Desde el punto de vista etimológico, el término leucoplasia significa crecimiento o proliferación blanca. La leucoplasia oral es una placa blanca de la mucosa oral que no se desprende con el raspado, no puede catalogarse como ninguna otra lesión definida (irritación por prótesis, hongos,…), y en la que existe un riesgo de desarrollar cáncer oral. Esta lesión se produce por la acumulación de sedimentos de queratina en el epitelio oral.
La leucoplasia oral aparece algo más frecuentemente en hombres y, especialmente, entre los 40 y 60 años.
Estas lesiones son seis o siete veces más frecuentes en fumadores que en no fumadores y el riesgo de sufrirlas aumenta progresivamente en relación a la cantidad de tabaco consumido y al tiempo que se ha mantenido este hábito.
La leucoplasia se suele presentar en las encías, el interior de las mejillas, en el suelo de la boca y en la lengua. No suele ser dolorosa y puede pasar desapercibida durante un tiempo.
En el caso de los fumadores, se localiza principalmente en el suelo de la boca mientras que en los no fumadores suele aparecer en los bordes laterales de la lengua.
Las causas de la leucoplasia oral pueden ser varias y combinarse:
Tabaco: es el factor de riesgo más comúnmente asociado con la aparición de esta lesión. Sus efectos locales se deben a las sustancias citotóxicas (destruyen células) y vasoactivas del tabaco (nicotina), que producen vasoconstricción potente y persistente, lo que provoca una disminución de las defensas y malnutrición de la boca. Se ha visto que las leucoplasias asociadas con el tabaco tienen mayor tendencia a persistir.
Alcohol: la cantidad de alcohol ingerido es determinante para la aparición de la lesión y puede estar relacionado con la atrofia de la mucosa oral.Combinación de tabaco y alcohol: el riesgo de padecer leucoplasia oral se potencia con el consumo combinado de ambos tóxicos.Infección crónica en la mucosa oral de la parte interna de la comisura de los labios producida por el hongo Candida albicans.Virus del papiloma humano: un 22% de las leucoplasias orales albergan ADN de este grupo de virus (papilomavirus humanos)Formas idiopáticas (sin origen conocido) aunque estas son menos frecuentes.
La leucoplasia oral se diagnostica mediante la evaluación clínica de la lesión blanca oral que no se desprende con el raspado, aunque se requerirá un estudio histopatológico (de los tejidos) para establecer el diagnostico definitivo.
La leucoplasia oral puede evolucionar y dar lugar a un cáncer oral; de hecho, es la lesión premaligna más frecuente de la cavidad oral, estimándose que un 1% de los pacientes con leucoplasias desarrollarán este tipo de cáncer.
Existen algunos factores que se asocian con un incremento del riesgo de que una leucoplasia oral se transforme en un cáncer:
Edad avanzada.
Largo tiempo de evolución.
Localización en el borde lateral de la lengua y suelo de la boca.
Leucoplasias no homogéneas.
Leucoplasias grandes.
Presencia del hongo Cándida albicans.
Leucoplasias de origen desconocido.
La leucoplasia verrugosa proliferativa es el tipo de leucoplasia oral que más frecuentemente termina transformándose en una lesión tumoral maligna.
El objetivo principal del tratamiento de la leucoplasia oral es evitar que se convierta en cáncer, es decir, tratar de disminuir su transformación maligna. Para ello, el diagnóstico precoz es fundamental, de ahí que lo primero que se debe hacer ante una leucoplasia oral es tratar de identificar si existen agentes etiológicos causantes, sobre todo el tabaco.
Si el paciente es fumador:
Debe abandonar el hábito tabáquico por completo. Dejar de fumar conlleva la desaparición de la mayoría de lesiones de la boca, de hecho, el 30-56% de las lesiones desaparecen después de 3 meses de abstinencia y el 78% al cabo de 1 año.
A los 15-21 días, se llevará a cabo una valoración de cómo están las lesiones blancas y, si estas persisten o no han cambiado, se deberá realizar una biopsia.
Si en la biopsia no hay displasia (presencia de células anormales) o hay una displasia leve, se podrá realizar extirpación quirúrgica (si es pequeña) o utilizar láser CO2; se pautará, además, un control cada 6 meses.
Si en la biopsia se encuentra una displasia moderada o severa, se efectuará una extirpación completa de la lesión (si se puede) y se llevará a cabo un control cada 3 meses.
En general, el tratamiento de elección de las leucoplasias es el quirúrgico, mediante una escisión completa de la lesión, aunque en algunas ocasiones no es posible debido a su gran tamaño o localización.
En el caso de las leucoplasias orales tratadas con cirugía resectiva (intervenciones para eliminar o reducir en la medida de lo posible las bolsas de tejido blando), estas frecuentemente reaparecen, por lo que se requiere un seguimiento frecuente de estos pacientes (cada 3-6 meses o, al menos, una vez al año). Además, estos deberán informar puntualmente a su dentista en caso de que se produzca cualquier cambio en la zona de la lesión, quien valorará la posibilidad de efectuar una biopsia.