En La Rotativa del Aire, Macarena Costa estimó que este panorama podría darse si es que el Gobierno de Dina Boluarte no logra establecer medidas para conectarse con el sur del país.
Tras unos días de “tregua” por las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, el miércoles, 4 de enero, se retomaron las paralizaciones y manifestaciones en distintas partes del país, sobre todo en el sur, contra el Gobierno de Dina Boluarte. A tres días del reinicio de las medidas de fuerza, la analista política Macarena Costa, del portal 50 + 1, dijo que, si perduran las protestas, podrían ser una “amenaza” para el Poder Ejecutivo.
En La Rotativa del Aire, la especialista auguró ese escenario si es que el Gobierno no establece medidas para conectar con las regiones del sur, como Cusco, Arequipa y Puno, donde el enfrentamiento entre policías y manifestantes dejó un saldo de 16 heridos, según cifras de la Defensoría del Pueblo.
Para Macarena Costa, la represión de las fuerzas del orden contra los manifestantes es uno de los factores que también podría desencadenar el descontento ciudadano e influir en la popularidad de Boluarte Zegarra en estos puntos del país.
“Se dificulta el diálogo cuando el Gobierno -a través de ciertos gestos simbólicos; por ejemplo, la foto con el nuevo alcalde de Lima [Rafael López Aliaga]- da una percepción de que el Gobierno es ‘prolima’, por lo menos en la imagen. Eso puede propiciar una cierta lejanía del Gobierno con las regiones del sur, especialmente si viene acompañada de algún tipo de represión”, declaró.
“Yo creo que estas protestas, si es que logran mantenerse en el tiempo, porque es importante analizar qué tan sostenibles son, sí pueden ser una amenaza para el Gobierno, sobre todo si el Gobierno no lleva medidas para conectar con regiones del sur”, agregó.
El sur podría entrar en una “protesta permanente”
A pesar de que las paralizaciones generan un impacto negativo en las economías regionales, la politóloga señaló que existe el riesgo que en el sur del país, el punto principal de las manifestaciones, “entre en una lógica de protesta permanente” que se “activaría con mayor intensidad” en momentos claves de la política nacional, como las votaciones en el Congreso o la presentación del Gabinete Ministerial para pedir el voto de confianza.
“La reactivación de las protestas tiene impacto sobre las economías regionales, entonces más allá del rechazo al Congreso y al Gobierno queda abierta la interrogante de cuantos paros y protestas pueden soportar las economías de estas regiones”, indicó.
En esa línea, Macarena Costa reforzó la hipótesis de que las protestas podrían representar una amenaza para el Gobierno, al remarcar que es “difícil” llegar un punto medio con los manifestantes, cuyos reclamos medulares son tres: la dimisión de Dina Boluarte, el cierre del Congreso y el adelanto inmediato de las elecciones generales.
“Cuando los pedidos son tan extremos es difícil que se pueda llegar a un punto medio. Veo difícil que se pueda apaciguar las protestas a través del diálogo”, puntualizó.