Se sabe que algunos hábitos, como el consumo excesivo de alcohol o de cafeína, pueden afectar negativamente la mente, mientras que otros, como hacer ejercicio y mantener un horario de sueño saludable, pueden ayudar a mantener el cerebro agudo. Los alimentos también pueden marcar una verdadera diferencia.
Una nueva investigación sugiere que la dieta mediterránea puede ayudarnos a evitar el deterioro cognitivo.
En el estudio, publicado en British Journal of Nutrition, los investigadores examinaron a un grupo de más de 900 adultos que sufrían deterioro cognitivo durante un periodo de unos tres años.
Dieron a la dieta de cada persona una puntuación basada en el grado de adhesión de sus preferencias alimentarias a los principios de la dieta mediterránea. Al comparar esta información con medidas de salud cognitiva —específicamente, de memoria, lenguaje, percepción visual y funcionamiento ejecutivo—, los investigadores descubrieron que el cumplimiento de esta dieta estaba relacionado con un deterioro cognitivo significativamente más lento.
De hecho, los participantes que tenían una puntuación de dieta mediterránea superior a los 10 puntos (en una escala de 0 a 55) experimentaron un declive cognitivo un 7% más lento en un año. Además, los investigadores descubrieron que cada porción adicional de verduras ralentizaba la progresión del deterioro cognitivo en más de un 2%.
El estudio se suma a un conjunto creciente de pruebas que sugieren grandes beneficios de esta dieta para el cerebro. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Edimburgo sobre más de 500 adultos mayores, publicado a principios de 2021, reveló que la dieta mediterránea se asocia a una mejor capacidad de pensamiento en la vejez.
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11 de diciembre 2021, 11:54 GMT
Otro estudio hizo un seguimiento de más de 5.000 participantes durante dos décadas y descubrió que seguir una dieta mediterránea estricta puede mantener el cerebro casi seis años más joven. La lista de investigaciones que llegan a la misma conclusión es interminable.
Los pilares de la dieta mediterránea incluyen el consumo de grasas monoinsaturadas, como los frutos secos o el aceite de oliva; la ingesta de muchas vitaminas, minerales y fitoquímicos (compuestos beneficiosos que se encuentran en las plantas) y el consumo de cantidades moderadas de sal. Otros beneficios de la dieta son la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, la prolongación de la vida y la ayuda a la fertilidad.
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