La presidenta de la República, en enero, presentó un programa de empleo en el mismo distrito donde tres personas fallecieron en protestas contra su gobierno. Ahora, revelan que el municipio local desembolsó grandes sumas de dinero para cubrir todo el evento
La Municipalidad de Pichanaqui ejecutó un gasto considerable de 76 mil soles en la organización de la visita de la presidenta Dina Boluarte a la localidad el pasado 12 de enero, incluyendo costos de alimentación, decoración y otros ‘imprevistos’. Este desembolso se realizó en el contexto de la presentación de los resultados del programa Llamkasun.
La administración local, encabezada por el alcalde Eliseo Pariona, asignó 35 mil soles para cubrir los gastos de alimentación de los asistentes al evento, según se informa, bajo la supervisión del gerente de Infraestructura, Junior Yataco.
También se desembolsaron 31 mil 100 soles a cargo de Ruth Huamaní Solano, jefe de secretaría general, para abordar los gastos relacionados con la organización y decoración del lugar, además de 8 mil 200 soles destinados a cubrir gastos catalogados como ‘imprevistos’.
Fuentes del diario Correo incluso señalaron que hubo gastos para trasladar a la población de la zona rural para que sea la “portátil” de la presidenta.
El evento, más allá de sus intenciones protocolares y de promoción del programa Llamkasun, ha levantado interrogantes sobre la adecuada administración de los fondos municipales y la priorización de gastos en el contexto de necesidades más amplias de la comunidad de Pichanaqui.
Dina Boluarte en Pichanaqui
En enero, Dina Boluarte prometió apoyar el proceso de convertir a Sangani en un distrito oficial, durante una ceremonia cerrada al público general para evitar protestas. Esta visita es la segunda de Boluarte a Chanchamayo, un lugar que previamente había sido escenario de fuertes críticas contra su administración, marcadas por vehementes acusaciones de los locales en setiembre de 2023.
Durante el evento, parte del programa Llamkasun Perú, se implementaron medidas de seguridad extremas, limitando el acceso solo a invitados y manteniendo a los manifestantes a distancia. Este control riguroso no impidió la irrupción de un disidente, quien fue rápidamente expulsado tras vociferar acusaciones contra la mandataria.
Tal acto refleja el continuo descontento presentado por sectores de la población, especialmente por aquellos que han sido directamente afectados por la violencia durante protestas anteriores, incluida la familia de un joven fallecido en el contexto de dichas manifestaciones.
En el diálogo entre Boluarte y representantes locales, como el gobernador Zósimo Cárdenas y el alcalde Eliseo Pariona, destacó el énfasis en proyectos de desarrollo por medio del programa Llamkasun Perú y la promesa de la presidenta de regresar una vez que el proceso de distritalización de Sangani se concrete. Sin embargo, hubo una notable omisión de cualquier mención directa a las víctimas de las protestas pasadas, un tema delicado que permanece en la memoria colectiva del distrito.
La visita de Boluarte a Pichanaqui apunta a una estrategia de acercamiento y compromiso con iniciativas locales, aunque queda por ver cómo estas promesas se traducirán en acciones concretas y si serán suficientes para pacificar las tensiones y el descontento prevaleciente entre algunos segmentos de la población de Chanchamayo.