A pesar de un gobierno que ha traicionado las promesas de cambio por las que el pueblo votó y que se parece cada vez más a aquellos que dijo que combatiría, a pesar de un Congreso golpista de espaldas a la ciudadanía, empecinado en destruir la poca institucionalidad que teníamos y arrebatarnos derechos arduamente conquistados, hay un pueblo que lucha, construye y sueña con dignidad y entrega.
Ahí, en ese pueblo heredero de las grandes gestas que nos permitieron liberarnos de la opresión colonial, está la fuerza para refundar nuestra Patria. Ahí están la tierra fertil y los surcos en los que nos toca hoy sembrar y cultivar conciencia y confianza, mirándonos a los ojos para reconocernos en nuestra diversidad, escuchándonos, comprendiendo nuestros dolores y esperanzas, sanando nuestras heridas, tejiendo lazos de solidaridad.