Comenzamos esta semana con nuevos titulares en los ministerios de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; Cultura; Desarrollo Agrario y Riego; Producción; Energía y Minas; Inclusión Social y la Presidencia del Consejo de Ministros. En conjunto, el Gabinete recompuesto debe superar la lógica de la confrontación estéril con la mayoría opositora del Congreso y afrontar los problemas más álgidos que atraviesan nuestros pueblos. Desde aquí, va este aporte para enfocarlos.
En primer lugar, tenemos la agenda pendiente de eliminación de la violencia contra la mujer. La nueva ministra del sector, Heidy Juárez, haría bien en revisar el reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para la campaña Quitémonos la Venda, que da cuenta de 54 546 casos de violencia sexual contra la niñez y adolescencia entre los años 2017 y 2021, denunciados en los Centros de Emergencia Mujer. Es decir, 30 por día. Incluyendo tentativas, hostigamientos, comentarios sexuales o exposiciones de niños o niñas a pornografía.
Según este mismo informe, un 99% de abusadores de menores son hombres. De estos, el 20% es padre de la víctima, el 24% es el padrastro, el 23% es el tío – 67% son familiares cercanos- y el 20% sigue viviendo en la misma casa que su víctima, lo que dificulta la recuperación de la misma. La nueva ministra habría de coordinar con su par Kelly Portalatino, ministra de Salud, el otorgamiento de terapias sicológicas y eventualmente siquiátricas, individuales y familiares para las niñas y adolescentes víctimas, más allá de la atención de contención de emergencia.
La ministra Juárez también debería coordinar con el ministro del Interior, Willy Huerta, el impulso de redes vecinales de prevención de la violencia contra mujeres y niñas, que incluyan el aliento a la denuncia inmediata y el apoyo a las víctimas. Cabe recordar que todos y todas podemos usar la línea 1810 para alertar situaciones de violencia y abandono familiar, además de la línea 100.
De otro lado, el ministro de Ambiente Wilbert Rozas tiene que apurar en evidenciar que Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático, con el aumento de la desertificación de su Amazonía y la desaparición de sus glaciares, para aspirar a los recursos del fondo recientemente aprobado en la Cumbre del Clima de Egipto (COP 27). Asimismo, deberá coordinar con el nuevo ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Juan Altamirano, medidas urgentes para asumir las consecuencias de la escasez de lluvias en el sur y centro de nuestro país, que ha acrecentado la vulnerabilidad de nuestras familias agricultoras, así como las quemas e incendios de pastizales y bosques.
El ministro Rozas también deberá coordinar con su nuevo colega en Energía y Minas, Oliverio Muñoz, el impulso a la generación de energía renovable – solar, eólica e hidráulica principalmente – a la vez que se retoma la agenda de la masificación del gas natural.
Por su parte, el ratificado ministro de Educación, Rosendo Serna, ha de corregir el atentado contra la educación intercultural bilingüe cometido al aprobar que se podrá ser director de instituciones educativas bilingües sin conocer la lengua materna de los escolares. Por el contrario, debería reimpulsarla.
En suma, la agenda de la gente y del servicio a los pueblos es amplia y bien haría la nueva presidenta del Consejo de Ministros en enfocarse en ella antes que en disputas palaciegas por poderes efímeros.