He marchado con mi hijo muchas veces, por los derechos de la mujer, por la unión civil, por la calidad de la educación… y siempre fui consciente de que las marchas son espacios multitudinarios donde las cosas se pueden desbordar. Sin embargo, jamás dudé de que ante cualquier problema la policía nos protegería o por lo menos no nos agrediría.
Mujeres de Puno llegaron a Lima a marchar por lo que consideran justo. Lo hicieron con sus hijos cargados en la espalda como lo hacen todo en su vida: cocinan, trabajan, van al mercado, a la chacra… todo. ¿O acaso no hemos notado que quienes no tienen el privilegio de contratar nanas han diseñado una lliqlla que les permita cargar con la guagua y tener las manos libres?
A ellas la policía las recibió tirándoles gases lacrimógenos al cuerpo. Las agredió y las humilló porque sus hijos valen menos que los nuestros.
Dejen de culparlas no seamos tan bestias. No trajeron a sus bebés como escudo humano no querían una foto para victimizarse. Protestaron pacíficamente y la policía las atacó. Culparlas equivale a decir que las mujeres a las que se las violan por caminar solas tienen la culpa por “exponerse”.
Hay una mujer con prisión preventiva por haber venido a marchar y haber dejado a sus hijos en Puno. La jueza argumentó que eso demostraba que no tenía arraigo familiar. ¿Se dan cuenta de que hay peruanas que siempre pierden? Siempre.
