El cardenal, primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), se pronunció con respecto a la Marcha Nacional que desarrollará el 19 de julio. “Que la presidenta (Dina Boluarte) no reconozca la validez de la protesta, respaldada por la Constitución, es una preocupación muy grande”, señaló.
― ¿Qué puntos resaltaría del pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Peruana sobre la marcha nacional de hoy?
― El martes, junto con el monseñor Cabrejos y monseñor García, decidimos emitir este comunicado como expresión de preocupación ante la incertidumbre de la ‘Marcha Nacional’. En primer lugar quisimos destacar que la Constitución avala el derecho a la protesta, como expresión del sentir del pueblo. La política debe comenzar por sentir en carne propia los sufrimientos, las angustias y las preocupaciones del pueblo. Esa es la esencia de la política que busca el bien común. En segundo lugar, la protesta debe caracterizarse, ineludiblemente, por ser expresión de paz. Un derecho no puede enfrentarse a otro derecho. Deben respetarse los derechos humanos y también a la propiedad pública y privada. En ese sentido, el Gobierno actual debe tener en todas sus instancias la obligación de escuchar al pueblo peruano, el cual hoy se manifiesta a través de las protestas. Hacemos un llamado para que nuestra democracia sea participativa, que una —de una vez por todas— a todos los peruanos y peruanos.
― El Gobierno parece no verlo de esa manera.
― Estamos viviendo un tiempo de incertidumbre sobre cómo vamos a salir a adelante. Por lo tanto, reafirmamos que no podemos perder la esperanza. El Perú, a lo largo de su historia, ha demostrado tener la capacidad de resiliencia para superar situaciones adversas, dolorosas y tristes, como la pérdida de hermanos asesinados. Hacemos un llamado a la esperanza, a la serenidad y a la unidad para enfrentar juntos la situación crítica que vive el Perú.
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― Uno de los puntos es escuchar al pueblo peruano. Dependiendo de la encuestadora, más o menos el 80% de los peruanos coinciden en su rechazo al Gobierno de la presidenta Boluarte y aproximadamente el 90% desaprueba al Congreso.
― Yo me hago una pregunta. Qué nos pasa en el Perú que pasan presidentes, congresistas, operadores del Poder Judicial y personas en diferentes instituciones estatales, y lo que vemos es un resultado político y social que es cada vez peor. Vivimos una indigestión de la política. Esto no es política. Se ha convertido en una mala palabra, y debería conmovernos a todos, porque los que más sufren son los pueblos abandonados. He visto con mucho dolor cómo los niños trabajan en las calles. Campesinos que lloran porque trabajan la tierra sin posibilidades tangibles de vivir de manera digna. El aumento de la anemia en la infancia. La crisis climática que se nos viene encima. Es una vergüenza nacional que debe apremiarnos.― Algunos actores políticos y comunicadores dicen que esta protesta no tiene razón de ser y que responde a intereses subversivos.
― Tenemos que tomar consciencia de que esta protesta no solo es justa, sino que es un derecho constitucional. Esto es lo que quisimos expresar en nuestro pronunciamiento. En la protesta se resume toda la experiencia de dolor y sufrimiento, pero también de esperanza. Esto debe movernos a transformar nuestra sociedad, buscando lo que nos une y no lo que nos separa, buscando siempre la justicia y pidiéndole a Dios que nos ayude a vivir con esperanza y con lucidez.
― La presidenta dijo ayer no entender los motivos de la ‘Marcha Nacional’.
― Los políticos, en su gran mayoría, no están escuchando al pueblo. Que la presidenta no reconozca la validez de la protesta, constitucionalmente respaldada, es una preocupación muy grande. Que un presidente de Consejo de Ministros no tome con seriedad una situación como la que vivimos y prefiera hablar de nimiedades como un partido de fútbol y otros aspectos indica que están fuera de contexto. Y un Congreso que ha demostrado, una vez más, que se encuentra de espaldas al país es también motivo de una enorme preocupación. Esto último no es la primera vez que lo afirmo.
― Sostuvo en una conferencia de prensa que se debe buscar la comunión de todos los peruanos. ¿Qué acciones o actitudes deben tomar los liderazgos políticos y sociales involucrados ante el clamor que realiza la CEP?
― Escuchar no es lo mismo que oír. Escuchar implica buscar cauces de cercanía, diálogo y amistad. Cuando no hay reciprocidad expresada a través del respeto mutuo, es complicado construir un futuro. En esta indigestión política tenemos que tener una catarsis. Hay que buscar cauces de diálogo. Hay entidades de la sociedad civil que se están activando, también de la Iglesia, como Resucita Perú, que buscan construir espacios de diálogo para buscar la transformación de la sociedad. Tenemos que pedir a Dios que haya políticos valientes que tengan el coraje de enfrentar esta difícil situación para no dejar a personas ineptas e indolentes liderar estas problemáticas peruanas. El amor por el Perú nos debe llevar a construir un país más fraterno y reconciliado. Necesitamos políticos que respondan a estos grandes desafíos.
― Algunas personas critican a fieles católicos que buscan marchar diciéndoles que son subversivos o que van contra la doctrina de la Iglesia. ¿Qué piensa?
― Yo respeto la opinión, pero no la comparto. Es fácil criticar. Jesús, al tener a la mujer adúltera frente a él y que según las leyes antiguas de Moisés debía ser apedreada, dijo: “Que tire la primera piedra quien no tenga pecado”. Yo creo que estos comentarios son de personas cobardes que no se comprometen con la realidad, que están en la orilla del río, pero que no se comprometen ni se empapan de esta problemática y angustia que vive el Perú. La protesta es, sin duda, una exigencia para una vida digna y fraterna. Esta es la profunda escucha que tenemos que hacer de un pueblo que llora por sus muertos y que quiere vivir con dignidad. Este es el mayor mensaje que debe atenderse con unidad para buscar el bien de todos los peruanos y peruanas.