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Opinión

VALERIA VICENTE: La historia que Ed Málaga no contó

En la Digemid, la entidad encargada de autorizar la producción de medicamentos e insumos médicos, aún esperan la investigación que lideró el congresista Edward Málaga para que en el país se fabriquen pruebas moleculares rápidas. Ha pasado un año y medio desde que el parlamentario morado anunciara su proyecto con bombos y platillos —y tuviera gran acogida en los medios de comunicación—, pero los test rápidos de Málaga todavía no ven la luz.

El pasado 26 de abril, Málaga publicó en su cuenta de Twitter que el equipo de investigación que lideró había culminado el desarrollo de la Rapid Coronavirus-Sensitive Monitoring from Saliva (RCSMS), nombre del prototipo de la prueba que está basada en la saliva. “Hasta aquí llegó la ciencia. Ahora esperar aprobación y producción”, dijo Málaga en su tuit. En la publicación, el parlamentario también señaló que el trámite para su producción estaba en manos de la empresa Bionext y que su investigación había sido publicada por el repositorio de manuscritos que aún no son revisados por pares MedRxiv.

“Esperamos el resultado con gran expectativa y reiteramos el pedido que venimos haciendo al gobierno desde junio de 2020 de apoyar la producción masiva de RCSMS y ponerla al servicio de la ciudadanía como bien social”, decía el comunicado que acompañó la publicación tuitera. Málaga saltó a la palestra mediática en abril del año pasado, dos meses después de la llegada del COVID-19 al Perú, cuando diversos medios le dieron tribuna porque habría creado una prueba rápida molecular que no requería hisopado y que solo costaba 70 soles.

“No nos han entregado nada. Nosotros hemos estado coordinando con él (Edward Málaga). La última conversación que tuvimos fue que él iba a transferir su innovación a una empresa, pero no nos confirmó cuál. Oficialmente no tenemos recepcionado ningún expediente”, aseguró a EL FOCO Lida Hildebrandt, directora del área de Dispositivos Médicos de la Digemid.

Para que Digemid autorice la fabricación de un dispositivo médico, es necesario que, además del prototipo final validado por el Instituto Nacional de Salud (INS), también se presente el contrato firmado con la empresa que se encargará de hacerlo. Al cierre de esta nota, en Digemid aún esperan el envío de todos los archivos para la producción del producto que prometió Málaga, y que hizo que se ganara un lugar en la esfera pública.

Desde que se anunció el proyecto, Málaga ha argumentado que una serie de dificultades, entre burocráticas y de financiamiento, han impedido que las pruebas rápidas moleculares vieran la luz. Primero dijo que fue el desinterés del Ministerio de Salud para invertir y apoyar el proyecto, luego la ausencia de iniciativa del Estado para implementar normas que regulen el desarrollo científico en el país, después la inestabilidad política e incluso una “territorialidad” del Minsa y el INS.

22 de junio del 2020: reunión entre Edward Málaga con el entonces ministro de Salud Víctor Zamora. También participaron: la directora de la Digemid Carmen Ponce, la viceministra de Salud Nancy Zerpa y el jefe del INS César Cabezas. En la reunión Málaga les presentó su prototipo de pruebas rápidas moleculares, proyecto que hasta ahora no ve la luz. (FOTO: Minsa)

El exministro de Salud Víctor Zamora sostiene otra versión a la que describe Málaga como argumento del porqué las mentadas pruebas rápidas moleculares aún no se producen. “Le dimos todo el apoyo que pudimos como Estado. El INS puso a su disposición laboratorios para que pueda usarlos y, al igual que a otros proyectos, se le dio muestras del banco del INS para la validación de la prueba. Pero él quería que el Minsa invierta económicamente su proyecto, cuando no esto no es posible. El Estado no es caja chica de nadie”, afirmó Zamora a EL FOCO.

Pero en esta reunión, además de la entrega de muestras del banco del INS, Víctor Zamora afirma que también acordaron que el congresista morado informaría sobre los avances de la investigación. “Pero, pasó un tiempo y él no cumplió su compromiso de informar sobre resultados de las pruebas”, indicó Zamora. César Cabezas, del INS, que participó también del encuentro, ha confirmado esta versión para EL FOCO. El área de Comunicaciones del INS, hoy a cargo del médico Víctor Suárez Moreno, también señaló que hasta el momento aún no evalúan el prototipo de prueba que supuestamente creó Málaga.

Los acuerdos a los que sostiene el exministro de Salud son en referencia a conversaciones que sostuvo con Málaga cuando se reunieron en su despacho, entre junio y julio de 2020. Asistieron, además, el entonces jefe del INS César Cabezas y la directora de Digemid Carmen Ponce. La primera reunión fue difundida en la cuenta de Twitter del hoy congresista. “Agradezco la disposición, la buena voluntad y los ofrecimientos del ministro y sus funcionarios. Quedo atento a las próximas reuniones de trabajo que nos ayudarán a superar los obstáculos con el sentido de urgencia que siempre debimos demostrar”, escribió Málaga.

Izquierda: Joaquín Abugattas, el nuevo coordinador del equipo de investigación, que ahora trabaja en el despacho de Edward Málaga. Derecha: Lida Hildebrandt, directora de dispositivos médicos de la Digemid, quien confirma que hasta ahora no hay ninguna solicitud para autorizar la fabricación de las pruebas rápidas moleculares de tanto promocionó Málaga. (FOTOS: Difusión)

El proyecto de prueba rápida molecular que fue la bandera con la que Málaga postuló al Congreso por el Partido Morado surgió a inicios de la pandemia. El objetivo de la iniciativa fue desarrollar biotecnología molecular para producir un kit que emplee muestras de saliva para detectar el COVID-19. Lo que iba a diferenciar este producto de la prueba moleculares tradicionales es que se fabricaría y vendería en Perú a un costo mucho menor. Al igual que el proyecto de Málaga, surgieron otras diez investigaciones lideradas por científicos de las universidades Cayetano Heredia, San Marcos y UPC.

El equipo que Málaga dirigió hasta hace algunos meses inicialmente estaba conformado por una alianza de investigadores de la UPCH, la UPC y universidades extranjeras. Por la UPCH, participaron Joaquín Abugattás, Angélica Quintana, Cristina Guerra, Juan Blume y Renzo Gutiérrez. También se sumaron los investigadores Vanessa Adaui y Pohl Milón por la UPC, Pierre Rodríguez-Aliaga (Universidad de Stanford) y Alejandro Pinzón (Universidad de Kiel).

Sin embargo, en abril Cristina Guerra y Vanessa Adaui se retiraron del proyecto. EL FOCO se comunicó con Pohl Milón, quien indicó que luego de colaborar los primeros meses, él y su equipo también se retiraron de la alianza inicial.

Reporte de RPP del 22 de abril último: uno de los varios reportajes dedicados a difundir el proyecto de las pruebas rápidas moleculares de Edward Málaga. En este caso, se anunció el inicio del trámite en la Digemid. Nunca se concretó.

Desde abril del 2020, Málaga se encargó de publicitar activamente en sus redes sociales el proyecto que lideraba. Ese mismo mes el congresista postuló sin éxito a un concurso del Concytec para financiar investigaciones llamado “Proyectos especiales – Respuesta al COVID-19”.  Dos meses después, luego de varias apariciones en televisión y prensa escrita, la suerte de Málaga cambio: accedió a tres financiamientos del Concytec.

La primera vez fue en mayo del 2020, cuando recibió S/ 150 000 para investigar por cinco meses el prototipo de la prueba rápida molecular. El segundo financiamiento se produjo en noviembre por S/ 272 988, y la tercera llegó un mes después por S/ 199 996. Estos dos últimos fondos le fueron otorgados para continuar la investigación y el prototipo sea validado clínicamente.

Pero el proyecto del hoy congresista Málaga no solo recibió fondos estatales a través del Concytec. También fue financiado por instituciones privadas como la Unión de Galleros del Perú, Minera Poderosa, AC Farma, el Banco Pichincha, ISA Rep, la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, la Sociedad Nacional de Pesquería, Intercorp, Industrias San Miguel e IBT Perú. Por ejemplo, Luis Torres Figueroa, el presidente de la Unión de Galleros del Perú, dijo a EL FOCO que su asociación donó 70 mil soles a Málaga. “Buscábamos aportar a la sociedad en medio de la pandemia”, sostiene Torres.

Lista de los tres financiamientos del Concytec que recibió el proyecto de las pruebas rápidas moleculares del congresista Málaga. En total, los investigadores fueron financiados por 622 mil soles solo en aportes de las arcas del Estado. También hubo aporte privado.

Edward Málaga dejó de coordinar directamente el proyecto cuando, en febrero del 2021, decidió postular al Congreso. Fue Joaquín Abugattás, el investigador que luego se encargó de liderar el equipo. Abugattás dijo a EL FOCO que Málaga se retiró porque “de acuerdo con la Constitución, como congresista no podía ejercer otras funciones ni tener otros trabajos”.

Pero, a pesar del cambio, Málaga aún figura como investigador principal en los dos convenios que el proyecto aún tiene pendientes con el Concytec. Abugattás, por cierto, ahora también trabaja en el Congreso como coordinador del despacho congresal de Edward Málaga. Pero, ¿Por qué el proyecto de Málaga aún no obtiene los resultados inicialmente esperados?

EL FOCO conversó con Luis Saravia, biólogo sanmarquino que lideró el primer y único equipo de investigadores que logró producir kits de diagnóstico molecular de COVID-19 de bajo costo en Perú. Saravia explica que, si bien puede existir una publicación en una revista médica, ello no garantiza que un producto médico pueda ser producido en Perú.

“Que exista una publicación no significa que la prueba vaya a ser producida en Perú, este es un respaldo académico de la investigación. Las normas peruanas indican que la tecnología en referencia debe ser evaluada y aprobada por la institución correspondiente. En este caso, es el INS. Deberá revisar la técnica empleada y aprobarla, para ver si realmente cumple con los lineamientos que la institución estableció en septiembre del año pasado. Llevar una publicación de una revista, así sea de alto renombre, no es una aprobación inmediata”, indicó Saravia.

El biólogo sanmarquino también señala que, en la elaboración de productos médicos, la principal dificultad no es obtener las materias primas, sino la validación final por parte de las instituciones correspondientes. “Lo más resaltante en la propuesta (de Edward Málaga) es el tipo de detección, a través de la saliva, pero todavía está en validación. Hasta ahora, el método de toma de muestra es el hisopado nasofaríngeo”, indica el biólogo.

Luis Saravia, biólogo sanmarquino. Saravia, a diferencia de Málaga y sin mucha cobertura mediática, sí logró concretar la producción de pruebas rápidas moleculares de bajo costo. (FOTO: Andina).

Al cierre de esta nota, Joaquín Abugattás informó a EL FOCO que hay dos nuevas empresas interesadas en la fabricación y comercialización del producto: Fuxion y Multilabs. Es decir, Bionext, la compañía que Málaga anunció como productora de las pruebas rápidas moleculares, se había tirado atrás. “Se están cerrando los trámites legales entre los abogados para la transferencia tecnológica”, aseguró Abugattás.

EL FOCO entrevistó a Málaga sobre su proyecto de pruebas rápidas moleculares. A continuación, la transcripción de la entrevista:

– EL FOCO: ¿Por qué aún no se presenta el expediente para la fabricación de pruebas moleculares rápidas a la Digemid? Hemos hablado con ellos y nos han señalado que usted ni sus socios han hecho la solicitud.

– Málaga: Quien debe presentarlo es quien lo produce, no el investigador. El producto de la investigación es el prototipo validado. La empresa privada se encargará de presentar ante Digemid los documentos. La investigación culmina con la validación clínica.

– EF: El exministro de Salud Víctor Zamora y el exjefe de INS César Cabezas señalan que usted se comprometió a entregar los resultados de su investigación sobre las pruebas moleculares rápidas en las reuniones que sostuvo, pero no lo hizo. ¿Cuál es su respuesta?

– M: Allí no hay compromiso de entregar resultados. Tanto el exministro Zamora como la exministra Mazzeti mal informaron a la opinión pública. El motivo de la reunión fue pedirle al gobierno que asuma todo lo que se necesitaba para la validación y transferencia. Habíamos demostrado que funcionaba y se necesitaba producir. Se necesitaba un presupuesto muy alto. Hubiéramos querido que fuese el Minsa, el gobierno o alguna entidad de esa competencia, por el costo que significaba. No es algo usual para un laboratorio de investigación básica. Pero el interés no estaba.

– EF: El Minsa u otras entidades públicas no pueden gastar en iniciativas privadas. Quien sí puede dar un apoyo económico es el Concytec.

– M: El ministro se comprometió a hablar con la presidenta de Concytec. No pedimos aportes privados, queríamos que ellos asuman el proyecto.

– EF: Pero asumir el proyecto implicaba, por ejemplo, construir un laboratorio para asumir la producción. Hasta ese momento el INS o el Minsa señalaban no tener la tecnología.

– M: Ellos decían que estaban trabajando en sus propias pruebas moleculares. Debían tener la capacidad.

– EF: No obstante, esas pruebas eran distintas a las del proyecto que usted lideró.

– M: Eran distintas, pero desde el punto de vista de producción se requieren los mismos insumos y la misma tecnología.

– EF: Algunas fuentes para esta publicación señalaron que usted utilizó su investigación sobre las pruebas moleculares rápidas como un trampolín para hacerse conocido y saltar a la política. ¿Qué responde?

– M: Es una interpretación muy malintencionada, me queda claro de dónde viene. El proyecto se dio mucho antes. En un estado de emergencia, con tantos científicos intentando ayudar, no tratar de hacer algo al respecto era inaudito. Pensar que eso es un aprovechamiento político es ruin.

Publicado en el Foco el 07-10-21

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