El expresidente ecuatoriano Rafael Correa estrena este lunes la quinta temporada de su programa de entrevistas políticas, ‘Conversando con Correa. Golpes de Estado’. El primer programa coincide con el 50 aniversario del golpe de Estado contra el presidente chileno Salvador Allende, que se quitó la vida durante el asalto al palacio presidencial el 11 de septiembre de 1973, y el invitado es su nieto, Pablo Sepúlveda Allende, hijo de Carmen Paz, primogénita del mandatario.
Correa y Sepúlveda, médico como su abuelo, hablaron de los recuerdos íntimos de la familia Allende, de cómo encararon desde el exilio este durísimo episodio y de cuál ha sido el legado de su abuelo. Desde otro punto, menos personal, en la entrevista también se analizaron las consecuencias de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) en el Chile actual.
“Costaba mucho recordar y evocar para ellos lo que fue el golpe e incluso recordar a Allende causaba mucho sentimiento. Entonces, por ejemplo, mi mamá hablaba muy poco de su padre como persona, como padre, como familia”, reconoció Sepúlveda, que atribuyó este comportamiento a “un trauma del golpe de Estado”.
Para Sepúlveda ser nieto de una personalidad de la talla de Allende es “una responsabilidad, claro”. “No en el sentido de tratar de seguir sus pasos, que es como aspirar a mucho, pero sí tratar de hacer lo correcto en ese sentido, teniendo esa carga simbólica, histórica”, aseveró.
También admitió que su abuelo influyó, en parte, a la hora de decantarse por su profesión. “Estudié en Cuba, donde también se orienta mucho hacia la medicina social. Allende ejerció muy poco la medicina. Él entendió que mejorar la salud del pueblo era a través de las políticas públicas, transformando la sociedad”, afirmó.
“El PS traicionó el legado de Allende”
Sepúlveda nació en México, se formó en Cuba, vivió en Venezuela, donde ayudó al gobierno bolivariano en sus misiones, sobre todo de salud, y actualmente está en Chile, tras las protestas del 2019.
Correa consideró que el fenómeno social chileno fue “sumamente interesante”, pero “no fue aprovechado en su justa dimensión”. “De hecho, creo que ha sido desperdiciado porque la Constituyente fue una gran oportunidad para cambiar la Constitución de Pinochet y hacer una revolución democrática”, espetó.
En este sentido, Sepúlveda destacó que el estallido social “fue una impugnación directa del modelo neoliberal y político de Chile“.
El nieto de Allende habló también del Partido Socialista (PS), del que su abuelo fue uno de los fundadores. “El Partido Socialista entregó mucho de sus principios para estar en la gobernabilidad y ha traicionado mucho el legado de Allende, partiendo por el cobre, lo siguieron desnacionalizando, vendiendo a las transnacionales […] y ahora a 50 años, el 70% del cobre que se produce en Chile es extranjero”, aseguró.
Y volviendo a evocar el golpe, Sepúlveda puso dos ideas sobre la mesa. La primera, que parte de la crisis económica chilena en los años 70 fue causada por un sabotaje económico interno y de EE.UU.; y la segunda, que “el director del diario ‘El Mercurio’ confesó que actuó con la CIA para promover el golpe contra Allende”.
Allende, una inspiración
Allende dejó un gran legado. “Yo creo que pasa por haber sido el primer presidente en la historia que se declara marxista y declara abiertamente querer construir socialismo y que salga electo”, destacó.
“En ese momento tal vez era muy temprano, pero después se vio que era precursor un poco de todos los procesos, de los cuales usted [Correa] también fue parte, de corte izquierda y de corte populares, que llegaron a los gobiernos de América Latina en el siglo XXI, en el siglo XXI, empezando con Chávez y después con los que se fueron sumando hasta lograr ciertos niveles de integración latinoamericana”, puntualizó.
Y añadió: “Me da la sensación de que todos ellos tenían cierta inspiración en Allende por haber logrado un gobierno de izquierda y popular a través de las urnas y sin enfrentamiento armado”.
“La norcorea del neoliberalismo”
Por último, el expresidente destacó que, con la victoria de Pinochet, Chile se convirtió en el experimento neoliberal más importante a nivel mundial, donde “se privatizó hasta el agua”.
Hasta el punto de que se conoce al país como “el norcorea del neoliberalismo”. “Hoy por hoy es el país con el mayor desarrollo relativo de América Latina. ¿Tuvo éxito el neoliberalismo chileno?”, preguntó Correa.
“Yo creo que hay mucho de parapeto respecto a ese bienestar de la economía chilena y de la sociedad […] creo que hay un poco un discurso armado con eso de que Chile es el más próspero. En Chile, hay pobreza. Yo he vivido en Cuba y hay más desarrollo humano que en Chile, pero por lejos. Hay mucho más bienestar social, mucha más cultura, mucha más educación y mucha más salud”, sentenció Sepúlveda.
Correa se despidió ratificando su admiración hacia Allende: “Pese a que dejó la vida en su misión, mientras que el dictador Pinochet murió de viejo en impunidad […] por todos lados del mundo encontrarás monumentos a Salvador Allende y, por el contrario, no encontrarás ninguno de un criminal como Pinochet“.