8 de septiembre de 2023
Actualmente se están registrando graves brotes de dengue en muchos países de Sudamérica y Asia. Guatemala tuvo que declarar el estado de emergencia sanitaria, en Bangladesh ya hay unos 120.000 casos de infección y 570 muertes.
En Europa, el interés por el dengue ha sido hasta ahora bastante limitado, porque esta enfermedad tropical normalmente sólo se da en regiones de Asia, Sudamérica y África. Sin embargo, tras confirmarse los primeros casos en el lago de Garda, en el norte de Italia, el dengue es ya noticia en Europa.
¿Cómo se propaga y cuáles son los síntomas?
El dengue lo transmiten los mosquitos Aedes aegypti, particularmente adaptables a los entornos urbanos, y los Aedes albopictus, a menudo llamados “mosquitos tigre” por sus características marcas blancas y negras.
Son mosquitos nativos de las regiones tropicales y subtropicales pero, debido al cambio climático, cada vez encuentran mejores condiciones de vida en Europa, particularmente en zonas con climas muy cálidos y húmedos.
Suelen picar al aire libre por la mañana y al atardecer, y ponen sus huevos en pequeños lugares donde hay agua al descubierto, como macetas, barriles de lluvia o neumáticos viejos de coche.
Los síntomas más comunes, que suelen aparecer entre cuatro y diez días después de la picadura, son fiebre alta repentina, dolor de cabeza, dolor articular y muscular y erupción cutánea que se extiende del tronco a los brazos, las piernas y la cara. Los casos graves e incluso mortales son bastante poco comunes.
Por otro lado, aunque una vez infectado por un serotipo concreto (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4), se es inmune a ese, no sucede con los demás. Además, la inmunidad puede reducirse con el tiempo tras una infección.
Tratamiento y medicamentos adecuados
El dengue se confunde a menudo con la gripe u otras infecciones víricas como la malaria (o paludismo) o el virus del Zika debido a que muchos síntomas son similares, y se trata incorrectamente en consecuencia. Además, no existen pruebas rápidas sencillas y baratas para detectarla, lo que hace necesario realizar un análisis de sangre en laboratorios especializados para obtener un diagnóstico fiable.
Por otro lado, el tratamiento actual se limita a aliviar los síntomas, principalmente con la ingesta suficiente de líquidos. Para ello, pueden utilizarse fármacos como el paracetamol. En cambio, debe evitarse el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno, ya que pueden aumentar el riesgo de hemorragia.
¿Existen vacunas?
Actualmente hay dos vacunas autorizadas. La vacuna Dengvaxia de Sanofi Pasteur ofrece protección contra los cuatro serotipos del virus y debe administrarse en varias dosis para desarrollar protección suficiente. Sin embargo, la vacuna tiene un inconveniente: tras la vacunación, aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad grave por dengue si uno se infecta posteriormente por una picadura.
Si después de la vacunación no se producen suficientes anticuerpos para crear una inmunidad completa contra los cuatro serotipos del virus del dengue, puede producirse la llamada “potenciación dependiente de anticuerpos” (ADE). Las partículas del virus pueden entonces entrar en las células y empeorar la infección en lugar de combatirla.
Esta es la razón por la que Dengvaxia prácticamente no se utiliza en Europa. En la mayoría de los casos, la vacuna sólo se recomienda en zonas donde el dengue ya es endémico, es decir, donde ya se produce de forma permanente y regular.
La segunda vacuna, Qdenga de Takeda, no fue aprobada por la Comisión Europea hasta diciembre de 2022. Produce menos efectos secundarios y puede utilizarse a partir de los cuatro años. Sin embargo, la nueva vacuna solo protégé de forma fiable contra tres serotipos del dengue, pero no contra el DENV-4.