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Política

Antonio Castillo: Derrota clamorosa de Fujimori y los golpistas, y el pueblo disfruta del triunfo de su selección

En el fútbol como en la política suelen definirse muchos acontecimientos en el último minuto y hasta en los descuentos, como hemos visto en incontables partidos de nuestra selección; la cual, por esas coincidencias de nuestra vida social, esta semana nos ha deparado la inmensa alegría de clasificar al repechaje del Mundial Catar 2022, mientras que, por otro lado, seguimos padeciendo la crucial inestabilidad política que propicia la agenda golpista, pese al resultado adverso de dos intentos vacadores contra cero, como se suele expresar ahora en términos futbolísticos, en favor de la democracia.

En el interminable partido de la justicia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dispuesto, en minutos providenciales, que el Estado peruano se abstenga de ejecutar el ilegal fallo del Tribunal Constitucional que reponía el indulto trucho en favor de Alberto Fujimori; con lo cual el autor mediato de los abominables crímenes de Barrios Altos y la Cantuta ha debido resignarse a permanecer en su celda dorada, de la cual ya se encontraba con un pie afuera y listo para celebrar el vuelto de impunidad que le obsequió el trío conformado por Ferrero, Blume y Sardón, por haberlos colocado en ese puesto las bancadas parlamentarias del fujiaprismo en su oportunidad. La jugada en pared y burla al dolor de los familiares de las víctimas era más descarada que el robo del gol de empate a nuestra selección en Montevideo.

Se le quemó el pan en la puerta del horno al presidente japonés que hemos tenido. En el último minuto fue derrotado por los reflejos y reacción inmediata de la justicia convencional y de los Derechos Humanos, ante el vulgar favoritismo del trío de la impunidad, que ha sido más desvergonzado que los indignantes arbitrajes de Sergio Chechelev, Julio Bascuñán y Anderson Daronco contra la selección de todos los peruanos. A esa reacción ayudó el empuje y banderazo de protesta, que a nivel nacional realizó la indesmayable hinchada de la justicia que se movilizó contra el indulto fraudulento. Fujimori no saldrá de la cárcel, al menos por ahora. Esta vez el golazo vino mediante tiro de larga distancia, y surcando los aires, como el de Trauco; pero ahora sí llegó hasta el fondo de las redes; tres a cero en favor del Perú.

Por su parte, los golpistas de la derecha con Keiko, López Aliaga, Chirinos y Montoya a la cabeza se ha replegado a sus camarines por ahora, mordiendo el polvo de la derrota y pensando en la estrategia de revancha que pondrán a andar en las próximas semanas. No se confíe Pedro Castillo: la conspiración golpista hurgará indicios afanosamente, buscará audios, videos, colaboradores eficaces; hará seguimientos y filmaciones mañana, tarde y noche, para el próximo partido de la vacancia que alistarán en su cancha del Congreso.

A ese encuentro no irán con la pierna en alto, sino con el cuchillo entre los dientes, como Mario Junio Bruto y los conjurados de los idus de marzo en Roma, para dar la puñalada artera al interior del Parlamento. Por eso el presidente debe hacerse una poniendo los dedos sobre las sienes, para tomar la iniciativa y adelantarse a las jugadas del rival, retomando la opción del adelanto de elecciones generales. Esta medida táctica pondría la pelota caliente en el gramado del Legislativo y descolocaría totalmente a los golpistas, evidenciando ante la ciudadanía quiénes son los que se aferran con uñas y muelas a sus ambiciones de poder. Con ello ganaría año y medio de gobierno y tranquilidad de gestión, al menos; porque el adelanto de elecciones se hace solo mediante reforma constitucional, en dos legislaturas o una legislatura más referéndum (art. 206 de la Constitución).

En el mismo planteamiento de convocatoria a elecciones debe proponer también la necesaria reforma constitucional y de partidos políticos, para evitar que en nueva competencia electoral tengamos que elegir la misma y deplorable selección de impresentables que hay ahora en el Congreso; e impedir que el país se hunda cada vez más en nuevas crisis que, a los ojos del ciudadano de a pie, ponen en tela de juicio la confianza y viabilidad del sistema democrático.

Esta medida sería el más efectivo punto de inflexión en este inacabable tiempo suplementario e insufrible vía crucis político que vivimos desde el año 2016, y que se ha agudizado en estos días de cuaresma en que la derecha quiere llegar hasta la crucifixión de la gobernabilidad y la paz social. Pero no la descartemos, la ruta del balón político ya está trazada y será el ciudadano de la calle quien lo toque y empuje con todo en cuanto vuelvan a arreciar los ataques conspirativos de la derecha golpista.

No olvidemos que la actual crisis va más allá de la confrontación de Ejecutivo vs Legislativo, sino que es de profundidad sistémica y que no solo alcanza a dichos poderes, sino a la institucionalidad en su conjunto, como lo mencionó el presidente ante la representación nacional: el Poder Judicial que aún no puede condenar a ninguno de los peces gordos de la corrupción de Odebrecht; la Defensoría del Pueblo que tiene a su representante, Walter Gutiérrez, con mandato vencido y dedicado a promover la vacancia; el Ministerio Público con una Junta de Fiscales Supremos incompleta y frágil, por inhabilitación de tres de sus cinco integrantes debido a conocidos actos de corrupción; y el Tribunal Constitucional con seis de sus siete miembros también con el mandato vencido.

Tal precariedad institucional no es casual, es producto del juego destructivo, pobreza intelectual y angurria de poder de muchos legisladores, que están concentrados las 24 horas del día en promover reiteradas vacancias y no a reformar el país; mucho menos a realizar las designaciones que les corresponde, y si lo hacen es por mero cálculo político de buscar la designación de quien les pueda servir para futuros y millonarios lobbies (en su favor y de los grandes monopolios), así como en la consagración de impunidades. Mucho de esto lo hemos visto en los últimos años con eso de las “repartijas”. Ferrero, Blume y Sardón provienen de esas jugadas con argolla.

Aquí, no es solo la vacancia presidencial la que está en permanente juego y machete de los golpistas; muchos de éstos ya están con la tarjeta roja de ilegitimidad y vacados hace tiempo, y otros que no solo merecen ser vacados, sino inmediata e iracundamente expulsados por la ciudadanía, como en la defenestración de la Dieta de Bohemia, el Parlamento local de Praga, de 1618; por su permanente juego sucio contra la democracia.

 

 

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