Sin embargo, cuando la vida real se interpone en nuestro camino, puede resultar complicado seguir el camino necesario para comer de forma más nutritiva.
Aunque no existen los alimentos milagrosos, la importancia de llevar una dieta equilibrada es indiscutible.
En The Food Programme de la BBC, Graeme L. Close, profesor de fisiología humana en la Universidad John Moores de Liverpool, ofreció siete consejos para lograr el máximo rendimiento:
1. Intenta hacer algo de ejercicio todos los días
Hacer un poco de ejercicio por la mañana activa tu metabolismo, lo que te ayuda a prepararte para el resto del día.
Final de Recomendamos
No tiene que ser el gimnasio o una carrera seria, sólo algo que te haga respirar un poco más fuerte.
Un “pequeño esfuerzo” será suficiente para activarte.
2. Come más verduras
Las verduras no sólo están repletas de beneficios, sino que también ayudan a dar una sensación de saciedad que te acompañará hasta tu siguiente comida.
Agregar espinacas, champiñones, tomates frescos y pimientos rojos a una tortilla es una manera fácil de hacerlo.
Otra forma es triturar aguacate con una mezcla de verduras de temporada y un huevo escalfado, o simplemente puedes consumir un batido de verduras.
3. Planifica y anticípate
Si te preparas con antelación, es menos probable que el hambre te pille desprevenido.
Muchas veces se cometen errores cuando tenemos hambre y no tenemos opciones saludables a mano.
Estos planes incluyen cargar algo de comida en el bolso para cuando estés fuera de casa. Y esto tiene una doble ventaja: será mejor y más barato que comprarlo sobre la marcha.
4. Consume más proteínas a medida que envejeces
¡Resiste el impulso de la “comida chatarra”!
Los paladares mayores anhelan cosas dulces y carbohidratos, pero en realidad necesitan más proteínas para contrarrestar la pérdida de masa muscular.
5. ¡Resiste las tentaciones del supermercado!
La mayoría de grandes superficies y supermercados nos obligan a atravesar todos los pasillos y estanterías con la comida menos sana para llegar a la caja.
Mete las manos en los bolsillos y sácalas sólo cuando llegues a la caja.
Eso evitará que pongas en la cesta alimentos poco saludables.
6. No te desanimes
Si has optado por una comida poco saludable, disfrútala y no te sientas culpable.
Simplemente no dejes que una mala comida se convierta en dos y luego en tres… y al final sea un hábito repetido.
7. Mantente hidratado pero no te bebas las calorías
El agua fría es la mejor opción y, de nuevo, la más barata.
Los jugos, el alcohol o las bebidas gaseosas pueden contener más azúcar del que piensas.
Un cuerpo humano saludable está compuesto en dos tercios por agua.
Los fluidos son necesarios para ayudar a la sangre a transportar los nutrientes y los desechos por el cuerpo y participan también en las reacciones químicas que ocurren en nuestras células.