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Salud

Dengue y dengue grave

El dengue es una infección vírica que se transmite de los mosquitos a las personas. Es más frecuente en las regiones de climas tropicales y subtropicales. La mayoría de las personas que contraen dengue no tienen síntomas. Cuando estos aparecen, suelen ser fiebre alta, dolor de cabeza y en otras partes del cuerpo, náuseas y erupciones en la piel. En la mayor parte de los casos, la persona se cura en una o dos semanas, pero a veces la enfermedad se agrava y requiere hospitalización. En los casos más graves, el dengue puede ser mortal. Se puede reducir el riesgo protegiéndose de las picaduras de los mosquitos, sobre todo durante el día. El dengue se trata con medicamentos que alivian el dolor, pero por el momento no hay ningún tratamiento específico.

En la mayor parte de los casos, el dengue causa síntomas leves o incluso ningún síntoma y se cura en una o dos semanas, pero en casos infrecuentes se agrava y puede causar la muerte. Cuando aparecen síntomas, lo suelen hacer entre 4 y 10 días después de la infección y duran de 2 a 7 días. Pueden ser:

fiebre elevada (40 °C/104 °F),dolor de cabeza muy intenso ,dolor detrás de los ojos ,dolores musculares y articulares náuseas agrandamiento de ganglios linfáticos sarpullido .Las personas que se infectan por segunda vez corren más riesgo de que la enfermedad se agrave. Los síntomas del dengue grave suelen presentarse cuando desaparece la fiebre. Son los siguientes:

dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz

cansancio, agitación, vómitos o heces con sangre, sed intensa, piel pálida y fría, debilidad general

Las personas que presenten estos síntomas deben ser atendidas de inmediato. Tras la curación, la persona se puede sentir cansada durante varias semanas. En la mayor parte de los casos, el dengue se puede tratar en el domicilio con medicamentos que alivian el dolor. La mejor forma de no contraerlo es protegerse de las picaduras en los mosquitos. Como no hay un tratamiento específico para el dengue, lo habitual es aliviar el dolor. Contra el dolor se prescribe a menudo paracetamol, pero deberían evitarse los AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno y la aspirina, porque aumentan el riesgo de hemorragia. También se dispone de la vacuna Dengvaxia® para las personas que han tenido dengue al menos una vez y viven en lugares donde la enfermedad es frecuente. Las personas con dengue grave necesitan ser hospitalizadas.

En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia del dengue en el mundo: los casos notificados a la OMS han pasado de 505 430 a 5200 millones en 2019. En la mayor parte de los casos, la persona es asintomática o presenta síntomas leves que se pueden controlar sin ayuda médica, por lo que el número real de casos de dengue es superior a los notificados. Además, hay muchos casos que se diagnostican erróneamente como otras enfermedades febriles (1).

Según una estimación basada en modelos, cada año se producen 390 millones de infecciones por el virus del dengue, de las cuales 96 millones se manifiestan clínicamente (2). En otro estudio sobre prevalencia se calculó que hay 3900 millones de personas que corren riesgo de infectarse por los virus del dengue.

En la actualidad, la enfermedad es endémica en más de 100 países de las regiones de la OMS de África, las Américas, Asia Sudoriental, el Mediterráneo Oriental y el Pacífico Occidental. Las Regiones de las Américas, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental son las más gravemente afectadas y en Asia se concentra alrededor del 70% de la carga mundial de la enfermedad.

El dengue se está extendiendo a nuevas zonas, incluida Europa, y se observan brotes fulminantes. En 2010 se notificó por primera vez transmisión local en Francia y Croacia y se han detectado casos importados en otros tres países europeos.

El número de casos de dengue notificados en todo el mundo alcanzó su punto máximo en 2019. Todas las regiones se vieron afectadas y por primera vez se registró transmisión de dengue en el Afganistán. En las Américas se notificaron 3,1 millones de casos, más de 25 000 clasificados como graves. En Asia, se notificó un gran número de casos en Bangladesh (101 000), Filipinas (420 000), Malasia (131 000) y Viet Nam (320 000).

En 2021, la enfermedad seguía afectando a Brasil, Colombia, Filipinas, Fiji, India, Islas Cook, Kenia, Paraguay, Perú, Reunión (Francia) y Viet Nam. Transmisión por la picadura de mosquitos

El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas, principalmente del mosquito Aedes aegypti. Hay otras especies del género Aedes que también pueden ser vectores, pero su contribución es secundaria respecto a la del A. aegypti.

Cuando el mosquito pica a una persona infectada por el virus del dengue, este se replica en el intestino medio del mosquito antes de diseminarse hacia tejidos secundarios, como las glándulas salivales. El tiempo que transcurre entre la ingestión del virus y la transmisión a un nuevo hospedador se denomina periodo de incubación extrínseco, y cuando la temperatura ambiente oscila entre 25 ºC y 28 ºC dura entre 8 y 12 días. No solo la temperatura ambiente influye en las variaciones del periodo de incubación extrínseco; varios factores, como la magnitud de las fluctuaciones diarias de temperatura, el genotipo del virus y la concentración vírica inicial pueden influir también en el tiempo que tarda un mosquito en transmitir el virus. Una vez que se ha vuelto infectante, el mosquito puede transmitir el agente patógeno durante toda su vida.

Los mosquitos pueden infectarse a partir de personas virémicas con el virus del dengue. Puede tratarse de una persona con infección sintomática o que todavía no haya manifestado síntomas (presintomática), aunque también puede ser una persona sin signo alguno de la enfermedad (asintomática).

La transmisión de seres humanos a mosquitos puede ocurrir desde 2 días antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad y hasta 2 días después de la resolución de la fiebre. El riesgo de infección del mosquito está directamente asociado a los niveles elevados de viremia y fiebre en el paciente; por el contrario, los niveles elevados de anticuerpos específicos contra el virus van asociados a un menor riesgo de infección del mosquito. La mayoría de las personas son virémicas durante 4 o 5 días, si bien la viremia puede durar hasta 12 días. La principal vía de transmisión del virus del dengue entre los seres humanos son los mosquitos vectores. Con todo, hay pruebas de que pueden darse casos de transmisión materna (de una embarazada a su bebé), aunque las tasas de transmisión vertical son bajas y el riesgo de ese tipo de transmisión se encuentra ligado aparentemente al momento en que se produce la infección durante el embarazo. Cuando una embarazada está infectada por virus del dengue, es posible que el bebé nazca prematuramente y padezca insuficiencia ponderal al nacer y sufrimiento fetal. Se han registrado casos infrecuentes de transmisión a través de sangre y hemoderivados, donación de órganos y transfusiones. Asimismo, también se ha registrado la transmisión transovarial del virus dentro de los mosquitos.

Una infección previa por el virus del dengue aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave. La urbanización (especialmente la no planificada) está asociada a la transmisión del dengue en función de varios factores sociales y ambientales: densidad de población, desplazamientos de personas, acceso a fuentes de agua fiables, prácticas de almacenamiento de agua, etc. Los riesgos de contraer el dengue también dependen de   los conocimientos, la actitud y las prácticas de la población frente a la enfermedad, así como de la ejecución de actividades sistemáticas de control vectorial de forma sostenible fuera de los establecimientos de salud.

Por tanto, los riesgos pueden cambiar y extenderse geográficamente a causa del cambio climático en las zonas tropicales y subtropicales, y los vectores pueden adaptarse a nuevos lugares y climas. Los mosquitos que transmiten el dengue están activos durante el día.Se puede reducir el riesgo de contraer el dengue protegiéndose de las picaduras de mosquito con:

ropa que cubra el cuerpo lo máximo posible, mosquiteros, a ser posible impregnadas de repelente, si se duerme durante el día mosquiteros en las ventanas, repelentes de mosquitos (que contengan DEET, icaridina o IR3535) espirales de humo y aerosoles. Si se contrae el dengue, es importante: descansar mucho, beber mucho líquido tomar paracetamol para aliviar el dolor, evitar los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y la aspirina, estar atento a la aparición de síntomas graves y consultar al médico lo antes posible si aparecen. Hasta la fecha, en algunos países se ha aprobado y autorizado una vacuna (Dengvaxia®). Sin embargo, solo protege a las personas que ya han tenido dengue. Se están evaluando otras vacunas candidatas contra esta enfermedad. En su respuesta al dengue, la OMS: apoya a los países para que confirmen los brotes por medio de la red de laboratorios colaboradores;

brinda apoyo técnico y orientación a los países para controlen eficazmente las epidemias de dengue; ayuda a los países a mejorar sus sistemas de notificación y a determinar la carga real de morbilidad del dengue; junto con algunos de sus centros colaboradores, ofrece capacitación sobre atención clínica, diagnóstico y lucha antivectorial en el plano regional y nacional;

formula estrategias y políticas basadas en datos científicos; ayuda a los países a formular estrategias de prevención y control del dengue y a adoptar la Respuesta mundial para el control de vectores (2017-2030);

estudia y recomienda el desarrollo de nuevas herramientas, como insecticidas y la tecnología necesaria para su aplicación; reúne los registros oficiales de dengue y dengue grave de más de 100 países miembros; y publica directrices y manuales para los Estados Miembros sobre vigilancia, atención a casos, diagnóstico, tratamiento y control del dengue.

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