Reacciones. Harold Forsyth lo calificó de “inimputable” por reflejar postura del Gobierno sobre muertes en protestas. Expremier Mirtha Vásquez dijo que debería dejar el cargo.
La frase del representante permanente del Perú ante la OEA, Gustavo Adrianzén, en la que culpa a los ciudadanos —en plena audiencia de la CIDH— de las muertes en las manifestaciones, ha generado una serie de cuestionamientos.
El diplomático Harold Forsyth califico a Adrianzén de “inimputable” porque refleja la postura del Gobierno de Dina Boluarte que no asume ninguna responsabilidad por las muertes en las protestas. “Lo que ha dicho Gustavo Adrianzén refleja, con exactitud, la posición del Gobierno. En consecuencia, considero que Adriánzén es inimputable”, dijo Forsyth.
Afirmó que, con la actitud de Adrianzén, el régimen actual “ha quedado desenmascarado ante la comunidad internacional y ha puesto de manifiesto su vocación de lavarse las manos de todo tipo de responsabilidad por las muertes de nuestros compatriotas”.
Indicó que le espera al régimen “días muy difíciles que, probablemente, van a desembocar en el adelanto de elecciones”.
La expremier Mirtha Vásquez lamentó estas expresiones y señaló que Adrianzén debe ser retirado del cargo. “Debería tenerse por descontado que una persona como el señor Adrianzén debería ser retirado inmediatamente del cargo”, comentó Vásquez.
Agregó que el Estado peruano tiene que pronunciarse también por el cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH.
Opinan internacionalistas
Según el analista internacional Óscar Vidarte, lo dicho por el representante ante la OEA expone y confirma el discurso del Gobierno respecto a que la responsabilidad de las muertes recae en los protestantes y no en las fuerzas del orden.
Acotó que con las afirmaciones de Adrianzén, los organismos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos terminan leyendo la actitud final del Gobierno peruano.
El internacionalista Juan Velit destacó que “el Perú queda fuertemente golpeado internacionalmente”, luego de la frase de Adrianzén. Sin embargo, consideró que no debe ser removido del cargo porque se trató de un incidente entre el embajador y una ciudadana que lo increpó en su intervención.
El dato
Lo que dijo. “Ellos son los violentos, ellos son los que ocasionaron las muertes, ellos son los violentos”, alegó Adrianzén ante la CIDH.
Fuente: La República
