El uso excesivo del teléfono celular en los niños puede afectar su salud mental, física y psicológica, según varios estudios y especialistas.
En el país y a nivel mundial su demanda va en aumento, ya sea en las actividades diarias o como una distracción, en menores y adultos.
En el 2013 una Encuesta de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló que el 51,3% de la población de 5 años y más tenía por lo menos un celular activado. En el 2011 ese porcentaje era del 46,6%.
A finales del 2016 el 57.74% de personas tenían un teléfono celular, es decir, más de la mitad de la población, según datos del Observatorio TIC del Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Mintel).
De ahí la necesidad de que los adultos, padres de familia, establezcan límites o reglas a los menores para evitar daños en su salud.
Varios especialistas consideran que los menores de tres años no deberían tener acceso a dispositivos como los celulares.