El insomnio es un trastorno común del sueño que dificulta quedarse o mantenerse dormido. También puede hacer que te despiertes demasiado temprano y no puedas volver a dormir. Es probable que aún te sientas cansado cuando te despiertes. El insomnio puede agotar tu nivel de energía y afectar tu estado de ánimo. También puede afectar tu salud, el rendimiento en el trabajo y la calidad de vida. La cantidad de horas de sueño necesarias varía según la persona, pero la mayoría de los adultos necesitan de 7 a 9 horas por noche.
En algún momento, muchos adultos pueden tener insomnio por un breve período. Esto puede durar días o semanas. Por lo general, se debe al estrés o a un evento inquietante, pero algunas personas tienen insomnio crónico, es decir, por un período prolongado. Esto dura tres meses o más. El insomnio puede ser el problema principal, o bien estar asociado a otras enfermedades o medicamentos.
No necesitas pasar noches sin dormir. Muchas veces, puede ser útil hacer cambios simples en tus hábitos diarios.
Tener dificultades para conciliar el sueño a la noche
Despertarse durante la noche
Despertarse mucho antes de tiempo
Sentirse cansado o con sueño durante el día
Sentirse malhumorado, depresivo o ansioso
Tener dificultades para prestar atención, concentrarse en las tareas o recordar
Cometer más errores o tener más accidentes
Preocuparse constantemente por el sueño
Si el insomnio afecta negativamente tus actividades durante el día, consulta a un médico u a otro profesional de atención primaria. Tu médico buscará la causa de tu problema para dormir y te ayudará a tratarlo. Si sospecha que podrías tener un trastorno del sueño, el médico podría sugerir que vayas a dormir a un centro del sueño para que te hagan una evaluación especial. El insomnio puede ser el problema principal, o bien estar asociado a otras afecciones. Las causas del insomnio crónico pueden ser estrés, acontecimientos de la vida o hábitos que alteran el sueño. Aunque tratar la causa de los problemas para dormir puede frenar el insomnio, en ocasiones esta afección puede durar años.
Las causas comunes del insomnio crónico incluyen las siguientes:
Estrés. Las preocupaciones por el trabajo, los estudios, la salud, el dinero o la familia pueden mantener la mente activa durante la noche, lo que dificulta dormirse. Los acontecimientos estresantes de la vida, como la muerte o la enfermedad de un ser querido, un divorcio o la pérdida de un trabajo, también pueden derivar en insomnio.
Viaje u horario de trabajo. Los ritmos circadianos, que serían el reloj interno del cuerpo, guían los eventos como el ciclo natural de sueño y vigilia, el metabolismo y la temperatura del cuerpo. La alteración de estos ritmos puede derivar en insomnio. Las causas incluyen el desfase horario por viajar a diferentes zonas horarias, los trabajos en un turno de noche o de madrugada, o los cambios frecuentes de turno.
Malos hábitos de sueño. Los malos hábitos de sueño son irse a dormir y despertarse en diferentes horarios cada día, dormir siestas, estar demasiado activo antes de ir a dormir y no tener un área de descanso cómoda. Otros pueden ser trabajar, comer o mirar televisión en la cama. Usar computadoras o celulares, jugar a los videojuegos o mirar televisión momentos antes de acostarse puede afectar el ciclo del sueño.
Comer demasiado y tarde en la noche. Se puede comer un refrigerio liviano antes de ir a dormir, pero comer demasiado puede generarte malestar cuando estás acostado. Muchas personas también tienen acidez estomacal. Esta se produce cuando el ácido estomacal sube por el conducto que transporta los alimentos de la boca al estómago. Este conducto se llama esófago. La acidez estomacal puede mantenerte despierto.
Trastornos de salud mental. Los trastornos de ansiedad, como el trastorno por estrés postraumático, pueden alterar el sueño. Despertarse mucho antes de tiempo puede ser un signo de depresión. El insomnio suele presentarse junto con otras enfermedades mentales.
Medicamentos. Muchos medicamentos con receta médica pueden interferir en el sueño, como algunos antidepresivos y medicamentos para el asma o la presión arterial. Muchos medicamentos que se venden sin receta médica, como algunos analgésicos, medicamentos para la alergia y el resfriado, y productos para bajar de peso, contienen cafeína y otros estimulantes que pueden alterar el sueño.
Enfermedades. Algunos ejemplos de afecciones relacionadas con el insomnio incluyen el dolor crónico, el cáncer, la diabetes, la enfermedad cardíaca, el asma, la enfermedad por reflujo gastroesofágico, la tiroides hiperactiva, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.
Trastornos relacionados con el sueño. La apnea del sueño hace que dejes de respirar por momentos a lo largo de la noche, lo que interrumpe el sueño. El síndrome de las piernas inquietas causa un fuerte e incómodo impulso de mover las piernas cuando intentas dormirte. Esto puede hacer que tengas problemas para conciliar el sueño o para volver a dormir.
Cafeína, nicotina y alcohol. El café, el té, los refrescos sabor cola y otras bebidas que contienen cafeína son estimulantes. Beberlas a última hora de la tarde o por la noche puede impedir que concilies el sueño. La nicotina en los productos del tabaco es otro estimulante que puede alterar el sueño. El alcohol puede ayudarte a dormir, pero impide las etapas más profundas del sueño y suele hacer que te despiertes a mitad de la noche.