Ausencia. Alcalde de la capital logra licencias para dejar el municipio y visitar regiones con miras a estrechar alianzas que le sumen en una futura candidatura, pero deficiencias de su gestión juegan en contra y afecta principalmente a la población.
El alcalde de la Municipalidad de Lima, Rafael López Aliaga, ha descuidado el manejo de la capital al realizar su campaña preelectoral con miras a postular a la Presidencia de la República, a pesar de las críticas y deficiencias que ha tenido su gestión edilicia. Además, ha mostrado poco liderazgo en la bancada de Renovación Popular, agrupación parlamentaria que se ha dividido
López Aliaga pidió licencias del municipio para viajar fuera de Lima y estrechar lazos con políticos regionales en buscan de incubar votos para una futura contienda nacional.
“Ha tomado dos licencias hace poco a cuenta de sus vacaciones. Él dice que tiene un partido que lidera y no puede dejarlo. Eso hay que evaluarlo”, expresa la regidora de Lima Luzi Toro, del Frente Esperanza.
Según la última encuesta del Instituto de Estudios Peruano (IEP), del mes pasado, apenas un 1,1% votaría por López Aliaga si se adelantan las elecciones. En enero, alrededor de un 19% de los limeños aprobaba su labor.
De acuerdo con un reciente sondeo de Ipsos, un 57% de los capitalinos votaría para que el burgomaestre sea revocado. Hay al menos dos pedidos de compra de kits para que deje el cargo.
Su gestión es cuestionada por deficiencias como un sobrecosto en compra de motocicletas, su negativa a la construcción de la estación subterránea del metro y su pedido para usar la vía exclusiva del Metropolitano.
Su bancada perdió tres congresistas que renunciaron alegando diferencias con López Aliaga. Un parlamentario andino también dejó la agrupación.
Pese a estas complicaciones, aspira a gobernar todo el país.
“Lo primero que debemos sacar a patadas de Perú es a la gente corrupta, Odebrecht, OAS, el Club de la Construcción […] y la prensa mermelera. […] Ya aprendí cómo ganar esta guerra. Si ponemos personeros, no nos pueden robar el voto”, dijo el alcalde de Lima en conferencia de prensa en Iquitos el último 22 de mayo, ante un cartel que lo lanzaba para Presidencia.
Cuestionado. Hay dos pedidos de revocatoria contra el alcalde de Lima. Foto: difusión
A su lado, Jorge Mera, excongresista que quiere ser gobernador de Loreto, lo trataba como candidato presidencial. Ambos anunciaron la fusión del movimiento regional de Mera con Renovación Popular.
López Aliaga viajó a Iquitos con licencia del concejo de regidores. Antes, con otra autorización, fue Trujillo a un conclave con dirigentes de su partido y el congresista Diego Bazán.
Lo que viene
“La Presidencia siempre fue su objetivo principal y la Alcaldía un premio consuelo. Le da mayor visibilidad y quiere capitalizarla para la elección presidencial. De allí que esté tan desconectado con la ciudad”, dice el politólogo Rodrigo Gil, investigador del IEP y profesor de la Universidad Católica (PUCP).
Igual punto de vista tiene la politóloga Marisol Vargas de la Jara, profesora de la Universidad Ruiz de Montoya (UARM). “Su intención siempre fue la Presidencia de la República. En el municipio, varios problemas son heredados y en el Congreso, dada la crisis de los partidos, las bancadas se dispersan”, anota.
Para tener chance, López Aliaga debe ampliar su respaldo.
“Lo apoya un sector de ultraderecha con valores conservadores, defensa de cierta moral y un modelo económico de impulso al capital privado. Dependiendo de contra quién compita y quienes aparezcan en el espectro de derecha, podría capitalizar el sector más marcado por lo económico”, considera Gil.
Vargas señala que dependerá de su habilidad para adaptarse a lo nuevo. “No debe centrarse en sectores que ya tiene fijos, los más conservadores, sino en los que no tendrían su voto definido. Dependerá de con quiénes esté como candidato”, refiere.
Las alianzas regionales son parte de la apuesta desde ahora.
“Tiene una postura en pro de iniciativas económicas privadas que puede empatar bien con grupos regionales que desean que el Estado intervenga menos para poder expandir esas actividades. Y en Congreso, Renovación puede favorecer a estos grupos. Podemos preguntarnos si ya hay algo de la campaña jugándose allí”, afirma Gil.
“Quizá tenga posibilidades bajas, pero está supeditado a sus capacidades de negociación de ceder como la figura más grande en una potencial alianza de campaña. Para crecer más allá de Lima, requerirá alianzas regionales”, comenta Vargas.
Por su parte, el politólogo Anthony Medina Rivas Plata, profesor de las universidades de San Marcos y Católica de Santa María (Arequipa) e investigador del Instituto de Estudios Políticos Andinos (IEPA), no ve potencial en su candidatura.
“Hay un refrán que dice: ‘El que puede lo más puede lo menos’. A la inversa nos preguntaríamos por qué López Aliaga querría ser presidente del Perú cuando todas sus iniciativas para Lima han sido un fracaso: playa artificial, Plan Maceta, las motos y patrulleros que prometió y nunca llegaron, el arbitraje con Odebrecht, etc. Si esos son los resultados que ofrece como alcalde, no veo ninguna viabilidad de una candidatura suya a la Presidencia”, sostiene.
La falta de transparencia en la gestión
En la gestión de Rafael López Aliaga en la Municipalidad de Lima, la falta de transparencia vuelve a ser recurrente. En su portal web, casi no hay actas de sesiones de concejo.
Además, la regidora Luzi Toro contó que evalúa un pedido de rendición de cuentas sobre los costos de los hospitales de la Solidaridad establecidos en regiones. “No parece regular, ya que es fuera de la jurisdicción, que es Lima”, dijo.
A fines del año pasado, Rafael López Aliaga inauguró un Hospital de la Solidaridad en Cajamarca. Lo acompañó el alcalde provincial Joaquín Ramírez, ex hombre fuerte del fujimorismo y congresista naranja.
Reacciones
Rodrigo Gil, politólogo y docente (IEP, PUCP)
“Hay varias colectividades que se irán articulando con candidatos y que son bolsones electorales interesantes que ellos buscan conquistar. Creo que López Aliaga está empezando a caminar en esa línea”.
Marisol Vargas, politóloga y docente (UARM)
“Quizá le sea más factible crecer fuera de sectores A y B que de Lima con campañas populistas: funcionan en todos los niveles socioeconómicos. Podría conectar con la juventud de sectores más conservadores”.
Fuente: La República