En muchos países, a medida que se levantan las restricciones y se restablecen las libertades, existe cierta sensación general de que la pandemia ha terminado. Sin embargo, todavía existe gran preocupación de que pueda surgir una nueva variante que ponga en peligro la salud pública mundial.

Esta situación se dio con la llegada de ómicron, que resultó ser más transmisible pero afortunadamente no ha causado un aumento de casos graves en la mayoría de los países donde es dominante.

Pero este éxito relativo no estaba garantizado. Las variantes surgen al azar y las nuevas tienen el potencial de ser más peligrosas que las anteriores. Una nueva variante acaba de surgir y ya ha sido bautizada como deltacron. Se trata de un híbrido de delta y ómicron, las dos variantes dominantes en la actualidad.

La historia de deltacron comienza a mediados de febrero, cuando científicos del Instituto Pasteur de París cargaron una secuencia genética del coronavirus que parecía muy diferente a las secuencias anteriores. La muestra del virus procedía de un anciano del norte de Francia y la mayor parte de su secuencia genética era la misma que la delta, que fue dominante en todo el mundo hasta fines del año pasado, pero la parte de la secuencia que codifica la proteína S del virus, una parte clave de su estructura externa, que utiliza para ingresar a las células en el cuerpo, vino de omicron.

Para marzo se habían informado otras tres secuencias genéticas híbridas, esta vez en EE. UU. Ahora hay más de 60 registrados en Francia, los Países Bajos, Dinamarca, los EE. UU. y el Reino Unido.

Sin embargo, puede haber diferentes tipos de deltacron. Los científicos del Instituto Pasteur han confirmado que las secuencias deltacron reportadas en el Reino Unido y Estados Unidos tienen ciertas diferencias con las encontradas en otros países. Esto significa que podría ser necesario agregar un número a estas diferentes formas de deltacron para diferenciarlas.

¿Cómo se formaron estos híbridos?

No es raro que los virus se mezclen y combinen partes de sí mismos si dos virus diferentes infectan una misma célula. Esto se llama “recombinación”, ya que un virus combina partes de su secuencia genética con partes de otro virus relacionado mientras ensambla copias de sí mismo. Parece suceder al azar durante la replicación viral.

Sin embargo, cuando hay una transferencia de poder de una variante viral a otra, una variante se vuelve menos común y la otra adquiere mayor capacidad de infección, lo que significa que ambas circulan en la población y existe la posibilidad de que infecten simultáneamente. Es por ello que la posibilidad de que ocurra una recombinación aumenta. Esta habría sido la situación cuando ómicron surgió para desplazar a delta como la variante más dominante en todo el mundo.

La recombinación generalmente crea un nuevo virus que no es viable, ya que la mezcla de diferentes genes puede interferir con la capacidad del virus para producir las proteínas que necesita para sobrevivir. Sin embargo, en ocasiones uno sobrevive, y eso parece ser lo que sucedió con deltacron.

De hecho, dado que los híbridos deltacron que se encontraron en EE. UU. y Reino Unido parecen ser diferentes de los que se encuentran en la Europa continental, siendo posible que esto haya sucedido varias veces por separado.

¿Es deltacron más preocupante?

Por el momento, es difícil decir de qué modo se parecerá deltacron a sus variantes originales, pues delta y ómicron son bastante diferentes. Se diferencian en cómo infectan las células y cómo evaden la inmunidad. Todavía no sabemos lo suficiente sobre deltacron para poder decir cómo de diferente será.

Debido a que ya se ha encontrado en varios países, es probable que el deltacron se propague. Sin embargo, ómicron continúa extendiéndose ampliamente en Europa, por lo que sigue siendo la variante que debemos observar con atención en este momento.

El tiempo dirá si deltacron desplazará a omicron o si será mejor para evadir la inmunidad y si causará una enfermedad más grave. Actualmente hay muy pocos casos de deltacron para sacar conclusiones sobre estos temas. Lo que se requieren son experimentos para determinar las propiedades de deltacron: los científicos han iniciado ese proceso y han podido infectar células con él, por lo que se espera contar con respuestas a tiempo.

Mientras tanto, la vigilancia es importante. El hecho de que deltacron probablemente se haya propagado a través de las fronteras enfatiza la necesidad de una vigilancia genómica continua para controlar cómo cambia y se mueve cada virus. A medida que el SARS-CoV-2 continúa propagándose ampliamente e infectando a un gran número de personas, es probable que surjan más variantes, incluso a través de la recombinación.

Sin embargo, podemos estar seguros de que la infección previa con otras variantes, así como la vacunación, ofrecerán protección contra la enfermedad grave en caso de que deltacron comience a dominar. Sabemos que las vacunas, que se basan en la cepa original del virus de Wuhan, también protegen contra enfermedades graves con las variantes más recientes. El tiempo dirá si delta y ómicron han producido un niño salvaje que requiera especial vigilancia.