Evaluación de ciudadanos. Mientras el 49% no está de acuerdo con la actuación de Pedro Castillo, tras resultados del 6 de junio. En tanto, 53% piensa que las denuncias de Fujimori sobre las elecciones no tienen razón y que, más bien, busca desconocer los resultados. Expectativas de cambio y rechazos marcaron decisión de voto.
Más de dos tercios del país desaprueba la actuación de Keiko Fujimori luego de los comicios y más de la mitad piensa que sus denuncias sobre los resultados no tienen razón y son una estrategia para no reconocerlos, según muestra la última encuesta telefónica de representación nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), investigación realizada para La República.
El estudio, que consultó a la población del jueves 17 al domingo 20 de junio recientes, detecta el alcance de diversas opiniones en el país con márgenes de error de 2,8 puntos por encima y debajo de cada resultado de cobertura nacional.
Aproximadamente, un 69% de los peruanos desaprueba cómo ha actuado Keiko Fujimori luego del día de la votación. Es decir, más de dos tercios de la población rechaza la conducta de la lideresa del fujimorismo, que cuestiona los resultados.
En las zonas rurales del país, ese rechazo a la candidata ‘naranja’ llega a darse en un 76% de los ciudadanos, grosso modo. Esto es aproximadamente tres cuartas partes del Perú rural.
Como se sabe, los cuestionamientos de Fujimori apuntan a anular votos de zonas rurales alegando que allí ciudadanos que fueron miembros de mesa habrían hecho fraude para favorecer a su rival, Pedro Castillo.
En Lima metropolitana, también una gran mayoría, estimada en un 61%, más o menos, reprueba esta conducta de la presidenta de Fuerza Popular.
En las otras ciudades del país, el Perú urbano, fuera de la capital de la nación, un 71% de los electores, grosso modo, también desaprueba ese comportamiento de Keiko Fujimori.
En cambio, un 29% de los peruanos aprueba su actuación posterior a los comicios, menos de un tercio de los electores.
En Lima metropolitana, este respaldo es un 36% de los votantes. En el Perú rural, de un 23%. En las zonas urbanas, sin la capital del país, la aprueba un 26%.
Asimismo, para un 53% de los ciudadanos, Fuerza Popular no tiene razón en sus denuncias sobre los resultados de la segunda vuelta y estas son una estrategia para no reconocerlos.
Una minoría estimada en un 31% del país cree que el fujimorismo tiene razón porque considera que se dieron irregularidades en las mesas de votación.
Un 12% piensa que el partido ‘naranja’ tiene algo de razón, pero que eso no afectará el resultado de las elecciones.
Independientemente de las preferencias en el voto, para aproximadamente dos tercios del país el ganador de las elecciones fue Pedro Castillo (66% de los encuestados lo afirma).
Solo una cuarta parte de la población (25% en el sondeo) cree que Fujimori logró ganar.
En tanto, cerca de la mitad de los peruanos (49% entre los encuestados) desaprueba cómo ha actuado el candidato de Perú Libre posteriormente al día del sufragio.
En Lima metropolitana, este rechazo viene de un 61% de los ciudadanos, grosso modo. En el Perú rural, de un 39%. En las ciudades aparte de Lima, un 46% desaprueba el comportamiento que ha tenido el postulante de la izquierda.
A nivel nacional, casi la mitad de los ciudadanos (47% en la muestra del estudio) sí aprueba la conducta del maestro rural y líder gremial después de la jornada electoral del 6 de junio.
Este respaldo está más extendido en las zonas rurales (viene de un 58% aproximadamente). Es minoritario en Lima metropolitana (cerca del 36%).
Razones del voto
Entre los peruanos que votaron por Castillo, grosso modo, un 51% lo hizo principalmente porque considera que este candidato ofrecía el cambio que el país necesita. Un 25% de estos electores lo respaldó, sobre todo, porque no quiere que el fujimorismo vuelva al poder. Un 14% de los votantes del candidato del lápiz lo apoyó porque piensa que se preocupará por los que menos tienen. Un 10% de ese grupo lo hizo porque confía en él.
Entre los electores de Fujimori, en general, un 55% votó por ella principalmente porque no quiere que la izquierda o el comunismo llegue al poder. Un 20% de sus electores la apoyó, sobre todo, porque considera que la candidata asegura estabilidad y orden. Un 14% de sus votantes se decidió por ella en especial porque ofrecía el cambio que el país necesita. Un 10% lo hizo porque confía en ella.
De este modo, la búsqueda de cambio y los rechazos pesaron en la elección presidencial.
A poner el hombro
Patricia Zárate – Jefa de Estudios de Opinión del IEP
En el Barómetro de las Américas y en la Encuesta Mundial de Valores, Perú aparece entre los países con menor confianza interpersonal y con niveles bajos de confianza en las instituciones. De ahí que, en años anteriores, y en este, el nivel de confianza en las elecciones se vea disminuido, pero eso no significa que la mayoría no crea en los resultados electorales. Lo que nos muestra la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos, IEP, es que 53% de encuestados afirma que Fuerza Popular no tiene razón en sus reclamos con relación a la votación y que es una estrategia para no reconocer los resultados electorales, 12% cree que tiene algo de razón, pero que ello no afectará los resultados. Esta constatación explicaría el alto porcentaje de desaprobación de la actuación de la candidata (69%) luego del día de la votación, que supera al de Castillo (49%).
Es importante también tener en cuenta las razones del voto por cada uno de los candidatos. En el caso de Fujimori, la mayoría (55%) lo hizo para que la izquierda o el comunismo no llegaran al poder y en segundo lugar porque garantizaba estabilidad y orden (20%). En el caso de Castillo, la mayoría votó por él porque significaba un cambio (51%) y en segundo lugar para que el fujimorismo no volviera al poder (25%). El “anti” es mucho más fuerte en el primer caso que en el segundo. Es difícil construir en negación, más aún en un momento en que se necesita “poner el hombro”, como dice el lema del Gobierno, y por ello la aceptación de resultados que nos muestra la mayoría de encuestados parece ser la vía para seguir enfrentando la pandemia y el bicentenario.