La gravedad del riesgo país está en la complacencia y miopía frente a la amenaza que coincida la crisis de la deuda pública con una crisis alimentaria y energética; la pandemia y la guerra que desacopla la interconexión comercial y de suministros; esta ha sido neutralizada en el país, pero sigue siendo una amenaza. La ola inflacionaria global superior al 5%, la especulación oligopólica y la falta de políticas de soberanía energética, alimentaria y productividad en el país, golpean la economía popular. Sufrimos los impactos del alza internacional del precio de los alimentos a máximos históricos y de los productos agrícolas a un 19% (enero 2021 al 28 de julio 2022), y que son ganancias extraordinarias de unos pocos.
El riesgo país tiene un sentido regresivo, estamos expuestos a la crisis global que es multidimensional y a la permanente crisis de régimen legislativo y ejecutivo instalada desde el 2016 a la fecha; la que se extiende al Ministerio Público y a otros poderes; es más que una crisis de representación de la clase política; se ha transformado la independencia de poderes en complot golpista que vulnera el equilibrio de poder y el fortalecimiento de un Estado unitario.
La desesperación de una mayoría congresal con excesivo delirio de poder nos debilita frente a la comunidad internacional, la complacencia del otorongo, la brutalidad del voto sin mayor racionalidad, vacancia o inhabilitación ¡lo que sea!, ya no es soportable en nombre de la democracia. El riesgo país tiene una pregunta ¿no es delito el complot de fujimoristas y reciclados por cooptar el Estado?, conocemos los resultados de corrupción con criminalidad organizada.
Detrás de esta fiebre del complot golpista, entre las diversas razones está la disputa por cuotas de poder perdidos y sentirse amenazados en la forma de hacer negocios con un Estado secuestrado, y que ahora la pugna está por el manejo del superávit fiscal y evadir el correteo por deudas tributarias de más de S/. 30000 millones; ya no es el paraíso que sentían suyo (ejem. REPSOL y las multas por daño ambiental o control en la venta de combustibles), ¿se sienten amenazados por el reingreso de Petroperu al sector hidrocarburos, la explotación del lote 192 entre Perupetro y Petroperu, la producción de Talara para ingresar al mercado de combustibles?, o por la presencia creciente de competidores del sudeste asiático, en particular China con más US$30,000 millones (Otra Mirada, Perú: crecientes inversiones chinas en sectores estratégicos,1-2-21 Jorge Manco Zaconetti) y su presencia gravitante en proyectos de inversión minería, electricidad, puertos; ya no son los exclusivos “dueños” y beneficiarios en la actual crisis internacional.
La irracionalidad golpista no ha podido impedir el crecimiento económico del 3.5% para el año 2022, por encima de lo proyectado y el promedio de la región; hay “superávit fiscal” (entre marzo 2021 de S/.1174 millones subió a S/. 4478 millones a marzo 2022), y el primer trimestre del 2022 el superávit es de S/ 7 775 millones – BCR 13, abril, 2022 -, ¿el interés es por los chicharrones? a pesar de no estar en el mejor de los mundos; ha permitido estabilidad financiera y crediticia, ser buenos pagadores que ha reducido el déficit fiscal anual, de -8.4% a – 1.7% del producto bruto interno(BCRP Resumen Informativo Semanal 13, abril 2022); y el riesgo país que baja tres puntos y cierra en 1,68 puntos porcentuales, el más bajo de la región“según el banco de inversión JP Morgan” (Gestion, Economía 4-8-22); los que son favorables para las políticas de atraer inversiones, tasas de interés y negociaciones comerciales.