Nuestro Perú ha empeorado desde que Dina Boluarte decidió mantener impunes los primeros 2 asesinatos, uno de un adolescente y el otro de un joven de 18 años, cometidos por policías en Andahuaylas, el domingo 11 de diciembre de 2023. Asesinatos que fueron seguidos de otros 3 jóvenes ciudadanos apurimeños, incluyendo un segundo asesinado adolescente, y 1 de Arequipa, el 12 de diciembre. Ya van al menos 49 peruanos muertos por causa de la represión policial y militar, más 6 muertos por una orden impertinente del oficial que los dirigía en el contexto del estado de emergencia en Puno. Y nadie sancionado por ninguno de ellos. Esto es suficiente para justificar la exigencia de renuncia o destitución de Dina Boluarte. Pero la vida de los peruanos y peruanas también ha sido afectada por la incompetencia en tomar medidas rápidas ante el ciclón Yaku y la epidemia de dengue, que ha llevado a, con 230 muertos por dicha enfermedad, ser el país con más víctimas por ella en el mundo. Siguiendo el patrón de comportamiento del régimen, no sólo no se ha hecho efectiva la responsabilidad de la ministra de salud, sino que se la premiado colocándola al frente de EsSalud.
Por su parte, la mayoría congresal no sólo ha blindado al presidente del Consejo de ministros, sino que ha terminado de romper con el principio de separación de poderes que distingue un sistema democrático de gobierno, al destituir inconstitucionalmente a una fiscal suprema. Lo que se suma a otros abusos de poder de muchos congresistas extorsionando a sus trabajadores, contratando lujos costosos e innecesarios, viajando con exceso de gastos a veces y aceptando dádivas de grandes empresas otras veces. En adición a la aprobación de leyes destructivas como la que pone a los rectores de universidades supervisadas en control del órgano supervisor de su calidad, la SUNEDU, o la que recorta el plazo de las investigaciones con colaboradores eficaces y así beneficiar a los corruptos investigados. En el camino de capturar la Junta Nacional de Justicia, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Jurado Nacional de Elecciones.
Ante esto, sondeos de opinión dan entre 80 y 90 por ciento de peruanos y peruanas desaprobando al Ejecutivo de Dina Boluarte con Alberto Otárola y al Congreso, respectivamente. Por ello, el país ha dejado la polarización y ha consensuado que ambos grupos de actores políticos debe salir del escenario. Sin embargo, la degradación del régimen y de su policía nos exigen tomar medidas preventivas en la gran movilización ciudadana del 19 de julio.
¿Qué hacer ante una detención arbitraria?
Mantener la calma, esperar al fiscal, no declarar ni firmar nada sin la presencia de una abogada, no autorizar el desbloqueo del celular, que sólo puede ser ordenado por un o una juez, exigir realizar una llamada – la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos ha habilitado el 904106792 -, mirar el nombre de los policías que realizan la detención y dirigirse a ellos por sus apellidos. Recordar que la retención por identificación sólo se justifica en la prevención o investigación de delitos, que esta no puede durar más de 4 horas y que la detención sólo es válida por orden judicial o por flagrancia en la comisión de un delito.
¿Y ante un bombardeo con bombas lacrimógenas?
Mantener la calma, colocarse una mascarilla, no correr porque la agitación contribuye a la asfixia, buscar espacios abiertos, rociarse agua con bicarbonato de sodio (solución de dos cucharadas y media de este material en un litro de agua), en el rostro, ojos, manos y mascarilla; escupir sin vomitar. Para prevenir afectaciones, ir con calzado cómodo, ropa de algodón que cubra brazos y piernas, andar en grupos de 3 o al menos de 2, no echarse óleos ni cremas. Posteriormente, lavar la ropa impregnada sin juntarla con otras prendas de vestir.
Ejercer, con precauciones, el derecho de reunión y manifestación pacífica, sin armas, es una buena forma de conmemorar la independencia del Perú y renovar el juramento de ser libres, haciendo patria en concreto.
