Los científicos creen que hay muchos factores que influyen en cuándo comienza y cómo evoluciona la enfermedad de Alzheimer.
EL factor de riesgo conocido más importante para el Alzheimer es la edad. La cantidad de personas con la enfermedad se duplica cada 5 años después de los 65 años. Aproximadamente un tercio de todas las personas mayores de 85 años podría tener la enfermedad de Alzheimer.
Las causas del Alzheimer de inicio tardío, la forma más común de la enfermedad, probablemente incluyen una combinación de factores genéticos, de estilo de vida y ambientales. La importancia de cualquiera de estos factores para aumentar o disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer puede diferir de persona a persona.
Los científicos están estudiando cómo los cambios en el cerebro relacionados con la edad pueden lesionar las células nerviosas y contribuir a daños por el Alzheimer. Estos cambios relacionados con la edad incluyen atrofia (reducción) de ciertas partes del cerebro, inflamación, producción de moléculas inestables conocidas como radicales libres y descomposición de la producción de energía dentro de las células.
A medida que los científicos conocen más sobre esta devastadora enfermedad, se dan cuenta de que los genes también e.
Cada célula humana contiene las instrucciones que una célula necesita para hacer su trabajo. Estas instrucciones se componen de ADN, que está bien embalado en estructuras llamadas cromosomas. Cada cromosoma está compuesto por miles de segmentos llamados genes.
Las personas heredan los genes de los padres biológicos. Estos genes llevan información que define los rasgos como el color de los ojos y la estatura. Los genes también desempeñan la función de mantener sanas las células del cuerpo. Los problemas con los genes, incluso los pequeños cambios en un gen, pueden causar enfermedades como el Alzheimer.
Las causas de algunas enfermedades son una mutación genética o un cambio permanente en uno o más genes específicos. Si una persona hereda de un padre una mutación genética que causa determinada enfermedad, entonces, por lo general, esa persona contraerá la enfermedad. La anemia depanocítica, la fibrosis quística y la enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano son ejemplos de trastornos genéticos hereditarios.
En otras enfermedades, puede ocurrir una variante genética. Un solo gen puede tener muchas variantes. A veces, esta diferencia en un gen puede causar una enfermedad directamente. Más a menudo, una variante juega un papel aumentando o disminuyendo el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad o afección. Cuando una variante genética aumenta el riesgo de enfermedad pero no causa directamente una enfermedad, se le llama factor de riesgo genético.
Hay dos tipos de Alzheimer: de inicio temprano y de inicio tardío. Ambos tipos tienen un componente genético.
Alzheimer de inicio tardío | Alzheimer de inicio temprano |
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Los signos aparecen por primera vez cuando la persona tiene cerca de 65 años | Los signos aparecen por primera vez cuando la persona tiene entre 30 y 65 años de edad |
Tipo más común | Tipo muy poco frecuente |
Puede involucrar un gen llamado APOE ɛ4 | Generalmente causado por cambios genéticos transmitidos de padres a hijos |
La mayoría de las personas con Alzheimer tienen el tipo de inicio tardío de la enfermedad, en la que los síntomas se manifiestan cerca de los 65 años.
Los investigadores no han encontrado un gen específico que cause directamente el tipo de inicio tardío de la enfermedad. Sin embargo, tener una forma del gen de la apolipoproteína E (APOE) en el cromosoma 19, es un factor de riesgo genético que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. La APOE aparece en varias formas diferentes, o alelos:
- La APOE ɛ2 es relativamente rara y puede proporcionar cierta protección contra la enfermedad. Si la enfermedad de Alzheimer se presenta en una persona con este alelo, generalmente se desarrolla más tarde de lo que se desarrollaría en una persona con el gen APOE ɛ4.
- Se cree que la APOE ɛ3, el alelo más común, desempeña un papel neutral en la enfermedad; es decir, ni aumenta ni disminuye el riesgo.
- La APOE ɛ4 aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer y se relaciona con la aparición de la enfermedad a una edad más temprana. Una persona tiene cero, uno o dos alelos APOE ɛ4. Tener más alelos APOE ɛ4 aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer.
La APOE ɛ4 se denomina gen de factor de riesgo porque aumenta el riesgo de una persona de desarrollar la enfermedad. Sin embargo, heredar un alelo APOE ɛ4 no significa que la persona desarrollará definitivamente la enfermedad de Alzheimer. Algunas personas con un alelo APOE ɛ4 nunca contraen la enfermedad, y otras que desarrollan la enfermedad de Alzheimer no tienen ningún alelo APOE ɛ4.
La enfermedad de Alzheimer de inicio temprano ocurre cuando la persona tiene entre 30 y 65 años, y representa menos del 10 por ciento de todas las personas con Alzheimer. Algunos casos los causa un cambio hereditario en uno de tres genes, lo que resulta en un tipo conocido como enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano. Para otros casos de Alzheimer de inicio temprano, las investigaciones indican que puede haber un componente genético relacionado con factores distintos a estos tres genes.
Un niño cuya madre o padre biológico es portador de una mutación genética para la enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano tiene 50/50 de probabilidad de heredar esa mutación. Si de hecho el niño hereda esa mutación, tiene una gran probabilidad de desarrollar una enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano.
La enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano la causa cualquiera de una serie de mutaciones de un solo gen en los cromosomas 21, 14 y 1. Cada una de estas mutaciones hace que se formen proteínas anormales. Las mutaciones en el cromosoma 21 causan la formación de una proteína precursora amiloidea anormal. Una mutación en el cromosoma 14 hace que se forme presenilina 1 anormal y una mutación en el cromosoma 1 hace que se forme presenilina 2 anormal.
Cada una de estas mutaciones desempeña un papel en la descomposición de la proteína precursora amiloidea, una proteína cuya función precisa aún no está completamente clara. Esta descomposición forma parte de un proceso que genera formas nocivas de placas amiloides, un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.
La investigación sugiere que una serie de factores más allá de la genética pueden desempeñar un papel en el desarrollo y curso de la enfermedad de Alzheimer. Existe un gran interés, por ejemplo, en la relación entre el deterioro cognitivo y las condiciones vasculares como la enfermedad cardíaca, el derrame cerebral y la presión arterial alta, así como las condiciones metabólicas como la diabetes y la obesidad. La investigación en curso nos ayudará a comprender si la reducción de los factores de riesgo para estas afecciones también puede reducir el riesgo de Alzheimer.
Se ha relacionado que la buena alimentación, la actividad física, una vida social activa y las actividades mentalmente estimulantes han ayudado a las personas a mantenerse saludables a medida que envejecen. Estos factores también podrían ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. Los estudios clínicos están examinando algunas de estas posibilidades.