“Hay muchas facilidades para ponerse la vacuna allá, yo me fui y estoy casi segura que muchos de los que iban ahí también viajaban para vacunarse”, comparte Lucrecia González, una mujer de 59 años que viajó la segunda semana de abril a Houston, Texas para recibir su primera dosis contra la vacuna del covid-19.
González es a penas una de los cientos de guatemaltecos que han viajado en el último mes y medio hacia Estados Unidos para lograr inmunizarse contra esta enfermedad que sigue con un alto nivel de contagio en Guatemala.
González es paciente de alto riesgo y actualmente se encuentra recuperándose de un cáncer. A pesar de que las personas con enfermedades prexistentes y de alto riesgo están priorizadas en la segunda fase de vacunación, según el plan elaborado por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, ella dice que al momento no ha sido informada por su médico de las posibilidades de recibir la inmunización en el país.
Esto fue uno de los motivos principales que tuvo para decidir viajar a Houston hace algunos días y regresará pronto para recibir su segunda dosis. “Todo está bien organizado, si mucho esperé 10 minutos en la fila y luego me pasaron a una sala por 15 minutos esperando a que no tuviera ninguna reacción”, mencionó.
Incluso, el simple hecho de recibir una cartilla oficial donde le asignaban la fecha para recibir su segunda dosis, es algo que en Guatemala el Ministerio de Salud no ha logrado implementar y muchas personas se han quejado que no les dieron ningún documento que comprobara que recibieron la vacunación.
Por otro lado, Edwin González, migrante guatemalteco con más de treinta años de residir en aquel país menciona que muchos connacionales han aprovechado las políticas de vacunación para llevar a sus familiares.
“El problema con Guatemala es que la vacunación va bastante lenta por lo que muchos mirantes han decidió traer a sus familiares, especialmente a sus papás”, indicó.
De igual forma agregó que muchos médicos guatemaltecos también han viajado al observar el desorden en la vacunación de quienes estaban en primera línea de atención a pacientes covid-19.
“Se están yendo por montones”
Paul Hagen, de la Asociación Guatemalteca de Agentes de Viajes, indicó que actualmente los vuelos que van hacia Texas van “repletos” de personas que viajan para vacunarse contra el covid-19.
Incluso, agregó, las tarifas aéreas para ese estado aumentaron significativamente durante las últimas semanas debido a la alta demanda.
Pero Texas no es el único estado que tiene la vacunación universal para mayores de 16 años, sin importar su lugar de residencia. En Arizona, el Departamento de Servicios de Salud informó que a partir del 31 de marzo “el lugar de residencia permanente no influye en si alguien pueda vacunarse”.
Los mismo sucede en Louisina y según Marck Rogers, de la agencia de viajes Clark Rogers, pronto se podrá viajar hacia Alaska y las Islas Vírgenes, que también pertenecen a Estados Unidos.
“Nosotros estamos vendiendo entre 10 y 20 paquetes diarios hacia Estados Unidos, más todo lo que esté haciendo la competencia”, comentó Rogers quien indica que desde hace mes y medio empezaron a ofrecer paquetes que incluyen pasaje aéreo, hotel y alquiler de vehículo.
Solo esta agencia de viajes ha ayudado a 600 personas aproximadamente para obtener su vacuna en el extranjero. A esta dinámica de viajes se le ha denominado “turismo de vacunas” y, a decir de Rogers, cuesta alrededor de US$3 mil 500 viajar a Estados Unidos para obtener las dos dosis de esta inmunización.
“La gente se está yendo porque aquí no hay ninguna certeza de cuándo nos vamos a vacunar, qué tipo de vacuna nos irán a poner y cómo será la metodología”, mencionó.
Ante este flujo de guatemaltecos que están viajando exclusivamente para tener este beneficio, empezaron a surgir rumores que se les estaban cancelando la visa a quienes viajan por turismo y aprovechan a vacunarse.
Pero ante esto la embajada de Estados Unidos en Guatemala no presentó ninguna postura oficial al respecto. Mientras tanto, González, indicó que cuando se vacunó en Houston, las autoridades de Salud no le pidieron ningún documento oficial, más que su licencia de conducir de Guatemala que sirvió para verificar su nombre y fecha de nacimiento.