La lideresa de Nuevo Perú, Verónika Mendoza, dejo clara hace varios meses su posición de ruptura con el gobierno y dijo:
“Desde el Nuevo Perú tomamos la decisión institucional de participar en el gobierno sobre la base de un acuerdo político firmado de cara a la segunda vuelta y el Plan del Bicentenario que contribuimos a elaborar. Sabíamos que este sería un gobierno en disputa, asediado por la derecha golpista pero también por la precariedad institucional, el oportunismo y el sectarismo. Conscientes de tal desafío, asumimos con responsabilidad la esperanza y demanda de cambio de millones de peruanos expresadas con su voto.
Desde los ministerios de la Mujer y de Economía buscamos acercar el Estado a la gente e impulsar importantes reformas como la reforma tributaria o el sistema de cuidados, buscando siempre articular con las fuerzas políticas y sociales del cambio. Se lograron importantes avances, demostrando —junto a otros valiosos ministros, funcionarios y funcionarias— que sí hay una izquierda que asume con honestidad y seriedad la tarea de gobernar.
Lamentablemente, al final, perdimos la batalla. Se impusieron el chantaje neoliberal, la presión del conservadurismo, el oportunismo, la informalidad y los intereses corporativos. Asumimos también nuestros propios errores y debilidades pero nos vamos con la convicción de que la batalla merecía ser librada, incluso con riesgos y costos para nuestra organización, porque no hacemos política para nuestro prestigio particular sino por el cambio y con la gente.
Lamentablemente, no es la primera vez que se traicionan las expectativas de cambio del pueblo pero, como siempre, tendremos que persistir, tomar las calles, seguir organizándonos y construyendo desde abajo y desde el lado del corazón una salida democrática y constituyente a la crisis.
Hoy más que nunca queda demostrado que no habrá proceso de cambio sin un pueblo consciente, organizado y movilizado.”
Fuente: El Perfil