La mayoría de las regiones mostró una desaceleración en el tercer trimestre del 2022 frente a la primera mitad del año debido al menor desempeño de los sectores primarios, sobre todo minería, lo cual fue parcialmente contrarrestado por la aceleración de la inversión pública. Para el 2023, este impulso en la construcción se disiparía ante el cambio de autoridades regionales y locales. En particular, las regiones del sur enfrentan el mayor riesgo debido a los daños a la infraestructura pública y privada, y las secuelas de la paralización de actividades productivas ante las recientes protestas.