La bioseguridad: fundamental en la lucha contra las pandemias
El virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca, la COVID-19, se ha convertido en uno de los grandes enemigos de la humanidad en la actualidad. Para combatirlo, la bioseguridad, que se encarga de evitar el riesgo para la salud y el medio ambiente proveniente de la exposición a agentes biológicos causantes de enfermedades, se vuelve de vital importancia.
Tras la pandemia del COVID-19, la importancia de la salud y la prevención han tomado un peso vital en la sociedad. Debido a esta compleja situación, un asunto de relevancia e interés ha despertado la curiosidad de la opinión pública: la bioseguridad.
QUÉ ES LA BIOSEGURIDAD Y PARA QUÉ SIRVE
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la bioseguridad es un enfoque estratégico e integrado para analizar y gestionar los riesgos relevantes para la vida y la salud humana, animal y vegetal y los riesgos asociados para el medio ambiente. Se basa en el reconocimiento de los vínculos críticos entre sectores y en la posibilidad de que las amenazas se muevan dentro de los sectores y entre ellos con consecuencias para todo el sistema”.
Atendiendo a su objetivo de eliminar o minimizar la contaminación biológica, cabe destacar tres conceptos en el campo de la bioseguridad:
- Riesgo biológico: es aquel susceptible de ser producido por una exposición no controlada a agentes biológicos con capacidad infecciosa, dañando a la persona.
- Biocontención: son las medidas utilizadas para evitar la salida de enfermedades infecciosas de centros de investigación o de cualquier lugar susceptible de originarlas.
- Bioprotección: es el conjunto de medidas destinadas a reducir el riesgo de pérdida, robo, uso incorrecto o liberación intencional de patógenos o toxinas, incluidas las relativas al acceso a las instalaciones, el almacenamiento de materiales y datos, y las políticas de publicación.
PRINCIPIOS Y ELEMENTOS DE LA BIOSEGURIDAD
La bioseguridad es una disciplina compleja y no exenta de peligros, por ello el conjunto de normas y barreras destinadas a prevenir el riesgo biológico derivado de la exposición a agentes biológicos infecciosos es fundamental. De manera general, los principios y elementos de la bioseguridad pueden resumirse en:
Evaluación de riesgos
Los trabajadores que manipulan agentes biológicos potencialmente infectados deben conocer los riesgos y dominar las prácticas y técnicas requeridas para manejarlos de forma segura. Deben valorar de forma constante y sistemática la probabilidad de que ocurran daños o infecciones
Universalidad
Las medidas de bioseguridad deben ser cumplidas por todos, ya que cualquier persona es susceptible de portar microorganismos patógenos.
Barreras
Los elementos utilizados como contención contra la contaminación biológica suelen dividirse en dos grupos: por un lado, la inmunización (vacunas) y, por otro, las barreras primarias —equipos de seguridad: guantes, trajes o mascarillas— y las barreras secundarias —desde áreas de trabajo aisladas hasta lavamanos o sistemas de ventilación—. Todas ellas son obligatorias para evitar la exposición directa a todo tipo de muestras potencialmente contaminadas.
Eliminación
Cualquier residuo generado debe desecharse siguiendo de forma estricta unos procedimientos específicos en función de su tipología.
NIVELES DE BIOSEGURIDAD EN LOS LABORATORIOS. MEDIDAS Y MATERIALES
El Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos clasificó en 1974 a los agentes patógenos en cuatro grupos de riesgo. Más tarde, la OMS actualizó dicha clasificación, favoreciendo así la jerarquización de los laboratorios en función del grupo de riesgo de los patógenos que manipulan.
- Grupo de riesgo 1 (riesgo individual y poblacional bajo)
Microorganismos que tienen muy pocas probabilidades de provocar enfermedades. Los laboratorios BSL 1 tienen un nivel básico de contención fundamentado en prácticas microbiológicas estándar sin ninguna barrera primaria o secundaria especialmente recomendada. No es necesario equipo de seguridad.
- Grupo de riesgo 2 (riesgo individual moderado, riesgo poblacional bajo)
Patógenos que pueden provocar enfermedades —las cuales raramente son graves—, pero que tienen pocas probabilidades de propagarse o de provocar una enfermedad. También incluye cualquier derivado de la sangre humana o tejidos en los que no es segura la presencia de agentes infecciosos. Los laboratorios BSL 2 cuentan con barreras secundarias como piletas para el lavado de manos e instalaciones de descontaminación de desechos. El equipo protector incluye batas de laboratorio, guantes y protección facial en los casos donde sea necesario. La persona se debe despojar de la ropa protectora nada más salir del laboratorio.
- Grupo de riesgo 3 (riesgo individual alto, riesgo poblacional bajo)
Patógenos que suelen provocar enfermedades graves que no se transmiten fácilmente, como la fiebre amarilla que requiere de la picadura de un mosquito, o que pueden ser transmitidos por la vía respiratoria. En los laboratorios BSL 3 todas las manipulaciones deben llevarse a cabo en cabinas de bioseguridad (BSC) u otros equipos cerrados. Las barreras secundarias incluyen el acceso controlado al laboratorio y requisitos de ventilación que minimizan la liberación de aerosoles infecciosos. El equipamiento protector es similar al del grupo de riesgo 2, pero incluye un equipo respiratorio en los casos donde existe el riesgo de infección por inhalación.
- Grupo de riesgo 4 (riesgo individual y poblacional elevados)
Patógenos que provocan enfermedades graves y que se transmiten fácilmente entre individuos, y para las cuales no hay ni medidas preventivas ni terapéuticas eficaces. Por lo general, un laboratorio BSL 4 se sitúa en un edificio separado o en una zona totalmente aislada con sistemas de gestión de desechos y requisitos de ventilación especializados para prevenir la liberación de patógenos. Asimismo, para aislar al personal de los materiales infecciosos en aerosol se utilizan barreras como trabajar en un BSC de máxima protección o trajes de cuerpo entero, con provisión de aire y presión positiva.
APLICACIONES DE LA BIOSEGURIDAD
A pesar de haberse hecho populares a raíz de su lucha contra el SARS-CoV-2, en los laboratorios de bioseguridad no solo se investiga cómo contener enfermedades. A continuación, repasamos otras aplicaciones de la bioseguridad:
Alimentación
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la bioseguridad permite analizar y gestionar los riesgos relativos a la inocuidad de los alimentos, mejorando las sinergias entre sectores, favoreciendo la seguridad alimentaria y facilitando el comercio.
Agricultura y ganadería
En el caso de las explotaciones ganaderas y agrícolas, la bioseguridad se usa para prevenir tanto que entren enfermedades y se difundan en su interior como que se extiendan hacia otras explotaciones o a la sociedad.
Medio ambiente
En este campo, la bioseguridad se ocupa de las plagas vegetales, las plagas y enfermedades animales, las zoonosis —enfermedades que se transmiten de animales a humanos—, de los organismos genéticamente modificados y sus productos, y de de la gestión de genotipos y especies exóticas invasoras.