¿Cuántas tazas se pueden servir con una barra de chocolate de 16 metros de largo por 1 metro 40 centímetros de ancho? Pregunta para estudiantes de matemática y chocolateros. Esa barra se preparó en la ExpoAmazónica 2023 con 500 kilos de cacao, aguaymanto, pasas, maní y piña, con la contribución de medianos y pequeños productores de cacao del departamento de Huánuco y los apoyos de Devida y el proyecto de cacao de la Dirección Regional de Agricultura – Cite agroindustrial.
En general, los derivados industriales del cacao, incluyendo los que están incorporando innovaciones tecnológicas como su mezcla con carne cuy liofilizada para producir golosinas antianémicas (en la marca Chocuy), han sido símbolos de la oportunidad de catalizar la producción regional con varios enfoques, comenzando por el de sostenibilidad. Por eso destacaron los 35 productores de 16 áreas naturales protegidas, que expusieron productos resultado de un trabajo de aprovechamiento sostenible con comunidades indígenas y que cuentan con la marca Aliado por la Conservación del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Además de productos a base de cacao, ofrecieron café, miel, carne de monte, pescado, huevos de taricaya y néctares de aguaje. También artesanías, jabones y aceites esenciales de frutos, así como hierbas amazónicas.
Pero la Expo Amazónica no sólo fue una feria de productores. También fue un espacio para mostrar iniciativas de desarrollo sostenible y reflexiones sobre el mismo. Entre las primeras podemos contar la mochila forestal del OSINFOR, como instrumento de capacitación itinerante de vigilantes forestales. También el equipamiento con tecnologías de vigilancia y la capacitación para su uso a integrantes de comunidades indígenas y asociaciones de concesionarios forestales comprometidos con el cuidado de los bosques. Esto en paralelo al fortalecimiento de capacidades en aceleración de trámites, monitoreo de sus territorios y la prevención de delitos ambientales. Con todo ello se contribuye a certificar el origen legal de la madera y la competitividad del mercado. Las iniciativas involucran a autoridades regionales forestales y de fauna silvestre y son apoyadas por el Proyecto Prevenir de USAID. Cabe destacar que esta entidad participó en foros de reflexión y promovió intensamente la participación de escolares, en acción de conciencia ambiental, base de cualquier iniciativa sostenible.
Entre los foros de reflexión resaltó el de Amazonía sostenible, donde se expusieron visiones que conjugaban conservación ambiental con desarrollo productivo. También los que pusieron en primera fila a las actoras de ambos procesos: la cumbre de mujeres emprendedoras de la Mancomunidad Regional Amazónica; el foro sobre competitividad y la importancia de los jóvenes como agentes de desarrollo en la Amazonía; y el foro Amazonia Intercultural del grupo Perú de Pueblos Indígenas y la Mancomunidad Regional Amazónica. El segundo mencionado fue impulsado por el Consejo Regional de la Juventud de Huánuco, con compromisos de trabajo a favor de los jóvenes en salud, educación y trabajo. Lamentablemente, no tenemos noticia de que en el tercero se hayan asumido compromisos con la titulación o demarcación de territorios de las comunidades indígenas en primera línea del cuidado de la Amazonía, y con la protección de sus personas defensoras ambientales.
En suma, la ExpoAmazónica catalizó esfuerzos de distintos actores para promover la conservación, la producción sostenible, la innovación, la competitividad y la inclusión social en la Amazonía. Sus resultados deberían continuarse con, además de acuerdos empresariales, en políticas y acciones concretas para el desarrollo sostenible de la región y el país.
