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Salud

Las mujeres que deciden abortar no tienen secuelas mentales profundas

Las mujeres que abortan por voluntad propia no tienen secuelas mentales. Un estudio realizado en California, el más relevante hasta el momento, concluye que aquellas a las que se les niega la interrupción del embarazo, una vez lo tienen decidido, tienen más problemas psicológicos, pero las secuelas no son duraderas.

Cuando una mujer decide que le practiquen un aborto no toma una decisión ni fácil ni banal. Al contrario, la mujer hace una valoración de los pros y los contras que la lleven a tomar o no la decisión. Se enfrenta, aunque no sea consciente, a un miedo latente a sufrir consecuencias por el sentimiento de culpa, el remordimiento o el qué dirán. Mujeres que temen caer en una depresión, padecer ansiedad o cualquier otro trastorno psicológico. Abortar es un derecho que genera polémica y enfrenta tanto a los que entienden que el aborto es un derecho como a aquellos que opinan que es un “asesinato”, en sus casos más extremos, alegando que, además, tiene secuelas profundas en la salud mental de las mujeres. Estas creencias hacen que en muchos países del mundo el aborto esté prohibido.

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¿Abortar tiene efectos en la psique de la mujer?

Un estudio publicado en el JAMA Psychiatry, de EE UU, ha intentado responder a la pregunta. Según los expertos, es la mayor investigación realizada sobre esta materia y se ha hecho en California. La conclusión es clara: las mujeres que abortan de forma voluntaria no padecen consecuencias psicológicas relevantes, frente a aquellas a las que se le niega la interrupción del embarazo, que sí padecen depresión o ansiedad, entre otros, a corto plazo.

Denominado Turnaway Study, los investigadores pretendían no cometer los mismos fallos que sus anteriores, que analizaron las diferencias entre mujeres que habían abortado y aquellas que habían dado a luz o que habían evaluado a mujeres con problemas psicológicos previos. En esta última investigación, todas las mujeres decidieron abortar y acudieron a una clínica en Estados Unidos. La muestra consistió en el análisis de 30 clínicas en 21 Estados con un seguimiento de unas 1.000 mujeres que deseaban interrumpir el embarazo. El estudio contempló dos grupos: mujeres que abortaron y a las que se les negó por salirse del límite legal de gestación permitido. Durante cinco años de investigación se evaluó la salud mental de las participantes cada seis meses.

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El estudio fue solicitado por el doctor Everett Koop, en 1989, cuando dijo que las investigaciones elaboradas hasta ese momento eran deficientes y no mostraban evidencia científica sobre el sufrimiento psicológico de aquellas mujeres que deciden abortar. Para Koop, se necesitaba hacer una investigación de cinco años en la que se evaluaron a mujeres de forma exhaustiva. Koop ya tiene su estudio.

Tras las conclusiones, los investigadores determinaron que “ni el aborto, ni negarlo, afectan significativamente a la psique de que las mujeres que deciden abortar, lo que deja de lado toda creencia de que sí lo hace a lo hora de tomar esta decisión vital”. “Lo ideal es seguir investigando en esta dirección y se obtengan resultados con validez científica y no basados en componentes emocionales o suposiciones. De forma que no se niegue el aborto justificando los posibles efectos psicológicos negativos. El apoyo y la información que se le dé a la mujer que quiere abortar deben ser precisos y científicos. Y, sobre todo, nuestros resultados indican que algunas veces permitir abortar, si así lo decide la mujer, es mejor que impedírselo”.

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