l Comité Peruano Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incorporó en su Registro al patrimonio documental denominado Tabla Quipu del templo de San Francisco de Mangas, ubicado en el distrito de Mangas, provincia de Bolognesi, región Áncash
La incorporación de este patrimonio se realizó durante una ceremonia desarrollada en uno de los ambientes del Teatro Municipal de Lima y contó con la participación de representantes del Comité Peruano Memoria del Mundo de la Unesco, y de autoridades y pobladores del distrito de Mangas.
La presentación del Patrimonio Documental incorporado al Registro Peruano Memoria del Mundo – Unesco, estuvo a cargo de Ruth Borja Santa Cruz, en representación del Archivo General de la Nación, institución, que postuló la Tabla Quipu; y de Fernando López Sánchez, presidente del Comité Peruano Memoria del Mundo.
La Tabla Quipu, de propiedad del Obispado de Huaraz, es una importante pieza arqueológica que representa un gran valor histórico, científico y social relacionados a su autenticidad, antigüedad y contenido.
La pieza es una tabla alargada de madera con mango en uno de sus extremos, sus dimensiones son de 69.5 cm de alto, 28.1 de ancho y 1 cm de espesor. Está cubierta con papel (posiblemente de algodón) y presenta hilos de lana en los quipus unidos a la tabla a través de agujeros que atraviesan la tabla. El papel está adherido a ambos lados y presenta
en ellos escritura manuscrita.
En la parte superior de la zona anterior se lee en mayúscula: “PADRON DE LAS PERSONAS DEL PUEBLO/ DE MANGAS SE EMPEZÓ Á EMPADRONARSE EN EL AÑO DE [1890]”, debajo, en el cuerpo del documento presenta un listado de nombres en tres columnas continuando el listado en la parte posterior. A cada lado de los nombres se ubican pequeños orificios, mucho de ellos con hilos de colores anudados en sus extremos.
Los investigadores describen, asimismo, que tomando como referencia el punto anterior, se aprecian agujeros de manera continua que forman cuatro columnas con las cantidades siguientes (de izquierda a derecha): 55, 54, 53 y 47; y a la diestra de cada agujero de las tres primeras columnas, está el nombre de un poblador. La última hilera es la base para los nombres del lado inverso, comenzando por Bartolomé Estrada, a quien le corresponde un hilo blanco con anaranjado, y así sucesivamente. Cada uno de los hilos son de diferentes colores, con patrones repetidos como blanco con naranja, violeta, amarillo, etc.; presentan diferentes tamaños.
La presencia de agujeros vacíos indicaría la probable pérdida de éstos. Lo dañado del papel ha generado dudas respecto del año escrito en el encabezado que ha obligado a consignar 1890 como la lectura más precisa. Algunos hilos tienen diversos nudos y otros no tienen ninguno.
En julio de este año el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nacional a la Tabla Quipu del templo de San Francisco de Mangas. Destacó que esta representa históricamente la supervivencia del uso de quipus durante la Colonia hasta la República, combinados con el uso de la escritura alfabética manuscrita, dando lugar a una forma híbrida que se ha asociado a la contabilidad, tanto comunal como eclesiástica.
Sostuvo que su finalidad específica fue al parecer de contabilidad para fines religiosos o eclesiásticos, sin embargo, encierra diversos posibles significados en el uso de hilos de colores, nudos y entramados;
El valor social de este manuscrito y quipu radica en que es, el testimonio de una época en que las organizaciones comunales del trabajo y tradiciones prehispánicas sobrevivieron fusionadas o coexistiendo con los conocimientos y técnicas traídos por los conquistadores, equilibrio y fusión que comenzó a perderse desde el siglo XX con el avance estandarizado de la contabilidad alfabética y numérica, siendo la tabla uno de los últimos supervivientes de esta práctica.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Cultura precisó que los quipus modernos representan la adaptación al sistema colonial, tanto administrativo como religioso, para ejercer el control económico y espiritual de las comunidades, rescatando elementos del antiguo sistema del incario, supeditados a la contabilidad y padrones alfabéticos.
El valor científico de este documento de archivo, se encuentra en el hecho que presenta un notable potencial como fuente primaria para la investigación histórica, ya que permite dar a conocer diversos aspectos del funcionamiento de la contabilidad y administración de recursos, población e incluso religiosidad en las comunidades andinas entre los siglos XVIII al XIX.
Asimismo, tenemos el valor dado por los diversos y aún no descifrados simbolismos tras los hilos que acompañan a los empadronados. Esta tabla quipu, es de las muy pocas que aún existen en el Perú y de las más antiguas que se conocen, un tipo de fuente documental que se halla en peligro de desaparecer, y que es tan importante para preservar como las tradiciones culturales del uso de quipus en comunidades actuales.
Por último, la norma indica que se encarga al Archivo General de la Nación la coordinación y gestiones que tiendan a la protección, conservación y difusión del bien declarado.
En la actualidad la Tabla Quipu del templo de San Francisco de Mangas se halla en custodia y exhibición en la Municipalidad Distrital de Mangas.