Próstata inflamada: síntomas, causas y tratamiento

La presión que ejerce la próstata inflamada sobre el ducto por el que sale la orina hace que tengas un comportamiento irregular de tu vejiga. Las ganas de ir al baño pueden hacerse más frecuentes de lo normal e incluso es probable que te despiertes a mitad de la noche para ir. Una vez en el lavabo, como el ducto está obstruido, se te puede dificultar comenzar y tal vez notarás que el flujo de orina es débil o con poca cantidad a pesar de que las ganas te hayan despertado. Es posible también que al terminar sientas que todavía tienes que seguir orinando o que la orina venga acompañada de sangre.

Dependiendo del motivo por el que tu próstata esté inflamada, existe la probabilidad de que sientas ardor al orinar o incluso que experimentes fiebre durante algunos días. Si cumples con alguno de estos síntomas no olvides acudir a tu médico, una detección temprana puede impedir complicaciones como un daño a tus riñones, a tu vejiga o infecciones más severas.

Si tienes más de 50 años de edad, es común que la inflamación sea hiperplasia prostática benigna, es decir producto del crecimiento natural de la glándula. No es común que antes de que cumplas 40 años presentes síntomas, pero hay cifras que indican que al llegar a los 60 años más de la mitad de los hombres comienzan a tenerlos. Ya al alcanzar entre 70 y 90 años de edad, más del 90% de los hombres tienen las complicaciones antes mencionadas, como por ejemplo eso de levantarse a mitad de la noche para orinar.

Es recomendable que todo hombre que supere los 50 años de edad acuda a su médico y se sometan a un examen de próstata. Algunos síntomas de la hiperplasia prostática coinciden con los del cáncer de próstata, si bien uno ni es causante ni aumenta las probabilidades de sufrir el otro. Una infección bacteriana también puede hacer que se inflame tu próstata. Es común que luego de haber tenido una infección urinaria, una epididimitis (hinchazón de la estructura de conductos de los testículos) o una uretritis (inflamación del ducto por el que sale la orina) tengas bacterias que ataquen tu próstata y la inflamen. La clamidia y la gonorrea también pueden provocar una prostatitis bacteriana, además de otras causas como una lesión del perineo, que tengas taponada la salida de la vejiga o sufras de fimosis, que es una incapacidad para retraer el prepucio.

En el caso de la prostatitis bacteriana, el tratamiento encomendado por los especialistas será la toma de antibióticos cuya duración dependerá de si se trata de una infección aguda, es decir que comienza de una manera rápida, o si es crónica, de las que se extienden durante varios meses. Si se trata de una hiperplasia prostática benigna, es decir esa inflamación natural de la próstata que ocurre de manera gradual, existen varios tipos de tratamiento. El médico podría indicarte cambios en tu dieta, como la eliminación del alcohol y el café, la eliminación de medicamentos como antihistamínicos, diuréticos y antidepresivos, o hacer ejercicios para los músculos de tu pelvis. Puede que se precise de una cirugía para que te extraigan parte de la próstata, para retirar los tejidos responsables de la obstrucción en tu uretra o para ensanchar dicho ducto. Existen otras intervenciones no quirúrgicas, como la introducción de un delgado tubo con un globo diminuto a través de la abertura del pene para alcanzar la uretra y ensanchar el ducto, o como algunos medicamentos que se te pueden recetar para ralentizar el crecimiento natural de la próstata.  Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.