El Parlamento Europeo pone a prueba sus costuras con otro presunto caso de corrupción dos años después del Qatargate. La Fiscalía belga ha abierto una investigación contra Huawei por presuntos sobornos a eurodiputados y se investiga también un posible delito de blanqueo de capitales, en un momento en el que la Eurocámara trabaja para reforzar sus normas de transparencia. El caso se destapó esta semana con registros, detenciones de lobistas, presencia policial en tres países y con el Parlamento desplazado esta semana a Estrasburgo para celebrar su sesión plenaria periódica.
Esta investigación se da cuando el Qatargate había quedado en el pasado: entonces el país había trabajado haciendo lobby para contar con opiniones positivas por parte de los eurodiputados, algo similar a lo que ha hecho ahora mismo el gigante chino, según explica la Fiscalía. Aquel caso, que sigue abierto, propició por ejemplo la entrada en prisión de quien era vicepresidenta del Parlamento, la griega Eva Kailli, a la que una actuación rápida de la institución dejó sin inmunidad.
El objetivo de la entidad habría sido presionar a los políticos y dirigentes para que emitieran opiniones positivas en público, en plena carrera tecnológica de Pekín con Estados Unidos. Una investigación de los diarios belgas Le Soir y Knack junto a los medio Follow the Money y Reporters United recoge que se habrían dado “pagos y regalos desmesurados” para que el gigante chino tuviera el ‘abrazo’ de los políticos.
Esos premios irían desde dinero en metálico hasta entradas para eventos. Además, se produjeron de “manera regular y muy discretamente” hasta la actualidad bajo la premisa de una supuesta labor de “lobista comercial”.
Este es, para muchos expertos, otro ejemplo del poder blando de China en esferas importantes, y de hecho la Comisión Europea lleva tiempo avisando sobre las maniobras de Huawei. “La seguridad de nuestras redes 5G es crucial para nuestra economía. La Comisión ha evaluado que Huawei representa un mayor riesgo material que otros proveedores. Urgimos a todos los Estados miembros a actuar porque una falta de reacción rápida podría exponer a la UE en su conjunto a un riesgo claro”, expresó el portavoz comunitario Thomas Reigner.
En total, se han registrado 21 domicilios en Bélgica y Portugal, así como la sede de Huawei en Bruselas. Según estima la Fiscalía, habría un total de 15 eurodiputados implicados, algunos de los cuales cuentan con escaño en la actualidad. Las actividades se desarrollaron desde 2021 hasta ahora, tal como apunta la investigación. En el Parlamento, además, se han precintado dos despachos vinculados a asistentes parlamentarios.
“Los beneficios financieros vinculados a la presunta corrupción pueden haber sido mezclados en flujos financieros relacionados con gastos de conferencias y pagados a diversos intermediarios, con el objetivo de ocultar su naturaleza ilícita o permitir a los autores eludir las consecuencias de sus actos. Desde esta perspectiva, la investigación también está tratando de identificar elementos de blanqueo de capitales, en su caso”, ha explicado la Fiscalía federal belga.
Hay, con todo, un elemento importante. Este caso abarca un espacio temporal que empezó en 2021, antes de que el Parlamento aprobase sus nuevas medidas anticorrupción, por lo que estas, confirman desde la Eurocámara, no se han vulnerado. Tras el Qatargate la reacción de la presidenta Roberta Metsola fue rápida: una batería de 14 medidas para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas. Ese proceso todavía sigue en marcha y está previsto que estas decisiones se vayan mejorando de manera paulatina para que la historia no se repita.
Esas medidas incluyeron -e incluyen-, entre otros cambios, un refuerzo a la protección de los denunciantes de corrupción, una prohibición de todos los grupos de amistad no oficiales con terceros países y una revisión de “cómo interactúa” el Parlamento con gobiernos extranjeros. Desde la institución insisten en que el daño se ha controlado bien, pero ahora esa sombra vuelve a aparecer.
Desde la institución, eso sí, confirman que ya ha sido requerida su colaboración. “Hemos recibido una solicitud de cooperación de las autoridades belgas para ayudar en la investigación, que el Parlamento cumplirá rápida y plenamente“, explica desde el Servicio de Prensa del propio Parlamento Europeo. Por ahora, sin muchas más novedades, la investigación sigue abierta y podrían darse nuevos datos en los próximos días.
