Rafael López Aliaga, líder del partido Renovación Popular y conocido por su postura conservadora y cercana a sectores de extrema derecha, ha intentado reivindicar la figura de Monseñor Luis Cipriani, ex arzobispo de Lima y una de las figuras más controvertidas de la Iglesia Católica en Perú. Cipriani, quien fue sancionado por el Vaticano tras múltiples denuncias de abuso sexual, representa un símbolo de la intersección entre religión, poder y política en el país. Este artículo analiza las razones detrás de este intento de reivindicación y sus implicaciones políticas y sociales.
Monseñor Luis Cipriani: Una figura polémica
Luis Cipriani, miembro del Opus Dei, fue arzobispo de Lima desde 1999 hasta 2019. Durante su mandato, se caracterizó por su alineamiento con sectores conservadores y su cercanía a figuras políticas y empresariales de derecha. Sin embargo, su legado quedó manchado por las denuncias de abuso sexual que surgieron en su contra, las cuales llevaron al Vaticano a sancionarlo y apartarlo de sus funciones. A pesar de esto, Cipriani sigue siendo una figura influyente en ciertos círculos conservadores y religiosos.
Rafael López Aliaga y la reivindicación de Cipriani
Rafael López Aliaga, un empresario y político conocido por sus posturas ultraconservadoras, ha buscado reivindicar la figura de Cipriani, presentándolo como un líder religioso injustamente perseguido. Esta estrategia parece estar alineada con el discurso de López Aliaga, que apela a sectores tradicionalistas y religiosos dentro de su base electoral. Al levantar la figura de Cipriani, López Aliaga no solo busca consolidar su apoyo entre los grupos más conservadores, sino también reforzar su narrativa de lucha contra lo que él considera “persecución ideológica” hacia la derecha.
Implicaciones políticas
La reivindicación de Cipriani por parte de López Aliaga tiene claras implicaciones políticas. Por un lado, refuerza la conexión entre Renovación Popular y los sectores más conservadores de la sociedad peruana, incluyendo grupos religiosos y movimientos de extrema derecha. Por otro lado, esta estrategia puede ser vista como un intento de normalizar figuras polémicas y cuestionadas, lo que genera preocupación en una sociedad que ha luchado por enfrentar casos de abuso de poder y corrupción, tanto en la política como en la Iglesia.
Implicaciones éticas y sociales
Desde un punto de vista ético, la reivindicación de una figura como Cipriani, acusado de abuso sexual, es altamente cuestionable. Las víctimas de abuso sexual merecen justicia y reparación, y cualquier intento de glorificar a los acusados de estos delitos puede ser interpretado como una falta de sensibilidad hacia las víctimas y un retroceso en la lucha contra la impunidad. Además, esta estrategia podría enviar un mensaje peligroso: que las figuras poderosas pueden eludir la rendición de cuentas si cuentan con el apoyo político adecuado.
La extrema derecha y los “fachosaurios”
López Aliaga y Cipriani son vistos como representantes de lo que en Perú se ha denominado coloquialmente como “fachosaurios”, un término que hace referencia a sectores de extrema derecha que defienden posturas autoritarias, conservadoras y contrarias a los avances en derechos humanos y sociales. Este intento de reivindicar a Cipriani refuerza la imagen de López Aliaga como un líder que apela a estos sectores, lo que podría polarizar aún más el panorama político peruano.
La reivindicación de Monseñor Luis Cipriani por parte de Rafael López Aliaga es una estrategia política que busca consolidar el apoyo de los sectores más conservadores y religiosos del Perú. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de controversia, dado el historial de Cipriani y las graves acusaciones en su contra. Desde un punto de vista ético, este intento de glorificar a una figura cuestionada es problemático y podría tener consecuencias negativas para la lucha contra la impunidad y la justicia para las víctimas de abuso sexual.
