¿Es usted de los que evita comer la tuna porque cree que las semillas pueden adherirse en las paredes del intestino? ¿O quizás es de aquellos que, antes de saborear el tomate, prefiere separar las pepitas para evitar posibles problemas en la vesícula o una diverticulitis? Especialistas resuelven tus dudas y mitos en esta nota. Todas las frutas y verduras aportan los nutrientes que el cuerpo humano necesita y, si bien algunos tienen más semillas en su interior, a veces con una consistencia dura o amarga, consumirlos no representa peligro para la salud, explicó a la agencia Andina la licenciada Bettyna Benavente Grandez, nutricionista del hospital Guillermo Almenara de EsSalud. Por lo general, agregó, las personas están habituadas a comer las fresas, el kiwi, la pitahaya, la granadilla, entre otras, con todas sus semillas, lo cual no sucede con la sandía, la papaya o la uva que, en las comúnmente se consume la pulpa y se descartan las pepas. Es una fruta con alto valor nutricional. Es rica en calcio, fósforo y vitaminas B y C. Ayuda a disminuir el colesterol, y regula los niveles de azúcar en la sangre.
¿Comer las pepas del tomate y la tuna traen problemas en el intestino? Qué dicen expertos
Benavente precisó que no existe ninguna contraindicación en consumir la pitahaya con sus semillas sino, todo lo contrario, pues favorece la correcta digestión. La tuna es una fruta dulce y baja en calorías. Tiene cáscara gruesa y espinosa con una pulpa abundante en pepitas. Es fuente de minerales y vitaminas, entre los que destacan el caroteno y la vitamina C.
Existe la creencia de que las semillas de la tuna pueden causar apendicitis o estancarse en los intestinos, lo cual es falso. La licenciada aseguró que estas pepitas no producen ningún daño al organismo, y que se pueden ingerir sin ninguna preocupación porque finalmente son desechadas y evacuadas por el sistema digestivo.
El kiwi es una de las frutas con mayor contenido de vitamina C, pero además posee vitamina K, potasio, ácido fólico y fibra. Consumir kiwi de manera regular ayuda a mantener el buen tránsito intestinal.
Al igual que las anteriores frutas, dijo, las semillas son inocuas y al ser bastante pequeñas es más fácil digerirlas junto con la parte carnosa del kiwi.
Esta es una fruta de cascara lisa y anaranjada que en su interior tiene semillas negras y comestibles cubiertas con una masa jugosa, dulce y de textura gelatinosa. Contiene potasio, calcio, fósforo, hierro, vitaminas A, B1, B2, B3, B9, C, E, K y la provitamina A.
Uno de sus beneficios más destacados es que ayuda a combatir el estreñimiento y reducir los cólicos.
Algunas padres de familia piensan que no se les debe ofrecer a los niños pequeños esta fruta porque sus pepas podrían provocar apendicitis o atragantamiento, lo cual no es real. Y en muchos prefieren colarla.
La granadilla es un alimento que puede consumirse con todo y pepitas. Sin embargo, si tenemos mucho temor de consumir esta fruta, podemos recurrir a otra que aporte el mismo beneficio que necesita nuestro organismo”, añadió.
Contiene vitamina C, vitamina A, calcio, magnesio y potasio. La papaya tiene un componente llamado papaína, una enzima que ayuda en el proceso de la digestión y evita el estreñimiento.
En el caso de la papaya, la costumbre es comer la pulpa carnosa de color anaranjado y descartar sus semillas de color negro junto con la cáscara.
¿Las semillas de la papaya eliminan los parásitos? Esto no es correcto, señaló la experta. Sin embargo, añadió, muchas personas creen que las pepas de la papaya son un remedio seguro y eficaz contra los parásitos intestinales.
“Ningún tipo de fibra (semillas) tiene esa función. El parásito debe ser eliminado por un antibiótico. Las pepas de la papaya podrían ayudar a aumentar la evacuación, pero no es un tratamiento para dicho mal. Lo más recomendable es acudir al médico”, refirió.
Las semillas de papaya, si bien son comestibles, tienen un intenso sabor picante y amargo. Son ricas en polifenoles, los cuales tienen un efecto antioxidante.
En la sandía encontramos vitamina C, vitamina A y B, potasio, magnesio, licopeno y betacaroteno. Esta fruta destaca porque contiene un 90 % de agua y es muy refrescante comerla en verano.
Aunque la creencia popular señala que comer las semillas incrementa el riesgo de padecer afecciones intestinales como diverticulitis esto no es verdad, según lo indica la Asociación Americana de Gastroenterología.
Las uvas son ricas en antioxidantes. Contienen fundamentalmente agua (80%), hidratos de carbono (17%), además de glucosa, fructosa, sacarosa, dextrosa y levulosa.
De acuerdo con algunas investigaciones científicas, la semilla de la uva es una fuente de antioxidantes (taninos y catequinas) capaces de prevenir el envejecimiento, los procesos inflamatorios y favorecer las defensas del organismo, pero se tendría que comer una gran cantidad de este producto para lograr los efectos esperados.
Este alimento es rico en fibra y mejora el tránsito intestinal. La manzana ayuda a combatir el colesterol, mejora la memoria porque contiene vitaminas B1 y B6, incrementa las defensas, disminuye la fatiga, mejora el estado de las encías y regula el PH de la boca, entre otros beneficios.
Sin embargo, existe el mito de que no se debe comer las semillas de la manzana porque podría provocar dolor de estómago u otro malestar gastrointestinal.
Estas semillas tienen un compuesto vegetal llamada amigdalina que es inofensiva, pero si se mastican y entran en contacto con las enzimas del estómago produce el cianuro de hidrógeno de alta toxicidad en los seres humanos.
No obstante, para que pueda producir un daño grave en el organismo, la persona tendría que consumir una gran cantidad de semillas (más de 80), destruirlas y masticarlas para generar el efecto nocivo mencionado. Por tal motivo, tragar o triturar un par de pepas de la manzana no produciría ningún efecto tóxico ni pondría en riesgo la salud de la persona por contener muy bajos niveles de cianuro.
Está bastante extendido y aceptado el mito de según el cual las semillas del tomate causan daños al páncreas, la vesícula o el apéndice; sin embargo, esto no es así. Las pepas del tomate contienen mucha fibra y evitan el estreñimiento, además, de combatir enfermedades hepáticas.
En tal sentido, subrayó la nutricionista, no debe existir temor por comer el tomate con todas sus pepas, ya que son muchos sus beneficios.
El pepino es un vegetal que se caracteriza por ser bajo en calorías, rico en agua, minerales, fibras y antioxidantes, por lo que su ingesta favorece la pérdida de peso. Igualmente, ayuda al organismo a mantenerse hidratado y a mejorar el funcionamiento intestinal.
Con respecto a sus semillas del pepino, la licenciada en nutrición detalló que su consumo podría ocasionar gases estomacales en algunas personas, por lo que sería mejor extraerle las pepas antes de consumir el pepino.
Las semillas de este vegetal contienen un compuesto de cucurbitacina, que puede causar indigestión en algunas personas provocando flatulencia e hinchazón, advirtió.