El confinamiento debido al Covid-19 ocasionó diversos efectos negativos en las personas. La depresión fue uno de los trastornos que más se vivió. Según las estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa), de enero a agosto del 2022 se atendieron 179,338 casos de depresión, mientras que en 2021 se registraron 313, 445 casos a nivel nacional.
Por eso, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemora cada 13 de enero, es necesario comprender en qué consiste este problema de salud mental, específicamente, en un nuevo tipo de trastorno como es la depresión de alta funcionalidad.
“Cuando hablamos de la depresión de alta funcionalidad, técnicamente nos referimos al Trastorno Depresivo Persistente o también conocido como la distimia (DSM V), el cual se caracteriza por un estado constante depresivo que se mantiene por períodos no menores a dos años. Esta situación puede ser identificada por las personas que alternan continuamente con el afectado, ya que se perciben los síntomas como la melancolía, tristeza, apatía e inclusive ideación muy negativizada de la realidad”, comentó Leonardo Fuerte Montaño, docente de la Escuela de Posgrado Wiener.
El especialista señala que la presencia de la depresión de alta funcionalidad provoca malestares clínicamente significativos con deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento integral del individuo.
“El peligro de la falta de tratamiento es que se pueda instaurar una depresión mayor o grave con la consecuente pérdida de interés en las actividades cotidianas, el tono del humor orientado en sentido negativo o sentimiento agudo de desesperanza, que inclusive podría llevar a que la ideación suicida empiece a orientarse a la acción de atentar contra su vida, explica el docente.
Leonardo Fuerte, indica que teniendo en cuenta el Manual de diagnóstico y estadístico de los trastorno mentales (DSM V), los principales signos y síntomas de la depresión de alta funcionalidad son: estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, poco apetito o sobrealimentación, insomnio o hipersomnia, poca energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración o dificultad para tomar decisiones o sentimientos de desesperanza.
“De verificarse dos de los síntomas señalados durante un período seguido de dos meses, se considera el diagnóstico de la distimia”, agregó el experto.
Finalmente, el docente explica que si hay señales de padecer esta enfermedad o reconocer los síntomas en un familiar o amigo, es recomendable conversar y tratar directamente el tema con el afectado y un especialista, debido a que la gravedad de esta enfermedad requiere tratamiento farmacológico en conjunto con las terapias psicológicas.