Aunque el fenómeno de la resistencia a los antimicrobianos es un proceso natural observado desde que los antibióticos de primera generación empezaron a ser aplicados contra las infecciones microbianas, el uso persistente de los antibióticos, la automedicación y la exposición a infecciones en los hospitales han acelerado el desarrollo de bacterias multirresistentes.
Existe una terrorífica amenaza global, presente y futura, acechando en cada rincón del planeta. Es incluso mucho más preocupante y dañina que la malaria o el VIH y sin embargo, pasa desapercibida a gran parte de la sociedad. Se trata de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), que ocurre cuando los cambios en los microorganismos hacen que los medicamentos utilizados para tratar infecciones se vuelvan menos efectivos.
Un informe reciente calcula que la resistencia bacteriana a los antimicrobianos estuvo asociada con 5 millones de muertes en el año 2019, incluidas 1,27 millones de muertes atribuidas de forma directa. Estas cifras colocan a la resistencia bacteriana a los antimicrobianos como una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo.