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Las recaídas en las adicciones: causas, fases y mitos

Las recaídas no son un fracaso, son parte habitual del proceso de recuperación. Conocer por qué se producen determinará si solo son “baches” o si dan paso al consumo frecuente.

Las recaídas en las adicciones suponen uno de los momentos más desesperanzadores para el paciente y su familia. Esta recaída puede ser interpretada como un paso atrás, como una pérdida. Sin embargo, se considera algo esperable y en gran medida reversible por parte de los clínicos. Es un proceso más por el que la persona tiene que pasar para saber más sobre sus fortalezas y debilidades.

El regreso al consumo puede ser parte del proceso, pero los tratamientos más nuevos están diseñados para ayudar con la prevención de recaídas. Las tasas de recaída por consumo de drogas son similares a las tasas de otras enfermedades médicas crónicas.

Si las personas dejan de seguir su plan de tratamiento médico, es probable que recaigan. Cuando una persona que se está recuperando de una adicción recae, indica que la persona necesita hablar con el médico y el psicólogo para retomar el tratamiento, modificarlo o probar otro diferente.

Causas de las recaídas

Si bien la recaída es una parte normal de la recuperación, para algunas drogas puede ser muy peligrosa, incluso mortal.

Cuando una persona usa tanta droga como antes de dejar de fumar, fácilmente puede sufrir una sobredosis porque su cuerpo ya no está adaptado al nivel anterior. Así, una sobredosis ocurre cuando la persona toma suficiente droga para producir sentimientos incómodos, síntomas que amenazan la vida o la muerte.

Hombre con problemas de adicción

Situaciones de alto riesgo

Varios tipos de situaciones pueden desempeñar un papel en los episodios de recaída:

  • Los estados emocionales negativos, como la ira, la ansiedad, la depresión, la frustración y el aburrimiento.
  • Los conflictos interpersonales también generan emociones negativas y pueden precipitar una recaída.
  • La presión social (p. ej., estar cerca de otras personas que beben).
  • Estados emocionales positivos (p. ej., celebraciones), exposición a estímulos o señales relacionados con el alcohol.

La respuesta de la persona

El afrontamiento de una persona ante una situación de alto riesgo es un determinante crítico para que ocurra o no la recaída.

Por lo tanto, una persona que puede ejecutar estrategias de afrontamiento efectivas tiene menos probabilidades de recaer en comparación con una persona que carece de esas habilidades.

Expectativas de resultados

Expectativas de resultados positivos de la droga pueden volverse particularmente destacadas en situaciones de alto riesgo. Un ejemplo sería cuando la persona espera que el consumo de alcohol lo ayude a sobrellevar emociones negativas o conflictos (es decir, cuando beber sirve como “automedicación”).

El efecto de la violación de la abstinencia

Marlatt y Gordon (1980, 1985) han descrito un tipo de reacción del bebedor ante un lapso llamado efecto de violación de la abstinencia que puede influir en si un consumo conduce a una recaída aislada o prolongada.

Es probable que las personas que atribuyen el lapsus a su propio fracaso personal experimenten culpa y emociones negativas que, a su vez, pueden motivar el consumo como una forma para intentar sentirse mejor.

Antecedentes encubiertos de situaciones de alto riesgo

En las “configuraciones” de recaída puede ser posible identificar una serie de decisiones o elecciones encubiertas que en combinación preparan a la persona para situaciones con un riesgo alto.

Estas opciones se han denominado “decisiones aparentemente irrelevantes” (AID), porque es posible que no se reconozcan abiertamente como relacionadas con la recaída, pero ayudan a acercar a la persona al borde de la recaída.

Factores de estilo de vida

Marlatt y Gordon (1985) han propuesto que el antecedente encubierto relacionado más fuertemente con el riesgo de recaída implica el grado de equilibrio en la vida de la persona entre las demandas externas percibidas (“debería”) y las actividades internas satisfactorias o placenteras  “quiere”).

Urgencias y antojos

Marlatt y Gordon (1985) han definido la urgencia como un impulso relativamente repentino de participar en un acto como el consumo de alcohol, mientras que el craving se define como el deseo subjetivo de experimentar los efectos o las consecuencias de dicho acto.

Las etapas de las recaídas en adicciones

La clave para la prevención de recaídas es comprender que la recaída ocurre gradualmente. Gorski ha dividido la recaída en once fases. Este nivel de detalle es útil para los médicos, pero a veces puede resultar abrumador para las personas con una adicción. Es más útil pensar en términos de tres etapas de recaída: emocional, mental y física.

Recaída emocional

Durante la recaída emocional, las personas no piensan en consumir. Recuerdan su última recaída y no quieren repetirla, pero sus emociones y comportamientos los están preparando para una recaída en el futuro.

El denominador común de la recaída emocional es el autocuidado deficiente, en el que existe un descuido emocional, psicológico y físico.

Recaída mental

En la recaída mental, hay una guerra dentro de la mente de la persona. Una parte de ella quiere consumir, pero otra parte no. A medida que se adentran más en la recaída mental, su resistencia cognitiva a esta disminuye y su necesidad de escapar aumenta.

La experiencia clínica ha demostrado que los pensamientos ocasionales de consumo deben normalizarse en la terapia. Con buenas habilidades de afrontamiento, una persona puede aprender a dejar de lado los pensamientos de consumo de manera rápida.

Recaída física

Finalmente, la recaída física es cuando una persona comienza a consumir de nuevo. Algunos investigadores dividen la recaída física en un “lapso” (el consumo inicial de bebidas o drogas) y una “recaída” (un regreso al consumo descontrolado).

Una vez que una persona ha consumido una bebida o una droga, puede conducir rápidamente a una recaída en el consumo descontrolado. Además, lo que es más importante, por lo general conducirá a una recaída mental de pensamientos obsesivos o descontrolados sobre el consumo, que eventualmente puede conducir a una recaída física.

Mitos respecto las recaídas en adicciones

La adicción y la recuperación están inundadas de información obsoleta y descaradamente falsa. Debido a esto, puede haber mucha vergüenza relacionada con la enfermedad de la adicción, lo que hace que sea aún más difícil la recuperación.

A continuación, exploraremos los mitos más comunes sobre este tema.

La adicción a las drogas es una elección

Este es probablemente uno de los conceptos erróneos más grandes. Una vez que la adicción se arraiga, la química del cerebro puede cambiar, lo que dificulta el control de los impulsos.

La sustancia se convierte en un antojo, una obsesión que puede llegar a ser más importante que otros aspectos de la vida. La recompensa de la adicción vence.

La recaída es una señal de fracaso

La recaída es una parte natural del proceso de recuperación. De ninguna manera equivale al fracaso. D hecho, entre el 40 % y el 60 % de las personas que reciben tratamiento por abuso de sustancias recaerán en el plazo de 1 año.

Mujer con problemas de alcohol

Se debe tocar fondo para tener una recuperación exitosa

“Tocar fondo” varía de persona a persona, pero no es un requisito previo para buscar tratamiento. Reconocer temprano que una adicción se está saliendo de control es crucial. Para tener éxito, la persona que va al tratamiento debe estar comprometida y dispuesta a cambiar.

Hay una intervención efectiva para todos

No hay nada que pueda curar mágicamente cualquier adicción. Todo el mundo responde al tratamiento de manera muy diferente, incluso si se trata de la misma sustancia de la que se abusa. Un tratamiento exitoso debe adaptarse al individuo y sus necesidades específicas.

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