En el distrito balneario Punta de Bombón sus aproximadamente 8 mil habitantes tienen como establecimiento de primer nivel de atención, a uno con categoría I –3 con 36 trabajadores y trabajadoras, 4 médicos entre ellos y ellas. Sólo atienden hasta las 8 de la noche y su equipamiento es tan precario que no cuentan con un solo desfribilador, instrumento que emite descargas eléctricas que pueden reanimar un corazón que ha dejado de latir por un paro cardíaco. Es decir, que cada uno de los 8 mil ciudadanos y ciudadanas del distrito, puede morir si le da un ataque al corazón (accidente cardio vascular ) en la noche. Probablemente lo mismo le ocurriría por un traumatismo encéfalo craneano producido por un golpe fuerte en la cabeza, ya sea por una caída o una reyerta.
Penosamente, los riesgos de muerte o lesiones agravadas por la falta de atención oportuna de las personas de Punta de Bombón, son compartidos por los millones de peruanos y peruanas que sólo pueden acudir en situaciones de emergencia a uno de los 6566 establecimientos de salud en los niveles I-1, I-2 y I-3, más conocidos como postas médicas[1], según la información del Ministerio de Salud. Un poco más de suerte tienen quiénes cuentan cerca con alguno de los 1713 centros de salud, con un poco más de personal y equipamiento. Ojo que la cifra de personal de una posta médica como la de Punta de Bombón puede ser engañosa, pues cada uno de los 4 médicos, si no es serumista, tiene vacaciones de un mes y un horario de 6 horas, conforme la Ley de Trabajo Médico.
La última semana de setiembre de 2023 la muerte en Punta de Bombón del entonces vicepresidente del Congreso, a causa de un infarto al miocardio que probablemente podría haber sido contenido con personal o equipo especializado, volvió a poner los reflectores de los medios masivos de información en el primer nivel de atención en salud, olvidado desde que terminaron las grandes jornadas de vacunación universal impulsadas por los ministros de Salud Ugarte y Zevallos desde mediados de noviembre del año 2020 hasta fin de enero del año 2022. Precisamente, ese impulso a la vacunación le dio a las postas médicas un refuerzo de personal y de logística en ese período. Lamentablemente, luego de que Cerrón y las fuerzas de la corrupción dentro del gobierno de Pedro Castillo apartaron a los actores democráticos de su coalición de gobierno, el sector Salud volvió al abandono en que venía sumido desde la implantación de la ideología neoliberal en la política social peruana, desde la dictadura de Fujimori.
Una de las premisas de dicha ideología fue abandonar el objetivo de asegurar prestaciones de salud de buena calidad para toda persona y reemplazarlo por el aseguramiento universal. Y si bien cada muerte evitable por carencias en el nivel primario mostraba lo erróneo de esa concepción, el fallecimiento por la misma causa de una persona con poder público con al menos dos seguros de salud con las más amplias coberturas posibles, terminó de evidenciar que si valoramos la vida, tenemos que enfocarnos en su garantía mediante el reforzamiento de la atención primaria en salud.
Cabe recordar que esto ya fue propuesto en el proceso electoral del 2021. En el plan de gobierno de Juntos por el Perú (consultable en 5262.PDF (jne.gob.pe)) se ve que tras diagnosticar las falencias de la atención primaria en salud, se propone reforzar su infraestructura, tecnología y personal. Es momento de retomar esas propuestas, mejorándolas con la participación del personal y los ciudadanos y ciudadanas que acuden a nuestras postas médicas.
[1] Conocer establecimientos de salud del Primer Nivel de Atención – Orientación – Ministerio de Salud – Plataforma del Estado Peruano (www.gob.pe)