no es homogéneo”, agregó.