Increíble hallazgo en Virú: descubren muros decorados con evidencia moche en huaca Mochan

Feren Castillo Luján, director del Proyecto Arqueológico Valle de Virú (PAVI), informó que también han hallado restos de fina cerámica, textiles, y otros elementos que confirman que este edificio, en forma de pirámide, fue en realidad un templo que los Moche usaron para realizar sus ceremonias religiosas.

Para el investigador, con ello se descarta que huaca Mochan, construida aproximadamente entre el 400 y 800 después de Cristo, formó parte de la cultura Virú y Gallinazo, como en su momento postularon investigadores como Jorge Muelle (1937), Rafael Larco (1938-1939), Wendell Bennet (1939), Gordon Willey (1953), Víctor Pimentel – Proyecto CHAVIMOCHIC (1993) y Jordan Downey (2014).

“Hemos hechos un trabajo de dos temporadas que nos ha llevado a tener nuevas ideas, porque muchos de los que exploraron el sitio nunca lo excavó; ellos decían decían que a partir de los adobes era un sitio de la época Virú; sin embargo, nuestros hallazgos nos llevan a pensar que en realidad es de los mochicas, aunque es muy local, lo que Steve Bourget llamó: Huancaco”, indicó Castillo a la Agencia Andina.

El también docente de la UNT aseveró que a partir de la evidencia se tiene que reinterpretar mejor sobre el tema de los adobes construidos con gavera de caña, que están asociados a la cultura Virú o Gallinazo.

“Los arqueólogos nos guiamos por la cultura material que se conserva, como este caso es la cerámica, y aquí (en la huaca Mochan) hay mucha evidencia de cerámica mochica”, acotó Castillo, cuya investigación forma parte de su tesis para conseguir el PhD en la Université de Rennes, en Francia.

Feren Castillo precisó que esta es la segunda temporada que excavan la huaca Mochan. En el 2023 se registró e interpretó el perfil Sur del edificio que fue expuesto por la construcción de la trocha carrozable. Allí se hicieron dos pequeñas excavaciones de 4 y 7.5 m2. Estas permitieron tener una lectura de la secuencia constructiva, y se identificó a 3 de los 5 edificios superpuestos distribuidos en dos plataformas, siendo la plataforma 1 la más alta.

Se corroboró que el edificio está construido directamente sobre depósitos arcillosos y arenosos característicos de la parte baja del valle. También se identificó que en todos los edificios fueron construidos con adobes hechos con gavera de caña, pero, asociados a cerámica Moche IV y el sub estilo Moche-Huancaco.

No obstante, la intervención más importante fue la unidad 1 de 84.5 m2 ubicada en la fachada Norte. Aquí se registró parte de la escalera de acceso hacia la plataforma superior, así como parte de los muros escalonados de esta fachada que estaban pintados de color blanco, rojo y amarillo-ocre.

Para esta temporada los esfuerzos se centraron en la unidad 2 de 14 por 22 metros, abarcando un área de 308 m2. Se ubica sobre la plataforma 1, donde ha registrado arquitectura asociada a los 3 últimos edificios. En la cima se ha conservado dos grandes recintos, cuyos paramentos de los muros se encuentran enlucidos y pintados de color amarillo-ocre. Sobre el piso se han registrado restos de textiles llanos, fragmentos de cerámica Moche y muchos fragmentos de cielos rasos y enlucidos colapsados.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de los arqueólogos es lo hallado en lado Este de la unidad 2. Aquí se develaron parte de un muro de 24 metros de largo, con una altura conservada de 2 m.

La parte superior del muro está conformada por 10 nichos conservados cuyos paramentos se encuentran pintados de color blanco. La parte baja del muro está pintado de color rojo y se observa una figura en forma de onda pintado de color negro, cuya forma aún no se ha logrado definir.

Asimismo, sobre el piso de ocupación se ha encontrado parte de dos columnas colapsadas, y que permiten determinar que estas columnas estuvieron pintadas en tres secciones: blanco, rojo y una sección con diseños geométricos y dibujos de animales como serpientes, pez “life” y pulpos muy característicos de la sociedad Moche. Los diseños están pintados de diversos colores, destacando además del rojo, amarillo-ocre y blanco, el color verde, gris-azul, negro y morado, y podría haber hasta 12 estructuras iguales.

Otro detalle importante es que se ha encontrado evidencia que el templo fue abandonado de manera violenta, características que ya han sido encontradas en otros edificios moche en Lambayeque.

También se trabajó la unidad de excavación 3, que se ubica en una esquina de la plataforma 2 y abarca un área de 18 m2. Allí se registró parte de los muros que cerrarían este recinto, pero, no se ha realizado mayor intervención en esta área.

Este trabajo de investigación no habría sido posible sin el apoyo de los tesistas Bachiller Astrid Vergara y José Gamboa, egresados de la escuela de Arqueología de la UNT; estudiantes de esa misma casa de estudios, y el especialista en conservación de murales prehispánicos, Alex Clavo.

Ante ello, el rector de la UNT, Carlos Vásquez, felicitó a Feren Castillo y su equipo por el enorme esfuerzo por poner en valor la cultura de nuestra región, y anunció que brindará su apoyo con financiamiento para que puedan continuar este trabajo.

“Estamos felices y satisfechos porque es el compromiso institucional de la Universidad Nacional de Trujillo, no solo con la sociedad por recuperar la información de nuestros antepasados, sino también por ver aquí cómo nuestros estudiantes fortalecen su formación en campo, lo que implica que tendremos en el futuro arqueólogos de gran nivel. En consecuencia, ambos factores nos obligan moralmente e institucionalmente a asumir el trabajo garantizando, a través del financiamiento, la manutención de estas investigaciones hasta donde se pueda”, señaló.

Carlos Vásquez remarcó que a través del Canon Minero se dispondrá de fondos concursables para que trabajos como el que dirige Feren Castillo puedan continuar.